Jorge Herrera Silveira: conservación y restauración de manglares
Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán. 10 de noviembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Los manglares son formaciones vegetales que crecen en las planicies costeras tropicales y subtropicales en las que predominan árboles y arbustos anóxicos, tolerantes a la salinidad, los suelos inundados y al movimiento del agua ocasionado por las mareas. Comparado con un bosque tropical, una hectárea de bosque de manglar recupera hasta tres veces más dióxido de carbono (CO2), por lo que para investigadores de la Unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav IPN), su conservación y restauración representa una de las mayores estrategias nacionales para la mitigación del cambio climático.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), después de Indonesia, Australia y Brasil, México ocupa el cuarto lugar con mayor extensión de manglares a nivel mundial. Del total de esta superficie, más de 50 por ciento se encuentra distribuido en la península de Yucatán.
Jorge Alfredo Herrera Silveira, investigador del Departamento de Recursos del Mar de la Unidad Mérida del Cinvestav, ha dedicado tres décadas de su trayectoria científica al estudio de estos ecosistemas, que se caracterizan porque se localizan en una región de transición entre los ecosistemas terrestres y marinos.
Sentado junto a un microscopio en el Laboratorio de Producción Primaria del Departamento de Recursos del Mar, el investigador adscrito con nivel III al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) compartió con la Agencia Informativa Conacyt algunas de las investigaciones que realiza en torno a la mitigación, adaptación y vulnerabilidad al cambio climático a través del estudio de los manglares.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cuáles son las características principales de los manglares?
Jorge Alfredo Herrera Silveira (JAHS): Los manglares son ecosistemas que tienen muchas propiedades y muchos servicios ambientales. Estos servicios ambientales son las relaciones que hay entre cómo funciona el manglar y para qué es útil a la sociedad. Entre los servicios ambientales que tienen los manglares, destacamos la protección a tormentas, sitios de criadero de especies de importancia comercial donde crecen y se reproducen.
En él hay juveniles de crustáceos, peces y moluscos que después migran al mar y que el hombre luego captura. Son sitios donde también se filtran contaminantes. Son áreas donde se mejora la calidad de agua que va de tierra al mar. En otros lugares, los manglares se utilizan y tienen un manejo forestal; los árboles se cortan y sirven para hacer muebles, cercas, construcciones, artes de pesca, etcétera.
AIC: ¿Cuál es la importancia de los manglares ante el cambio climático?
JAHS: Recientemente se observó que los manglares tienen almacenada una gran cantidad de carbono como biomasa en los árboles, pero principalmente está almacenado en sus sedimentos. ¿Por qué es importante eso? Ahora es común hablar del cambio climático, la consecuencia del calentamiento global, y este se debe a los gases de efecto invernadero, dentro de los que está el dióxido de carbono (CO2), el metano y el óxido nitroso.
Debido al incremento de dióxido de carbono, se ha establecido una estrategia para mitigar el efecto de calentamiento global y las emisiones de este gas a través de conservar y restaurar los bosques. Entonces vino una revolución llamada la revolución verde, en la que se considera que el carbono verde es el que está en los bosques terrestres, pero no en los manglares.
La investigación de hace cuatro o cinco años observó que si comparamos una hectárea de bosque tropical, que es el que más carbono tiene por sus árboles y lianas, con una hectárea de bosque de manglar, el bosque de manglar tiene hasta tres veces más carbono almacenado que un bosque tropical. Entonces resulta que es muy importante para la mitigación del cambio climático.
Al igual que los manglares, existe otro tipo de vegetaciones en el mar llamadas pastos marinos (que siempre están sumergidos) y las marismas saladas (que siempre están en los ambientes templados). A estos tres se les ha llamado ecosistemas de carbono azul, porque están cerca del mar. Ahora está ocurriendo una revolución a nivel mundial en torno a la importancia de conservar y restaurar estos ecosistemas porque capturan y almacenan una gran cantidad de carbono. Al haber deforestación e impacto, primero se pierde este carbono que se ha almacenado en su biomasa, luego el carbono que está almacenado en el sedimento se oxida y se vuelve emisiones de CO2 y metano.
México se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Cómo lograrlo? En primera instancia, a través de la conservación y restauración de sus bosques y es ahí donde los manglares entran, porque si por unidad de superficie capturan y almacenan más carbono y si México tiene el cuarto lugar en extensión de manglar, pues su contribución para reducir emisiones no solamente es nacional, sino a nivel global.
AIC: ¿Qué estrategias han implementado para la conservación y restauración de los manglares en Yucatán?
