Centrogeo: la geografía y la geomática a la vanguardia
Por Susana Paz
México, DF. 18 de mayo de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- A 15 años de su creación, el Centro de Investigación en Geografía y Geomática Ingeniero Jorge L. Tamayo (Centrogeo) es una instancia joven y vigorosa que realiza actividades de investigación básica y aplicada en las áreas de ciencias geográficas, geomáticas y disciplinas afines a las ciencias exactas, naturales y sociales.
Para su director general, José Ignacio Chapela Castañares, se trata de un centro “que está posicionado sobre un área emergente del conocimiento, que es la geografía y la geomática. Estos dos conceptos conllevan la integración de aspectos espaciales con las tecnologías para su manejo; ese es el nacimiento del Centrogeo, una fusión que en muchos lados es mejor conocida como llevar a cabo sistemas geográficos de información”.
Ubicado en el sur de la Ciudad de México, bordeado de árboles y un clima frío por su cercanía al Ajusco, el Centrogeo, que forma parte del Sistema de Centros Públicos de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), busca consolidarse como una instancia científica, tecnológica y de innovación, y convertirse en referente para incidir en las reflexiones de las políticas públicas, apelando a la transdisciplinariedad, la convergencia y colaboración con instituciones afines.
Con más de un año al frente del centro, Chapela Castañares presentó un panorama amplio sobre el presente y los desafíos a futuro que definen a esta institución.
Visión espacial
Centrogeo fue fundado en 1999. Por muchos años, aseguró su director general, ha desarrollado trabajos de vinculación estrecha con instituciones públicas para acercar las tecnologías y una visión espacial de los problemas relacionados con medio ambiente, aspectos sociales y económicos, para darles una perspectiva geográfica.
“En el momento en que uno pone la geografía como elemento adicional de análisis, la visión cambia, las perspectivas se hacen más claras, de ver qué está ocurriendo no en general en el país, sino qué está ocurriendo a nivel estatal, municipal, a nivel local, según se cuente con información”, expresó.
Otra área en la que han contribuido en términos de tecnología y visión ha sido la de seguridad pública, la cual han trabajado por alrededor de cinco años y de donde ha surgido un nuevo elemento o componente más actual, debido al desarrollo que ha tenido la tecnología, sobre todo, las redes sociales e internet.
Para Chapela Castañares, en el momento en que surge esta “revolución” de datos, la información geográfica adquiere otro nivel, pues ya no se produce solamente en instituciones o empresas, sino que se crea todos los días, a todas horas, en cada segundo, a través de las redes sociales. Mucha de esa información, denominada Big Data, la nube de información, contiene contenido geográfico de quien la produce y del lugar donde se produce o la referencia geográfica.
“Eso para nosotros implica nuevos retos de minería de información, de datos, pero ya no solamente en base de datos, sino en la propia red. Ese primer reto nos lleva a un plano diferente de reflexión en términos de nuestro desarrollo tecnológico, tenemos que estar acorde a esos tiempos y tenemos que lograr nuevas alianzas”, expresó.
En este tema han trabajado estrechamente con el Fondo de Información y Documentación para la Industria (Infotec) y el Centro de Investigación en Matemáticas (Cimat), ambos también pertenecientes al Sistema de Centros Públicos de Investigación del Conacyt. Un tema en el que se han enfocado tiene que ver con acercar la tecnología, la información geográfica y las capacidades de análisis hacia la toma de decisiones, de la esfera pública y privada.
“En ese sentido, hay un componente adicional que se requiere incorporar como enfoque de trabajo cotidiano. Esto es, que nuestras capacidades de análisis espacial lleven modelos matemáticos, estadísticos, econométricos, de las ciencias de la computación, para poder interpretar mejor los datos, y poder llegar a mejores decisiones. Ahí cobra mucha importancia la alianza que estamos haciendo con Cimat, que es un centro de primera, en donde trabajan el área de matemáticas, estadística y ciencias de la computación, desde la perspectiva de modelos de interpretación”, afirmó Chapela Castañares.
Agregó que Centrogeo es una instancia estratégica por su visión trasversal a problemas de política pública, “por una visión transdisiciplinaria, pues cruza disciplinas, la geografía lo hace, el análisis espacial lo hace, y que está tomando un nuevo rumbo a partir de sustentarse en alianzas fuertes para un mejor entendimiento y explotación de la información geográfica en Big Data y el desarrollo de una nueva generación de modelos de análisis espacial”.
Principales proyectos
Las cuatro áreas en que se insertan los proyectos de investigación son ambiente, desarrollo sustentable, sociedad y desarrollo tecnológico. Entre algunos de los principales proyectos de la instancia está uno que abarca el tema de la sustentabilidad alimentaria. Se trata, afirmó el director general, de una temática que va más allá de los conceptos tradicionales de seguridad y soberanía alimentaria, y que se refiere a los procesos por los cuales la sociedad, los grupos locales, lo productores, las familias, pueden lograr elementos de mayor acceso a la alimentación y brindar procesos que den sustentabilidad a la posibilidad de seguir contando con esos elementos, sin deterioro del medio ambiente.
