Remopac: monitoreo físico y biológico de la zona costera del Pacífico
Por Karla Navarro
Ensenada, Baja California. 17 de octubre de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- La Red de Monitoreo Oceanográfico del Pacífico Mexicano (Remopac) está conformada por un conjunto de instrumentos que recogen datos en costas, con los que especialistas del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) establecen relaciones entre las condiciones físicas del océano y su diversidad biológica.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora Lydia Betty Ladah, investigadora del Departamento de Oceanografía Biológica del CICESE y responsable de la Remopac, destacó la importancia de conformar bases de datos con información obtenida directamente en los sitios de estudio.
“Son datos muy importantes porque tenemos disponibles datos de satélite y de sensores remotos que nos dan datos de temperatura y clorofila superficiales, pero corresponden solo al primer centímetro de profundidad del agua y es muy difícil hacer proyecciones de qué está pasando a 20 metros de profundidad si no tienes instrumentos en sitio, y eso requiere monitoreo”, subrayó.
Instrumentos a 30 metros
Los instrumentos que conforman la Remopac se instalan en la zona costera hasta a 50 metros de profundidad y están diseñados para hacer mediciones de variables fisicoquímicas como temperatura, corrientes marinas, velocidad del viento, acidez (pH), oxígeno disuelto, entre otras.
“El tipo de equipo que usamos es muy típico: son amarraderos con cadenas de instrumentos, que miden por ejemplo temperatura de alta frecuencia, cada minuto o más frecuente, y hasta a 30 metros de profundidad”, explicó la doctora Lydia Ladah.
Comentó que los datos de temperatura son utilizados para analizar las cantidades de nutrientes presentes en el agua, usando un algoritmo diseñado para cada sitio de interés.
Mencionó que además de la temperatura de alta frecuencia, la red de monitoreo también tiene la capacidad de medir la penetración de la luz en el mar, datos que permiten a investigadores y estudiantes entender la distribución y actividad fotosintética de algunos productores primarios.
El correntómetro es otro instrumento de la Remopac; con él se miden las corrientes en diferentes capas para entender el flujo, la direccionalidad y el efecto de las corrientes de marea en organismos, con técnicas acústicas.
“Con este equipo se puede estimar la cantidad de organismos microscópicos que están en el agua, usando el correntómetro, en combinación con muestreos in situ, es una aproximación que usamos ahora para entender qué organismos están en el agua y cómo se mueven cada minuto con las corrientes de marea y ondas internas”, indicó la investigadora.
Monitoreo por tiempo y espacio
Los datos de la Remopac se recaban a lo largo de la columna de agua —fondo, media agua y superficie— en diferentes localidades y de norte a sur en el Pacífico.
La responsable de la red de monitoreo explicó que los datos se obtienen en intervalos que pueden ir de minuto a minuto o incluso segundos, cuando se trata de detectar cambios de alta frecuencia en los que la temperatura sube y baja en intervalos cortos.
“Este tipo de monitoreo puede ser muy importante porque los organismos se tienen que adaptar a estos cambios o pueden aprovechar pulsos de agua fría rica en nutrientes de muy corto tiempo, cuando sube el agua profunda", precisó.
Indicó que además de la variable del tiempo, los instrumentos trabajan con la variabilidad espacial que puede ser hasta de metro a metro o de varios kilómetros.
“Vemos todo este análisis entre los cambios mensuales, anuales o por década y ya que tenemos una serie de tiempo más larga, podemos empezar a entender cómo cambian las condiciones en general, por ejemplo con condiciones del fenómeno ‘El Niño’”, señaló la doctora Lydia Ladah.
Estudios de posgrado con Remopac
Román Gerardo Fernández Aldecoa y Andrea Liévana MacTavish, estudiante y egresada del doctorado en ecología marina del CICESE, respectivamente, utilizaron la Remopac para obtener datos y desarrollar sus proyectos de tesis.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Fernández Aldecoa explicó que su tema de investigación se centra en el transporte de larvas de especies como cangrejos, Balanus o algunos organismos de interés comercial como los mejillones, hacia el mar costero.
“A nosotros nos interesa cómo estas larvas regresan a las playas para completar su ciclo de vida. Debido a que estas larvas forman parte del plancton, no pueden nadar por sí solas grandes distancias, pueden modular su profundidad y transportarse en distancias muy pequeñas; sin embargo, no pueden por sí solas regresar a la costa para completar su ciclo de vida a una fase adulta”, detalló.
Especificó que por ello, su estudio se enfoca en conocer mecanismos físicos del mar costero como vientos, mareas, surgencias y ondas internas, y su incidencia en el transporte de las larvas hacia la costa para completar su ciclo de vida.
La doctora Andrea Liévana expuso que su proyecto de doctorado implicó estudios en las costas de Barra de Navidad en Jalisco, y La Paz y San Juanico en Baja California Sur, para entender cómo las ondas internas afectan la abundancia de diferentes especies de plancton.
“A través de los años que estudiamos estas tres zonas, encontramos que las ondas internas tienen la capacidad de afectar y agregar larvas en la superficie, en los tres diferentes sitios, en distintas temporadas del año y su resultado es consistente a través de los años que estudiamos”, refirió.
Apuntó que de ello concluyen que las ondas internas son relevantes para el transporte de larvas hacia las zonas costeras, lo que pudo determinar mediante datos recabados con los equipos de monitoreo que forman parte de la Remopac.
El océano a futuro
La doctora Lydia Ladah resaltó que con los datos obtenidos a través del tiempo mediante la red de monitoreo, no solamente es posible comprender lo que ocurre actualmente en el Pacífico, sino también hacer pronósticos.
Además, los mismos datos se comparan con datos obtenidos en simulaciones de las ondas de calor marinas en laboratorio para observar sus efectos en las etapas del ciclo de vida de diferentes organismos, algunos de interés comercial.
“Se trata de simular condiciones estresantes, por diferentes tiempos, y luego ver si el estrés es directo o gradual y ver cómo responden los organismos; podemos meter eso en un modelo para hacer un pronóstico de cómo responderán los organismos en el campo bajo diferentes niveles de estrés climático”, abundó.
Consideró que por ello es fundamental que el monitoreo se mantenga a través de varias décadas, ya que de esta forma se podrán hacer comparativos y predicciones que respondan con mayor precisión a preguntas de investigación, por ejemplo, aquellas relacionadas con el cambio climático.
Los datos obtenidos con la Remopac son utilizados actualmente en un proyecto de investigación financiado por el Fondo Sectorial de Investigación para la Educación SEP-Conacyt. |
• Dra. Lydia Betty Ladah
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