Los genes contra el ambiente
Por Amapola Nava
¿Qué tanto influyen los genes en el desarrollo de un individuo?, ¿y su medio ambiente? ¿Por qué dos individuos, gemelos idénticos, que comparten el mismo genoma van pareciéndose cada vez menos conforme crecen?, ¿por qué uno de ellos desarrolla cáncer y el otro no?
Las incógnitas que se generan al considerar la relación entre ambiente y herencia biológica eran ya un problema para las ciencias biológicas en 1943, año en el que Conrad Waddington acuñó el término epigenética para referirse a la interacción entre la información genética y el ambiente.
Pero fue hasta unas décadas después, después de que se descubrió la estructura física del ADN y que se identificó la maquinaria principal que interviene en el proceso de transcripción del código genético, y gracias al avance en la tecnología de secuenciación de genes que se facilitó el estudio de la epigenética desde un punto de vista molecular.
“A partir del descubrimiento del genoma, alrededor del 2001 y el 2003, logramos conocer toda la secuencia de ADN en el ser humano, pero de allí surgió la pregunta: ¿y cómo funciona?, ¿cómo se regulan eso genes que van a pasar del ADN a ARN (ácido desoxirribonucleico) y luego a proteínas, que es el producto que vemos en nosotros?”, la Dra Vilma Araceli Maldonado Lagunas, investigadora en ciencias médicas del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen).
Las investigaciones entorno al problema llevaron a descubrir que las hebras de ADN tienen ciertas secuencias regulatorias, que indican cómo se van a expresar los genes. Pero, además observaron que las hebras de ADN no se encuentran desudas en las células, sino asociadas a las marcas epigenómicas y la maquinaria que las quita.
Y se estableció que los principales mecanismos que tiene la célula para realizar este marcaje epigenómico son la metilación del ADN y la desacetilación de histonas, proteínas en las que se encuentran enrolladas las hebras de ADN.
Los investigadores observaron que estos marcadores, tienen la capacidad de “silenciar” o “potenciar” las instrucciones del código genético sin cambiar lo que está escrito en él. Y que están presentes o ausentes según los hábitos y el entorno en el que se desarrollen los individuos.
Además, estas marcas epigenómicas se transmitían de padres a hijos, por lo que el comportamiento y el entorno de los progenitores afecta el funcionamiento del genoma de su descendencia.
El estudio de la epigenética demostró los genes no son los únicos determinantes en las características de los individuos y que el ambiente tiene una influencia sobre el desarrollo de las células mucho mayor al que se creía.
Fuente: Epigenética
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