“Es un tema de mayor importancia que se está viendo como un proyecto eje articulador de la Alianza Estratégica para el Desarrollo Sustentable de la Región Pacífico Sur. Es una alianza entre cuatro centros Conacyt: el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY); Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (Ciatej), el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) y nosotros. Estamos contribuyendo con esa visión transversal y transdisciplinaria, para dar todo el sustento de lo que llamamos ahora una Plataforma de Servicios de Información Geoespacial”, explicó.
La aplicación inicial de este proyecto será en los tres estados prioritarios del país, que son Guerrero, Oaxaca y Chipas, y también han incorporado a Michoacán.
“Este sin duda es un proyecto preferente que se está desarrollando en el Corredor Seco de Centroamérica, pues ya tenemos detectado a través del análisis de la información geográfica que hay un corredor seco, quiere decir, que hay condiciones muy difíciles en términos de producción y alimentación en estos cuatro estados, por lo que la visualización es muy importante”, consideró.
Otro proyecto que trabajan tiene que ver con un análisis de carácter territorial, que es la cuenca del Usumacinta; si bien la mayoría de la cuenca está en Guatemala (ahí nace), descarga en Chiapas, una parte de Tabasco y Campeche.
“El Usumacinta es el último río vivo, no tiene todavía producción eléctrica, y un planteamiento importante es que si se llega a dar eso, que es muy necesario, tiene que ser con las nuevas tecnologías para no afectar el entorno. Es la zona donde se producen los servicios ambientales más importantes del país, también contiene un porcentaje altísimo de la biodiversidad, presenta elementos de naturales para la generación de geoplasma, que son variedades que naturalmente, sin intervenciones genéticas, se producen con elementos de resistencia naturales”, afirmó.
Por lo tanto, trabajan con algunas instituciones como el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), con el grupo Cambio Global en Tabasco y, en particular, con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de la investigadora Julia Carabias, que tiene un grupo científico en la zona.
“Este proyecto traerá un gran impacto, la mayoría de los estudios que ahí se realizan tienen un carácter de conocimiento de tipo ambiental, y nuestro enfoque es ambiental-poblacional, es decir, que la gente importa en términos de su gestión cotidiana, como familia, como estructuras comunitarias, en su gestión por servicios, por producción, y cómo se pueden generar líneas de políticas públicas que puedan redundar en que los servicios ambientales sean sustentables, al tiempo de hacer productiva la zona”, explicó.
Una tercera investigación se refiere a la integración de varios proyectos y experiencias en el centro, que han denominado Sociedades Seguras y tiene que ver con las capacidades de “resistir” y recuperarse de desastres naturales o no naturales, que puedan ocurrir en determinada zona.
El director del Centrogeo aseguró que ese primer nivel de conocimiento de vulnerabilidades y riesgos lo pretenden llevar más allá de lo que ya se tiene de datos en el país, con los diferentes modelos, en diversos años y para prácticamente todos los estados, en los atlas de vulnerabilidades y riesgos con los que ya se cuenta.
“Estamos yendo más allá, a que esa información pueda servir de base, ya tratada a nivel de sistemas de servicios de información geográfica, para que una vez que ocurra el desastre se tengan los elementos para que se pueda recoger información en tiempo real, ubicar realmente dónde estuvieron los daños y cuáles son los riesgos de la población y económicos que están asociados, esto a través de subir a las redes sociales y bajar de ellas información en tiempo real hacia quien está interviniendo en el desastre”, detalló.
En Sociedades Seguras también se incorpora la parte de seguridad pública, para lo cual en el centro han desarrollado modelos de análisis geográfico que permiten ubicar las zonas de riesgo, las estrategias y capacidades de respuesta, no solamente de la policía sino de los sistemas de videovigilancia.
Otro de los proyectos más importantes, que el director denominó el “proyecto eje” de la transformación del Centrogeo en un centro científico y tecnológico, es la conformación de un Laboratorio de Geointeligencia. Y es que afirmó que actualmente, por el tipo de actividades que desarrollan desde sus inicios, están considerados dentro del grupo de los centros de las áreas sociales, y si bien quieren seguir ahí, tienen que transitar también a convertirse en un centro de desarrollo tecnológico.
“Este laboratorio ya está en proceso de integración gracias a la ayuda del Conacyt. Estamos en posibilidades este año de reforzar tanto la infraestructura tecnológica como las capacidades técnicas del centro, y poder ofrecer para principios del próximo año una plataforma de servicios de información geoespacial en web. Esto es el eje de la transformación tecnológica del centro; además, el laboratorio se constituye en el eje de ayuda a estos tres proyectos emblemáticos antes descritos”, expresó.
Para Chapela Castañares, la consolidación de Centrogeo como un centro científico, tecnológico y de innovación es uno de los mayores objetivos en su administración.
