Necesario robustecer sistema de evaluación: Pérez Yarahuán
Por Verenise Sánchez
México, DF. 6 de abril de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- La doctora Gabriela Pérez Yarahuán, investigadora de la Universidad Iberoamericana (UIA), sugirió ampliar el sistema de evaluación de los planes sociales en México para mejorar la política pública del país.
En entrevista, la especialista señaló que con base en su más reciente investigación titulada Rendición de cuentas y evaluación de la política social. Hacia la institucionalización y la utilización de la evaluación de planes educativos en México, auspiciada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), encontró que la evaluación que se desarrolla actualmente en el país tiene poca incidencia en la mejora del desempeño de los planes educativos.
“Estos necesitan diversos tipos de evaluación, y en nuestro sistema, aunque se contemplan varios tipos (diseño, procesos, desempeño, impacto) se privilegia la evaluación que sirve para generar información a nivel agregado pero que es poco útil para emprender los cambios necesarios y fomentar el aprendizaje indispensable de los diseñadores y operadores de estos planes”, indicó.
Reiteró que lo que hace falta es “trascender hacia una evaluación que considere las múltiples dimensiones de los planes y el contexto social, político y administrativo del proceso evaluativo”.
Esto es, por ejemplo, “si una evaluación muestra que el número de alumnos por salón tiene efectos sobre el aprendizaje de los niños, esta es información potencialmente útil para mejorar la política educativa pero no es suficiente para lograr un verdadero cambio. Ya que no basta con saber que existe un número adecuado de alumnos por aula, también es necesario saber si existen las condiciones administrativas, organizacionales, físicas y presupuestales para adecuar los tamaños de los grupos”.
En este sentido, la evaluación debe jugar un papel fundamental para entender la gestión de los planes educativos. “Si no se comprende adecuadamente la problemática que acompañan a la política es imposible generar el cambio requerido. En el ejemplo señalado para favorecer el aprendizaje es necesario modificar el tamaño de los grupos pero también hay que evaluar la infraestructura escolar con la que se cuenta, el número de profesores, y los procesos organizacionales y administrativos que implicaría el cambio”, subrayó.
Para que las evaluaciones repercutan directamente en las políticas públicas, es necesario implementar diversas formas de evaluación como se han realizado en otros países. Por ejemplo, las evaluaciones participativas o las de aprendizaje, denominadas empowerment.
En estas, el evaluado y el evaluador están en constante interacción, de tal suerte que en el proceso de generación y análisis de la información y evidencia obtenida a partir de ella, el evaluado pueda tener un panorama integral y un aprendizaje que conlleva a tareas de mejora, manifestó.
Cambiar la perspectiva de las evaluaciones
Pérez Yarahuán señaló que para lograr la interacción provechosa entre evaluado y evaluador es necesario cambiar el concepto generalizado que se tiene de las evaluaciones como instrumentos únicamente generadores de información, para rendir cuentas o fiscalizar.
“Muchas veces se considera a la evaluación como fiscalización, y se omite la dimensión de aprendizaje y mejora. En este sentido, me parece que organismos como la Auditoria Superior de la Federación (ASF) y la Secretaria de la Función Pública (SFP), encargados de la supervisión y seguimiento del gasto gubernamental, necesitan modificar su visión de la evaluación, necesitan visualizarla como una herramienta que contribuye a la mejora”, comentó.
Ya que si se ve a la evaluación solamente como instrumento de control, se corre el riesgo de generar temor y hasta aversión a la misma por parte de los evaluados, manifestó la especialista.
“La evaluación de planes públicos bien implementada es una herramienta indispensable para un gobierno democrático, pues además de servir para la necesaria rendición de cuentas, contribuye con información y evidencia al debate público; además, amplía la gama de posibilidades de actuar y ayuda al mejoramiento de la función pública, mediante el aprendizaje”, expresó.
Añadió que aunque “vivimos en una época en donde la percepción y la incidencia de la corrupción es muy alta, también existe un número importante de funcionarios honestos que quieren hacer bien su trabajo”.
A esos funcionarios dispuestos a mejorar este país, dijo, hay que ayudarlos con evaluaciones en las que se considere a profundidad y de manera interactiva, entre evaluado y evaluador, el contexto, la problemática y los retos que se enfrentan desde la administración pública. De esta manera la evaluación tendrá mayores posibilidades de contribuir a mejorar la política pública del país, concluyó Pérez Yarahuán.
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