Alejandra Castañeda y el estudio de la política migratoria
Por Ana Luisa Guerrero
Ciudad de México. 18 de abril de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Alejandra Castañeda Gómez del Campo se formó como antropóloga social en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y se doctoró en antropología cultural en la Universidad de California en Santa Cruz. Al estudiar el posgrado se interesó en el fenómeno migratorio, enfocando sus análisis en cultura y política migratoria.
Actualmente es especialista en temas de política migratoria y derechos humanos en Estados Unidos, México y Centroamérica; es investigadora asociada de El Colegio de la Frontera Norte (Colef) coordinando el Observatorio de Legislación y Política Migratoria.
La investigadora comparte con la Agencia Informativa Conacyt que ingresó a este centro público de investigación en 2011 por invitación de su presidente, el doctor Tonatiuh Guillén López, quien observó su trabajo y le pidió que contribuyera a la conformación del Observatorio.
“A El Colef llego porque estaba aquí en San Diego, California; presenté una ponencia y al presidente de El Colegio le gustó mucho el trabajo que estaba haciendo y se le ocurrió la idea de crear el Observatorio, que es un poco de la investigación que yo hacía".
La investigadora, que en ese momento era profesora del Centro de Estudios México-Estados Unidos, de la Universidad de California, San Diego, relata que le entusiasmó el proyecto y de inmediato comenzaron a trabajar en el diseño y la elaboración de la base de datos, que al principio se enfocaba solo en legislación migratoria de Estados Unidos, particularmente la de ciudades y a nivel federal.
Posteriormente, el contenido se amplió a poner en línea trabajos y artículos en temas de migración, además de difundir noticias. Actualmente se ha consolidado como un sistema de información enfocado en recopilar, revisar y analizar información sobre política migratoria y derechos humanos.
De acuerdo con su sitio en Internet, el Observatorio busca ser un instrumento que oriente las decisiones e iniciativas de actores políticos, académicos y de la población migrante y las organizaciones que los defienden; realiza un seguimiento de las noticias que publican los medios de comunicación, artículos especializados y documentos que aportan contexto e información, en tanto que presenta mapas y gráficos que traducen la información sobre políticas migratorias a un lenguaje más accesible para la población no especializada.
Para la doctora Castañeda Gómez del Campo, la labor que realiza es novedosa porque hace uso de nuevos medios para la investigación, como las redes sociales, y presenta los datos a través de gráficos con el propósito de hacerlos más accesibles a los internautas.
“A mí me encanta porque he tenido que aprender nuevas cosas que no había estudiado. Lo que investigo lo traduzco a un lenguaje entendible para un público que va más allá de la academia, y eso me parece fascinante porque cuando escribes pueden leerte cerca de 30 personas, pero a través de este medio llegamos a un público enorme, porque con un artículo pequeño o un boletín informativo acercamos la investigación a la sociedad”, explica.
Observar la migración
De formación antropóloga, Alejandra Castañeda centró su trabajo sobre cultura política y migración cuando estudiaba el doctorado, planteándose si la experiencia migratoria impactaba en la cultura política.
“Ese trabajo derivó en el tema de ciudadanía y ahí fue donde me enfoqué en el tema de política migratoria, para conocer qué tanto impacta. Estudié el voto de los mexicanos en el extranjero y la nacionalidad centrándome en la tradición cultural, porque soy antropóloga”, indica.
Estos trabajos la llevaron a estudiar la política migratoria en la región, en temas como desintegración familiar o de los menores no acompañados. Tiene como fuente de información las sesiones legislativas del Congreso de Estados Unidos, para conocer el desarrollo de las leyes que giran en torno a estos u otros aspectos.
“Soy especialista en política migratoria y en la reforma migratoria de Estados Unidos. Sigo las sesiones del Congreso, algo que para muchos puede resultar muy aburrido pero yo lo encuentro fascinante; así que tuiteo cuando hay discusiones sobre estos temas”.
La investigadora radica en la ciudad fronteriza de San Diego, California, donde viven de manera legal e ilegal miles de mexicanos. A diario convive con muchas personas, a través de quienes constata la importancia del análisis sobre la política migratoria.
“Vivo aquí con mi familia. En la escuela de mi hijo hay gente que es indocumentada, los papás que no tienen documentos y que sus hijos son ciudadanos. Entonces parte de las cosas de las que escribo las puedo ver en la gente que las está experimentando en carne propia”, dice.
Y aunque tiene la oportunidad de conocer esas historias, no las toma como su objeto de estudio. Por el contrario, sí usa el testimonio de los defensores de los derechos de los migrantes en sus trabajos de investigación formal.
En ese sentido dice no compartir el concepto de objetividad científica, aunque aclara que como investigadora puede explicar la perspectiva del Estado, en este caso los planteamientos y leyes de Estados Unidos, aunque también asume el otro lado que es cómo esas políticas afectan a las personas.
“Creo que tengo la capacidad de mirar los dos, tres o cinco lados que haya, pero me gusta tener la perspectiva de analizar cómo impactan las políticas migratorias en los derechos humanos, y creo que esa visión debemos mantener”, concluye.
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