“La innovación no es un adjetivo que se le pega a la ciencia y tecnología, nosotros consideramos que el aspecto central del laboratorio está en la generación de productos y servicios que lleguen al mercado y que tengan éxito. Para nosotros esa es la innovación, lo otro es desarrollo tecnológico e investigación científica; llamarle innovación es que llegue al mercado, productos y servicios generados por nosotros”, consideró.
Los laboratorios de Geointeligencia, el Nacional de Políticas Públicas y de Internet del Futuro, serán parte de los instrumentos de trabajo del Consorcio de Centros Públicos de Investigación Científica de Aguascalientes, conformado por Centrogeo, Cimat, Infotec y el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Recursos humanos y oferta académica
El director general del Centrogeo expuso que en el primer año de su gestión duplicaron el número de investigadores doctores, y pasaron de 11 a 21, próximamente 22.
“Estamos muy activos compitiendo por Cátedras Conacyt, nuestra intención es triplicar o cuadruplicar el numero inicial. Necesitamos crecer y tener una masa crítica de investigación en estas nuevas áreas emergentes. Eso tiene que ver con la parte de formación”, aseguró.
Entre los objetivos de mediano plazo en el área de oferta académica tienen un proceso de revisión de la especialidad y la maestría en Geomática, para incorporar los nuevos elementos tecnológicos y actualizarla. Para Chapela Castañares, el replanteamiento principal es que el doctorado en el Centrogeo ya no podrá ser en Geomática, cuando ya existen áreas de conocimiento que lo rebasan.
Planean también abrir una maestría en Planeación y Análisis Espacial, de la que ya tienen un planteamiento que está en proceso de discusión y esperan que nazca desde el principio bajo las bases del Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC).
Además, pretenden crear una maestría interinstitucional en colaboración con Infotec y Cimat, en los temas que tienen que ver con geointeligencia, que está pensada para desarrollarse en el siguiente año.
“Le tengo mucha fe al trabajo interinstitucional, porque no creo que ninguna institución tiene todos los recursos humanos para poder enfrentar los nuevos retos con su personal o con las áreas que trabaja, sino que tiene que compartir recursos y conocimientos. Nuestro centro es pequeño, necesitamos alianzas fuertes para poder crecer en el terreno de investigación, formación y desarrollo tecnológico”, expresó.
Retos y desafíos
José Ignacio Chapela Castañares lleva poco más de un año al frente del Centrogeo. A su consideración, se trata de un gran reto por dos razones: “Una, yo no soy investigador. Tengo un doctorado multidisciplinario, estudié una maestría en Actuaría en la UNAM, una maestría en Computación, una maestría en Economía y el doctorado sobre Planeación y Desarrollo Institucional. Por lo tanto tengo una formación multidisciplinaria. Pero toda mi vida me he dedicado a ser promotor, generador de cambio institucional, en instituciones complejas como el caso de las áreas de seguridad pública”.
Con esta gran experiencia y una larga trayectoria, para el director el trabajo en este centro le permite conjuntar su sólida formación académica con su gran experiencia en términos de planeación, conducción de grupos, administración de la inteligencia, en la búsqueda de generar procesos de cambios institucionales y proyectos estratégicos en el país.
“La conjunción de esos elementos en el Centrogeo me parecen una oportunidad única de –sin pretender ser lo que no soy: un investigador– poder crear un espacio de reflexión de trabajo, de coordinación de los investigadores tecnólogos, en un proyecto de gran envergadura; y este centro tiene ese potencial, de convertirse en un centro estratégico con producción científica, tecnológica y productos y servicios de innovación a nivel internacional. Ese es el reto y es lo que a mí me atrae”, señaló.
Y afirmó que ese camino no es individual ni significa el trabajo de una sola persona, sino de toda la comunidad que conforma el centro.
“Y la comunidad ha respondido de manera impresionante. Una comunidad que en el mes de febrero del año pasado los convoqué para presentar proyectos de Cátedras Conacyt, y respondieron más de la mitad de los doctores. Un dato que me dio mucho gusto. Además, cada año se hace una encuesta por parte de la Secretaría de la Función Pública (SFP) sobre el clima laboral, cómo está la gente, cómo se siente, y quedamos en segundo lugar de todos los centros. Estamos entre las 10 mejores calificaciones de todo el gobierno federal, quiere decir que hay un buen clima, y eso me da mucho gusto”, expresó.
Para el doctor Chapela Castañares, el trabajo de un director es escuchar y dar cauce a una comunidad. A su juicio, el desafío es tener la capacidad, como centro público de investigación, de generar recursos no solamente para el sostenimiento, sino también para el crecimiento del centro. Afirmó que el reto es lo que pueden generar a través de sus proyectos, productos y servicios.
“Nosotros vemos en el Centrogeo la capacidad de generar recursos propios a través de proyectos de vinculación con el sector público y privado, a través de la generación de productos a una escala industrial y comercial adecuada, y de servicios que podamos prestar y cobrar por ellos para, con esos recursos, tener mayor capacidad de investigación y desarrollo tecnológico”, concluyó.
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