La lluvia de peces y otros animales


Por Danya Irene Villegas 

Desde la antiguedad se han registrado numerosas lluvias de animales. Este fenómeno insólito, por más inverosímil que parezca, ha sucedido en decenas de lugares en el mundo y millones de personas han testificado dichas precipitaciones. 

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  Entre los animales más comúnes que caen “del cielo” se encuentran peces, ranas, gambas y aves. Desde hace más de un siglo, en Yoro, población de Honduras, ocurre anualmente una lluvia de peces entre los meses de mayo y junio. Durante un par de horas, los habitantes pueden presenciar una lluvia de peces que varían entre los cinco y ocho centímetros y cuando la tormenta conluye, la gente acostumbra levantarlos del suelo y cocinarlos en casa para celebrar el festín “caído del cielo”.

Este extraño fenómeno natural resulta inexplicable para muchos por lo que se atribuye a mitos y creencias religiosas como la posibilidad de un regalo o, en su defecto, un castigo divino. En otras ocasiones, se ha intentado explicar la lluvia de animales relacionándola con ovnis o con la teletransportación. 

La explicación científica dice que este bizarro evento se produce por un tromba marina o “manga de agua” que es un embudo conteniendo un intenso vórtice o torbellino, el cual ocurre sobre un cuerpo de agua, usualmente conectado a una nube cumuliforme. El tornado aspira pequeños peces normalmente de un río, los transporta hasta una nube tormentosa y finalmente, los peces caen precipitados al suelo.

Algunos peces no sobreviven al impacto, otros siguen con vida cuando son encontrados y algunos más caen congelados por haber atravesado alguna fase con temperaturas a grados menos cero. Además de esta lluvia de peces anual, en el mundo han ocurrido cuantiosas lluvias de animales. Algunos ejemplos son la lluvia de ranas que ocurrió en Massachusetts en 1953, la lluvia de canarios muertos en Maryland, Estados Unidos en 1969 o la lluvia de cangrejos en Nueva Gales del Sur, Australia en 1978.  

En fechas más recientes, 2007, se tiene registro de una lluvia de arañas en Salta, Argentina. En el mismo año llovieron ranas pequeñas en Alicante, España y finalmente, el suceso más actual del que se tiene registro, ocurrió en 2012, con una tormenta de gambas en el sur de Sri Lanka.  

En la literatura y en la cultura popular se ha hecho referencia a este fenómeno incontables veces. Por ejemplo, Alejandro Dumas, en su novela El capitán Pánfilo, describió una lluvia de sapos que provocó el delirio de uno de los personajes:

...recordó haber leído, unos dias antes, firmado por Valenciennes, que esta ciudad había sido el teatro de un fenómeno singular: una lluvia de sapos había caído acompañada de truenos y relámpagos en tal cantidad, que las calles de la ciudad y los techos de las casas habían quedado cubiertos. Inmediatamente después, el cielo, que dos horas antes tenía un color gris ceniza, ahora era de color azul indigo. El suscriptor del Constitutionnel miró al aire y viendo el cielo negro como tinta y a Tom en su jardín, sin poder darse cuenta de la forma en que había entrado, comenzó a creer que un fenómeno similar al de Valenciennes estaba a punto de repetirse, con la única diferencia de que en vez de ser lluvia de sapos, iban a llover osos. Una no era más peligrosa que la otra; el granizo era más grande y peligroso.

Fuente: Jerry Dennis, Están lloviendo ranas y peces: Cuatro Estaciones de Fenómenos Naturales y Odiseas del Cielo.

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