JAHS: Estamos haciendo investigaciones sobre los almacenes para conocer dónde hay más, menos, por qué lo hay. Tenemos varios proyectos de restauración desde Campeche hasta Quintana Roo, donde evaluamos la captura y estudiamos si al momento en que crecen, a través de la fotosíntesis toman el dióxido de carbono y lo convierten en biomasa. Es decir, el crecimiento va indicando cuánto carbono están capturando.
En la laguna de Celestún, tenemos treinta años trabajando tanto en proyectos de conservación y de restauración. En general, en Yucatán y en muchos sitios el impacto viene de la construcción de la carretera. El manglar requiere de agua, pero el agua necesita moverse tanto vertical como horizontalmente, aunque a veces tan lento que no lo percibimos. Es decir, la entrada de mareas y de agua subterránea en Yucatán hace que el agua suba y baje de nivel, pero los manglares necesitan que esto suceda también de manera lateral.
Jorge Herrera Silveira ha contado con el financiamiento de Fondos Mixtos del Conacyt y Fondos Sectoriales, en conjunto con organismos como la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la Comisión Nacional Forestal, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). En 2017, iniciará un proyecto financiado por Investigación en Ciencia Básica del Conacyt, con el objetivo de estudiar los flujos de carbono en manglares.
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Cuando pones una carretera, el flujo subsuperficial se obstaculiza y ya no pasa el flujo por el otro lado, y al estar en un ambiente tropical, las temperaturas hacen que el agua se evapore y se concentra la sal. Esta salinización de los sedimentos provoca que el manglar muera, pues aunque vive en un ambiente salado, los extremos lo matan, y eso pasó en Celestún. La construcción de la carretera que entra al pueblo obstruyó el flujo que va de norte a sur y todo el manglar que va hacia el sur empezó a morir.
Lo que se hizo junto con otras instituciones (Conanp, DUMAC) fue rehabilitar los flujos de agua buscando nuevas rutas por donde reintroducir el agua al manglar. Como no se podía cortar la carretera y los pasos de agua no se hicieron de manera adecuada, se buscó cómo volver a meter el agua al manglar y se construyeron canales acordes con la topografía del sitio para hacer un circuito de agua que entra por la laguna y sale con la marea. Eso ha favorecido que el manglar se haya recuperado, aunque aún hay sitios impactados que continúan en recuperación.
Tenemos 10 años de monitoreo del resultado y del éxito de la restauración de entre 40 y 60 hectáreas de manglar. Incluso en Google se puede observar cómo se ha recuperado el manglar en esa zona. Ha sido un sitio demostrativo donde tenemos un curso en colaboración con el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y DUMAC.
Similar a este proyecto desarrollamos otros en Ciudad del Carmen, Sisal, Progreso, Dzilam de Bravo, Río Lagartos, Sian Ka'an y la laguna de Nichupté en Quintana Roo, en colaboración con instituciones de Chetumal, Cozumel y Ciudad del Carmen.
AIC: Para finalizar, ¿en qué consiste la producción primaria y qué actividades realizan en este laboratorio?
JAHS: La producción primaria es el proceso mediante el que las plantas toman el dióxido de carbono a través de la fotosíntesis y lo transforman en biomasa. Ahora se le llama captura de carbono. Al medir la producción primaria, estamos viendo la velocidad en la que las plantas que estudiamos crecen o capturan carbono y lo convierten en biomasa, y qué factores ambientales se relacionan con el proceso.
En el laboratorio trabajamos con fitoplancton, pastos marinos y manglares. En el caso del manglar, se estudia por dos vías. El manglar tira hojas y esto significa que por cada hoja que tira tiene que producir una nueva. Nosotros no podemos quitar la hoja del manglar, pero ponemos unas canastas y colectamos las hojas que caen, a las que les llamamos hojarasca. Medimos en un área determinada la caída de hojarasca mensualmente, la pesamos y ya sabemos cuántos gramos de biomasa ha producido por área durante el mes. A esa hojarasca le hacemos análisis de carbono y ahora sabemos cuántos gramos de carbono por metro cuadrado y mes se ha producido, y a lo largo del año podemos saber cuánto carbono se ha capturado.
La otra forma es a través del crecimiento de los troncos. Medimos un tronco en la época de secas (de abril a mayo), regresamos al año siguiente y medimos el mismo tronco en el mismo lugar. La medida del tronco se llama diámetro a la altura del pecho y las ecuaciones alométricas relacionan el diámetro con la biomasa, con lo que calculamos cuánta biomasa tiene. Si calculamos la biomasa del tiempo dos con respecto al tiempo uno, sabemos cuánto creció y eso fue lo que capturó y convirtió en biomasa. Esa es la producción primaria por troncos, que ahora llamamos captura de carbono por los troncos.
• Jorge Herrera Silveira
Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN
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