20 años del doctorado en ingeniería de la UAQ
Por Israel Pérez Valencia
Santiago de Querétaro, Querétaro. 13 de enero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- El programa de doctorado de la Facultad de Ingeniería, de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), cumplió recientemente 20 años de impartirse. Se trata de uno de los posgrados más grandes de esta institución y uno de los que más reconocimiento tienen en la entidad y la región por la cantidad de egresados de alto nivel que han podido colocarse de manera exitosa en la industria, instituciones y centros de investigación.
Actualmente, la Universidad Autónoma de Querétaro ofrece los doctorados en mecatrónica y biosistemas, que dependen del posgrado en ingeniería, además del de ciencias de la energía, que es un esfuerzo conjunto entre las facultades de Química e Ingeniería. Todos ellos, incorporados al Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el coordinador de posgrado de la Facultad de Ingeniería de la UAQ, Juan Carlos Jáuregui Correa, resaltó la importancia no solo de la calidad en la oferta académica en cada uno de los doctorados de la universidad, sino además, de dar un seguimiento a los estudiantes y la viabilidad de sus proyectos, en los que deben ir integrados, tanto la resolución de un problema social como una contribución al desarrollo tecnológico del país.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo puede evaluar, tras estos 20 años, los doctorados que ofrece la UAQ?
Juan Carlos Jáuregui Correa (JCJC): La evaluación es muy satisfactoria. Es un programa que nos ha permitido la creación de otros dos doctorados, con temáticas especiales pero que mantienen la calidad, transversalidad y una dinámica de integración muy completa para nuestros alumnos.
Todos ellos son productos de nuestro plan de estudios y la dinámica de la facultad; eso ha generado que varios de nuestros estudiantes hayan alcanzado el nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Estos resultados se los podemos atribuir a muchos factores, pero hay dos que quisiera resaltar: una exigencia en el ingreso, que nos obliga a aceptar candidatos con muy buenos atributos y a prepararlos con un estándar de calidad académica; y el segundo, el alto índice de egreso.
AIC: ¿Qué estrategias llevan a cabo para lograr estos resultados con los estudiantes del posgrado?
JCJC: Para que nuestros estudiantes no pierdan el ritmo tenemos un programa que les da seguimiento de manera individual, que vigila que su desempeño no se desvíe —y no me refiero a cuestiones de carácter personal— sino desde el punto de vista científico, porque luego los estudiantes se emocionan con el conocimiento y comienzan a dispersarse con muchos proyectos o vertientes.
A veces nos cuesta algo de trabajo hacerles entender la diferencia entre una solución de ingeniería y una solución científica. Por eso trabajamos en ese seguimiento personalizado a través de seminarios donde vamos compaginando estos aspectos, o eventos, como el 10o Coloquio de la Facultad de Ingeniería el pasado mes de noviembre.
HEl doctor Juan Carlos Jáuregui Correa es ingeniero mecánico electricista egresado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Obtuvo el grado de maestro en ingeniería mecánica por la misma facultad y el doctorado en ingeniería por la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, de los Estados Unidos. Dentro de los proyectos más sobresalientes en los que ha participado está el diseño y construcción del mecanismo de control de posición del espejo secundario del Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, del cual fue nombrado ingeniero en jefe. Fue el primer director de la Unidad Aguascalientes del Centro de Tecnología Avanzada (Ciateq) Aguascalientes y es miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores. |
Ahí tuvimos seis ponencias magistrales, cuatro talleres, eventos deportivos y culturales, y una mesa redonda con los principales exponentes del doctorado, donde se habló del progreso de este programa ya consolidado en el PNPC y el impacto que está teniendo en el desarrollo profesional de los estudiantes.
Nosotros invitamos a los estudiantes de doctorado a que se conciencien de que el conocimiento que se genera en las universidades debe observarse en algo tangible, que es el desarrollo tecnológico, para poderlo llevar a la industria y que ellos también vengan a plantearnos un problema cuya solución requiera conocimiento científico y hacer este círculo virtuoso.
AIC: ¿Qué se busca generar con ese círculo virtuoso que menciona?
JCJC: Ese círculo virtuoso es importante para que podamos tener una sociedad del conocimiento, que base la competitividad en hacer las cosas mejor y que además esté orientada a los intereses sociales y que resuelvan sus problemas en un marco de sustentabilidad, porque estamos convencidos de que todo se puede arreglar con tecnología.
Cuando nos metemos a lo que es el desarrollo científico y tecnológico es importante recordar que una de las formas de medir la calidad de un producto es la cantidad de conocimiento que lleva involucrado. Por ejemplo, fabricar un teléfono celular requiere la participación de mucha gente y varios procesos, a diferencia, por ejemplo, de un bulto de cemento cuya fórmula ya es algo tradicional, es decir, tiene muy poco valor agregado.
Si nosotros logramos involucrar más conocimiento en los productos mexicanos, es decir, si todo lo que se está investigando en las universidades lo pudiéramos empaquetar en un producto, de no muy grandes dimensiones, seríamos mucho más competitivos puesto que se romperían los retos tecnológicos que nos impone la globalización.
AIC: ¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan las instituciones de educación superior en ese sentido?
JCJC: Uno de los retos más importantes es que los alumnos deben estar comprometidos con problemas específicos y que también estén financiados, no necesariamente por el recurso en sí, sino para asegurar que se logren los objetivos. Cuando se hacen proyectos sin una salida o fin bien definidos se pierden o desvían respecto de los objetivos.
Una de las riquezas de la Universidad Autónoma de Querétaro es la vinculación, tanto social, cultural, industrial y empresarial. Somos de las instituciones en el estado que más recursos reciben del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Conacyt, aproximadamente 80 millones de pesos, y tenemos otro indicador importante, que es la permanencia de nuestra oferta académica en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad.
Esa es una de las virtudes de la universidad, nos adaptamos a los sistemas normativos y a los estándares de calidad, porque tenemos un marco de referencia para saber cómo estamos haciendo las cosas. Y es que, como ingenieros es, de alguna manera, más sencillo estructurar un posgrado dentro de conceptos estandarizados porque es más práctica la profesión, eso nos ubica más fácilmente. El reto fundamental, tras esta consolidación, es crecer.
• Dr. Juan Carlos Jáuregui Correa
Coordinador del programa de Posgrado de la Facultad de Ingeniería
Universidad Autónoma de Querétaro
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