Juan Humberto Sossa, inteligencia artificial al servicio humano
Por Judith Ureña
Ciudad de México. 9 de noviembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Poco se sabe de inteligencia artificial en nuestro país, quizás las notas más frecuentes que encontramos son las referidas a concursos de robots, muchos de los cuales son ganados por jóvenes estudiantes, pero de forma más profesional poco se sabe de expertos en la materia.
No obstante, Guadalajara, Jalisco, es el lugar de origen de uno de los expertos más respetados en la materia, se trata del doctor Juan Humberto Sossa Azuela, quien es ingeniero en comunicaciones y electrónica por la Universidad de Guadalajara (UDG), maestro en ciencias, además es miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y miembro Senior del Instituto de Ingenieros en Electricidad y Electrónica (IEEE, por sus sigla en inglés).
¿Cómo enamorarse de la ingeniería?
El doctor Sossa narra que, mientras concluía sus estudios preparatorianos en Guadalajara, deseaba estudiar algo relacionado con la química pero recuerda que un día, caminando por los pasillos de la entonces Facultad de Ingeniería, escuchó que en una clase se hablaba de cuestiones de electrónica (cómo se diseñaba una fuente de alimentación, cómo se diseñaba un amplificador, entre otras), decidió tomar la clase y en ese momento concluyó: “Yo creo que esto es lo que debo de estudiar”. Fue así que decidió dedicar cinco años de su vida a la carrera de ingeniería en comunicaciones y electrónica.
Una vez que terminó sus estudios, trabajó alrededor de un año en Petróleos Mexicanos (Pemex), pero como no le gustó ese trabajo, optó por regresar a la UDG a impartir clases (otra de sus pasiones) durante un año, labor que compaginó con dar mantenimiento a equipo electrónico, junto con un colega.
Fue alrededor de 1983-1984 que el doctor Sossa toma la decisión de abandonar todo para trasladarse a la Ciudad de México a estudiar un posgrado, su maestría en ingeniería eléctrica con especialidad en control en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
La inteligencia artificial
Fue en la sección de Control Automático del Departamento de Ingeniería Eléctrica del Cinvestav que realizó algunos de sus primeros trabajos en cuestiones de inteligencia artificial, aunque reconoce que en ese momento no sabía mucho al respecto, “se me hizo natural escribir un trabajo para una revista, el cual me fue aceptado como autor único, a partir de ahí me fui adentrando en lo que sería la inteligencia artificial”, relata el experto.
A poco más de 33 años de iniciar sus investigaciones en este sentido, el doctor Sossa se ha colocado como una autoridad en la materia, motivo por el cual nos dio su propia definición de inteligencia artificial: “Deberíamos de entenderlo como la capacidad que una máquina tiene para poder predecir a futuro (no como un vidente), sino predecir utilizando técnicas de corte probabilístico, estadístico para saber qué es lo que sigue”.
Si bien es cierto que él mismo reconoce que existen un sinfín de definiciones al respecto, considera que la más apropiada es la de “la capacidad que una máquina tiene para poder predecir con precisión cuáles son los eventos siguientes y, con eso, poderse desenvolver de manera eficiente dentro de su ambiente de trabajo”.
El también experto en gestión de proyectos en innovación educativa puntualiza que hay dos aspectos importantes a tomar en cuenta en el momento en que se habla de inteligencia artificial: los robots se van a hacer cargo de ciertas tareas del ser humano pero, ¿qué tareas?, aquellas que son tediosas, peligrosas o las que simplemente ya no quieren hacer las personas para dedicarse a otras que enriquezcan más el alma o espíritu.
Otro tipo de tareas que se plantea estarán a cargo de máquinas, serán aquellas que no requieran de creatividad o imaginación, todas aquellas tareas que se puedan automatizar a través de un programa, puesto que las máquinas son más precisas, fuertes o más rápidas y, en voz del también jefe del laboratorio de procesamiento de imágenes del Centro de Investigación en Computación del IPN, en donde “el ser humano estándar no tiene esas capacidades y al final del día se termina aburriendo o cansando”.
El segundo aspecto a considerar es que, aunque no existe ninguna ley en la física que “prohíba” que una máquina pueda ir asimilando conocimiento de manera exponencial y con esto que, eventualmente, pueda tomar conciencia, todavía faltan muchísimos años para que esto realmente suceda, señala el experto en informática.
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“No soy de los que opinan que esto no se puede dar, que las máquinas en un momento puedan tomar conciencia, no puedo asegurarlo, ¿por qué?, porque no hay leyes en la física que lo impidan. Esta discusión es la que ha dividido a la comunidad científica en dos grandes ramas y ambas son muy respetuosas”.
Sociedad Mexicana de Inteligencia Artificial
De acuerdo con información oficial, esta sociedad, mejor conocida por sus siglas SMIA, tiene por misión “promover el cultivo y la aplicación de la inteligencia artificial en la República Mexicana. Agrupa tanto a profesionales como a académicos del área, a quienes ofrece un marco organizacional y de gestión que les permite compartir y difundir sus proyectos de investigación, docencia, vinculación o difusión de la disciplina”.
Fue así como el doctor Sossa estuvo al frente de dicho organismo durante dos años (de 2002 a 2004). Reconoce que él recibió una SMIA muy bien posicionada y que la regresó en igualdad de términos, con los recursos económicos necesarios para continuar realizando eventos como el Congreso Mexicano de Inteligencia Artificial (Micai), así como publicaciones periódicas a través de la editorial Springer Verlag y, en algunas ocasiones, dichas llegan a revistas prestigiosas, subraya el ingeniero.
“Entonces, como presidente de la sociedad en aquel momento, solamente me tocó continuar dándole el impulso que se requería para que esta continuara con sus funciones, así como los presidentes actuales lo hacen. Yo creo que la Sociedad va bien, aunque siempre hay cosas que se pueden mejorar”, concluyó muy diplomáticamente este apasionado de la ingeniería.
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