¿Qué es la astrobiología?
Por Margarita Blanco
Morelia, Michoacán. 24 de octubre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- El biólogo mexicano Antonio Lazcano Araujo, profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), asegura que la astrobiología tiene un enorme atractivo intelectual pero se ha confundido con la búsqueda de vida extraterrestre y padece del concepto de la evolución cósmica centrada en el antropomorfismo.
Director del Laboratorio de Origen de la Vida, en donde analiza la reconstrucción temprana de la vida por medio de la genómica comparada, Lazcano Araujo explica que la astrobiología “no ha prosperado como disciplina científica porque cada quien tiene una idea de lo que es. Por ejemplo, en los Estados Unidos, ha fomentado la biogeoquímica y en Italia se conoce como lo que algunos han llamado astroquímica. El énfasis y el entusiasmo inicial que despertó se ha enfriado en muchos sitios y a estas alturas nadie sabe bien a bien de qué se trata”, lamentó.
“Como nadie sabe bien a bien qué es la astrobiología, hay gente que se llama a sí misma de esta manera, pero ciertamente no hay —y espero que nunca lo haya— licenciaturas, posgrados o departamentos de esta supuesta disciplina. Hay gente que trabaja en aspectos de lo que otros llamaríamos astronomía, ecología microbiana o química prebiótica. Estos y otros son campos que se deben promover, pero no creo que bajo el rubro de astrobiología, porque cuando termine la moda habrá que ver en qué condiciones quedan sus supuestos practicantes”.
Los astrobiólogos han intentado buscar empecinadamente en diversos resultados científicos, como en el análisis de los meteoritos, la presencia de moléculas orgánicas y de ahí partir erróneamente a la conclusión de que hay vida en otros planetas, dijo.
“Esto no me dice que existan las condiciones necesarias para que exista una biósfera en la que se desarrolle una diversidad de compuestos orgánicos”.
Otra hipótesis actual de la astrobiología es el estudio de los microorganismos extremófilos, que son los que resisten condiciones extremas, como altas temperaturas o radiaciones, como una forma de entender la vida que existe en otros planetas. Sin embargo, aduce el biólogo, esto solamente nos arroja el conocimiento de sus características y desarrollo en este planeta y no revela la vida en otros.
En la charla Astrobiología, mucho ruido, pocas nueces, que ofreció en la Universidad Nacional Autónoma de México, campus Morelia, hizo un recorrido en donde abordó desde la atracción de la filosofía por la pluralidad de los mundos, el desarrollo de la planetología en 1950, el inicio de la exploración espacial en 1957, el convencimiento de Percival Lowell de que existen en Marte canales de origen artificial, hasta el estudio de Carl Sagan de montañas en otros planetas.
Si bien la astrobiología ha permitido el desarrollo de la evolución en los Estados Unidos y ha logrado el enfoque interdisciplinario, reconoció, ha disminuido sus estándares de evaluación por priorizar la difusión de sus resultados, por lo que ha dado a conocer falsas noticias, como el estudio anunciado en 2010 de una bacteria que contenía arsénico en su ADN.
“No hay que perder de vista que se trata del nombre con el que se ha bautizado a un programa de financiamiento que comenzó en la NASA y que, luego, debido a una serie de medidas publicitarias, se ha querido extender a nivel mundial. Además, actualmente la astrobiología obedece más a sus objetivos de conseguir financiamiento de la NASA para sus investigaciones que en convertirse en una verdadera disciplina científica”.
Además, la astrobiología entiende la evolución como un progreso en donde el hombre, con su desarrollo tecnológico, ocupa el peldaño superior, “cuando en realidad el árbol de la vida se expande en múltiples direcciones”.
Muestra de ello es que “el grupo más cercano al hombre son los hongos y en donde hay más diversidad biológica es en los microorganismos y hay una cantidad enorme de bacterias”, lo cual da cuenta del éxito de distintas especies en la Tierra.
“Por supuesto que me encanta ver el paisaje de hielos fragmentados de Europa, la luna de Júpiter o el territorio marciano, pero eso no me hace pensar en que la vida pueda surgir ahí”, concluyó.
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