Se gesta en Ipicyt nuevo centro de investigación
Por Ana Luisa Guerrero
México, DF. 24 de junio de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Aprovechar de forma sustentable la fauna y la flora del desierto mexicano, que abarca más del 50 por ciento del territorio nacional sobre todo en su parte norte, es una gran oportunidad para el desarrollo científico y tecnológico en México. Por ello, a fin de potenciar esos recursos, en el estado de San Luis Potosí se gesta un nuevo Centro Público de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
El proyecto, que se encuentra en una fase de definición académica y administrativa, será incubado en primera instancia en el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt), con el propósito de que los primeros trabajos inicien a la par de la construcción de la infraestructura.
El director general del Ipicyt, David Ríos Jara, adelantó a la Agencia Informativa Conacyt que el proyecto está en su fase de estructuración, en la que se han conjuntado planteamientos de expertos nacionales para organizar una propuesta académica, y la capacidad de especialistas en administración gubernamental para definir los aspectos administrativos y legales.
“Existen esfuerzos académicos en nuestro país en estos temas pero todavía son aislados, en cierta medida, aunque muy valiosos y con un gran potencial para generar algunos casos de mucho éxito. En nuestro caso, la idea es conjuntar una capacidad interdisciplinaria en un centro de investigación que se dedique a estos temas en particular”, dijo.
De acuerdo con el estudio Regiones naturales y biogeografía de México, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los desiertos en el país “están llenos de vida con plantas y animales con interesantes estrategias para nacer, crecer y reproducirse con clima extremo de calor y frío, y con la poca agua que hay disponible”.
Estos territorios tienen una topografía muy variada, por ejemplo pastizales en Chihuahua, dunas de arena en el Desierto de Altar en Sonora o Cuatro ciénagas en Coahuila, así como laderas de montañas; en ellos habita una extensa variedad de plantas y animales que pueden ser aprovechadas para la innovación, tomando como referencia lo que se ha hecho a nivel nacional e internacional.
“Hay experiencias en el mundo con éxito y la biodiversidad del desierto mexicano hay que aprovecharla, ya que representa un área de oportunidad muy grande. La idea es generar cadenas de valor que beneficien a las poblaciones de esas regiones que en general son pobres”, señaló el especialista.
El doctor en Física de Materiales por el Institut National des Sciences Appliquées de Lyon, Francia, detalló que se plantea que la investigación sea a través de proyectos que generen avances tecnológicos y científicos en industrias como farmacéutica, médica, química, cosmética y alimenticia.
Y es que, apuntó, 19 estados del país tienen esas condiciones hidrográficas, que requieren programas para la generación de riqueza y bienestar social para la población.
Explicó que el proyecto surgió a partir de una propuesta del gobernador de San Luis Potosí, Fernando Toranzo Fernández, al director general del Conacyt, Enrique Cabrero Mendoza; la propuesta consistió en la cesión de un terreno y el apoyo del gobierno del estado. Desde ese momento se analiza la estructura jurídica para la conformación del nuevo centro en su carácter público.
El integrante nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) aseveró que el doctor Cabrero Mendoza ha presentado el proyecto a la Presidencia de la República, a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), así como a otras secretarías, logrando una buena recepción.
Incubación en el Ipicyt
El doctor Ríos Jara destacó que el Ipicyt planteó incubar el nuevo centro, por lo que puso a disposición dos pisos de un nuevo edificio, en los cuales hay 34 cubículos y cuatro laboratorios, equipos de calidad e incluso personal administrativo, con el propósito de que a principios de 2016 puedan iniciar los trabajos de investigación.
“Tenemos áreas suficientes y adecuadas. Esto permitiría a la nueva institución gozar de las ventajas que ya se tienen en infraestructura, incluso en apoyo administrativo (...) que haría más fácil y eficiente el nacimiento de esta nueva institución”, añadió.
Al ubicarse en la misma región geográfica, se plantea una interacción constante con el Ipicyt para evitar la duplicación de equipos grandes, así como la colaboración con las instituciones de la región para el desarrollo de líneas de trabajo.
“El esquema que estamos planteando busca establecer equipos multidisciplinarios de trabajo con los académicos, para abordar proyectos específicos. Así se identifica y se trabaja con expertos por temas de investigación, evitando en principio un esquema departamental, que es común en muchas instituciones”, abundó.
Asimismo, en sus inicios se contempla una plantilla de 25 investigadores y 10 técnicos, que daría masa crítica para arrancar las primeras pesquisas.
Innovación
El director, que ya tiene experiencia en la creación de instituciones al ser fundador del Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav) en Chihuahua, resaltó que entre las prioridades del nuevo centro está el generar innovación y productos de valor agregado que puedan ser aplicados, aunque sin dejar de lado la investigación, la formación de recursos humanos, la capacitación a usuarios y el brindar servicios a productores locales y regionales.
“Estamos interesados en lograr que en el mediano plazo seamos capaces de empezar a generar empresas de base tecnológica, que generen riqueza en la región”, insistió.
Para lograr estos objetivos, dijo, es preponderante identificar las áreas de oportunidad de la biodiversidad en la región; por ejemplo, ya planean la inclusión de antropólogos sociales que coadyuven en la identificación, con la población, de los usos y costumbres de los recursos naturales de esas regiones.
“Ellos saben las características de las plantas y para qué son utilizadas por la población, porque en muchos casos las usan desde el mundo prehispánico y pueden ser aprovechas en el rubro industrial en diferentes aplicaciones”, explicó.
Por estas áreas de oportunidad y su incubación en un centro exitoso; el nuevo centro empezaría su labor “con el pie derecho” y daría resultados a corto plazo, concluyó el doctor David Ríos Jara.
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