Solo los alcohólicos enferman de cirrosis
Por Nistela Villaseñor
La enfermedad del hígado llamada cirrosis se asocia en términos generales y sin cuestionamientos al alcoholismo, situación que provoca que no se den los cuidados correspondientes al órgano.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt (AIC), Concepción Gutiérrez Ruiz, doctora en Farmacología por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), e investigadora de estudios de toxicología, mecanismos de daño y reparación del hígado del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana campus Iztapalapa (UAM-I), desmitifica la aseveración de que solo los alcohólicos pueden llegar a padecer cirrosis.
"El hígado hace aproximadamente 500 funciones para mantener nuestro organismo, procesa y biotransforma; prácticamente todo pasa por el hígado, por eso es muy susceptible de sufrir daño", afirma la doctora.
El hígado es el que mantiene la homeostasis del organismo, aprovecha la energía y la almacena; también ayuda a desechar lo que hace daño o fármacos que después de que hicieron su efecto los biotransforma y los excreta del organismo, asegura Gutiérrez Ruiz.
"Desafortunadamente es un malentendido a nivel popular el que siempre se piensa que las personas que tienen cirrosis es porque tomaban", expresa la investigadora. Advierte que el hígado es un órgano que puede sufrir múltiples agresiones, porque a este llega todo lo que se ingiere, inhala, o se unta en la piel.
De acuerdo con la especialista, la progresión del daño en el hígado es la siguiente: primero hay un hígado graso, después pasa a un hígado que tiene, a parte de la grasa, la inflamación –se le denomina hepatitis–, después pasa a fibrosis, luego a cirrosis, hasta llegar a hepatocarcinoma; no necesariamente tiene que tener cirrosis para llegar al hepatocarcinoma.
Gutiérrez Ruiz, asegura que una copa de alcohol no hace daño, el problema son los excesos, "el tomar, por ejemplo, los fines de semana cantidades impresionantes, es tan grave como tomar frecuentemente el alcohol".
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