Paulina Amezquita, estudiante sobresaliente del PACE
Por Joel Cosío
La Paz, Baja California Sur. 9 de diciembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- María Paulina Amezquita Arce, de tan solo trece años de edad, es una de las estudiantes más sobresalientes en el Programa de Acercamiento de la Ciencia a la Educación (PACE) del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor), por su aprovechamiento en la realización de la investigación Efecto de campos electromagnéticos en el desarrollo temprano del ostión japonés (Crassostrea gigas), desarrollado en conjunto con su asesor, el biólogo marino José Luis García Corona.
El estudio se realizó en el Laboratorio de Histología del Cibnor, con el apoyo de la doctora María del Carmen Rodríguez Jaramillo, responsable de dicha área y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
La investigación obtuvo una mención honorífica en el Campamento Científico y Foro de las Ciencias y Civilización, realizado del 4 al 9 de octubre, en Entre Ríos, Argentina.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Paulina mencionó que representar a su país con esta investigación fue una experiencia inolvidable, y además trabajar de la mano de científicos la motiva a seguir experimentando con la ciencia.
“Me gustaría dedicarme a la ciencia de grande, (este proyecto) me deja una buena experiencia porque a mi corta edad ya realicé una investigación en un centro, con tantos científicos, como Cibnor. Aprendí desde la realización del proyecto, cómo se plantea una hipótesis, todo el proceso”, comentó Paulina Amezquita.
El asesor de la estudiante, José Luís García dijo que introducirla al desarrollo del proyecto científico fue una labor de enseñanza y aprendizaje, que se facilitó a causa de la disposición por aprender que Paulina mostró desde un principio.
“Ella es inteligente, tenaz y objetiva, esas cualidades nos facilitaron mucho llegar hasta este punto”, aseveró José Luis García Corona, quien además es estudiante de la maestría en ciencias en el uso, manejo y preservación de los recursos naturales del Cibnor.
“Esta investigación a mí también me dejó mucho, sobre todo a comunicar la ciencia de otra manera. Nosotros, quienes realizamos investigaciones científicas, estamos muy acostumbrados a hablar solo entre nosotros y a veces no sabemos cómo llevar la ciencia afuera, cómo comunicarla, poder trabajar con Paulina me dejó muy satisfecho”, continuó.
Paulina fue canalizada al PACE por medio de una serie de evaluaciones y monitoreos a cargo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con los que detectaron sus aptitudes académicas y científicas.
Posteriormente, inició un proceso de preparación a través de divertidos experimentos relacionados con la ciencia y la tecnología, así como la convivencia con científicos de distintas áreas del conocimiento, además del desarrollo de la investigación científica mencionada anteriormente.
“Era la primera vez que trabajaba en un proyecto científico, junto con los maestros, me agradó mi maestro porque no batallé para entenderle”, dijo Paulina Amezquita.
“Los sábados llegaba al laboratorio y me decían hoy vamos a deshidratar tales muestras y a capturarlas en el microscopio óptico, era muy divertido”, continuó.
“En el caso de Paulina no fue tan difícil explicarle en qué consistía el experimento y cómo se usaba el equipo, nos llevamos una gran sorpresa cuando le empezamos a explicar, porque a ella le resultó fácil”, agregó José Luis García.
El apoyo de su familia fue muy importante para la realización del proyecto; durante poco más de un año tuvo que dar seguimiento a su investigación, además de cumplir con sus labores académicas y clases de clavados y softbol, deportes que le encanta practicar.
En la actualidad, Paulina estudia en la Escuela Secundaria José Pilar Cota Carrillo, en el municipio de La Paz, Baja California Sur.
Desarrollo de la investigación
Dentro del PACE, los científicos adscritos al Cibnor ofrecen una cartera de investigaciones para que los estudiantes con aptitudes sobresalientes escojan el tema que más les interesa y lo desarrollen en conjunto con un asesor y un coordinador de investigación.
Paulina eligió integrarse a la investigación sobre el efecto biológico de los campos electromagnéticos producidos por teléfonos inteligentes en el desarrollo de las larvas del ostión japonés.
El tema a investigar fue propuesto por la doctora María del Carmen Rodríguez, en conjunto con José Luis García, y nació de la necesidad de explicar el fenómeno de mortalidad y malformación de larvas de un estanque que había sido expuesto a campos electromagnéticos producidos por teléfonos móviles, en un centro de cultivo de ostiones ubicado en Baja California Sur.
“Este proyecto surgió por una necesidad real, la cual consistió en que un productor acuícola nos solicitó un servicio para saber por qué morían sus larvas. Desde el punto de vista patológico no tenían problemas. La inquietud era que el tanque, en donde encontramos la mortalidad de larvas, estuvo muy expuesto a la influencia de los celulares que los técnicos manejaban durante su jornada laboral, de ahí surgió la duda sobre si los campos electromagnéticos de extremada baja frecuencia estaban afectando las larvas”, detalló la doctora María del Carmen Rodríguez.
La doctora agregó que desde el primer momento Paulina y José se involucraron seriamente en cada proceso de la investigación, la cual fue posible con financiamiento del PACE.
“Me llevaron a conocer el laboratorio, me explicaron cómo se manejaban las cosas y aquí empezamos las primeras fases del experimento; exponer las larvas de ostión a los campos electromagnéticos y procesarlas para hacer los estudios de microscopía óptica y electrónica, para ver qué efectos tenían”, mencionó Paulina Amezquita.
“La hipótesis era que los dañan en su desarrollo temprano, no sabíamos que iban a ser tan agudos los efectos como deformidades y mortalidades masivas en las larvas”, continuó.
El experimento consistió en exponer un grupo de larvas concebidas de los reproductores de las larvas afectadas originalmente a tres condiciones diferentes de campos electromagnéticos: uno de emisión continua de campos de extrema baja frecuencia, otro de emisiones intermitentes y una sin exposición.
“Las larvas que estuvieron expuestas de manera constante tuvieron mayor mortalidad y alteraciones morfológicas, desde la formación de la concha hasta la formación de los órganos y la posición elemental de estas larvas. En el caso de la exposición intermitente, fue menor el problema morfológico y la mortalidad. En el que estuvo sin exposición, no se dio ningún problema”, precisó la doctora.
“El microscopio electrónico nos permitió determinar que la composición elemental de las larvas, tanto de la concha como de sus tejidos, fue diferente. Hay que recordar que todas nuestras células funcionan a través de campos electromagnéticos y que hay iones en las larvas, en las células que tienen que tener un ambiente idóneo para poder funcionar, de tal manera que los campos electromagnéticos afectan el desarrollo de las células”, continuó.
La doctora María del Carmen Rodríguez señaló que desde el punto de vista de la producción acuícola esta investigación servirá para que los productores de ostión japonés adopten precauciones con el uso y manejo, en áreas de producción, de dispositivos que emitan campos electromagnéticos.
“La investigación debe continuar porque la sociedad está bastante expuesta a este tipo de campos electromagnéticos, es muy común ver a niños expuestos a celulares y tabletas, la gente cree que no existe ningún riesgo y, de hecho, hay un riesgo. Por ejemplo, existe un pronóstico alarmante en el que en el 2020 la miopía va a ser un padecimiento muy común desde muy temprana edad porque los niños están constantemente expuestos a la luz de los celulares”, finalizó María del Carmen Rodríguez.
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