Lunambotics: talento mexicano fuera de este mundo
Por Montserrat Muñoz
Guadalajara, Jal. 3 de agosto de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- Rodolfo Neri Vela, primer astronauta mexicano, confía que en 2018 llegará a Marte un robot totalmente autónomo con la capacidad de recolectar muestras de la superficie del planeta rojo. En este momento, decenas de grupos de investigadores de todas partes del mundo desarrollan esta tecnología para la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
Un grupo de universitarios mexicanos busca ser quien dé respuesta a este desafío tecnológico, enfrentándose al conocimiento de doctores y especialistas del más alto reconocimiento.
Jorge Isaac Cordero Enríquez, estudiante de 22 años de Ingeniería Mecatrónica, lidera a los Lunambotics, una agrupación de 13 alumnos de distintas ingenierías y licenciaturas de la UNAM que desde hace dos años trabajan en el robot LB-3, para triunfar en el Sample Return Robot Challenge, convocado por la NASA.
Centennial Challenge
Del 8 al 13 de junio, los Lunambotics participaron en la cuarta edición del Sample Return Robot Challenge, celebrado en el Instituto Politécnico de Worcester en Massachusetts, Estados Unidos. Este desafío es uno de los ocho Centennial Challenge que la NASA ha emitido, y cuyos objetivos se centran en obtener tecnología de punta desarrollada para la exploración extraterrestre por académicos, especialistas o público en general a través de un concurso.
El reto de los Lunambotics consiste en “desarrollar un robot de exploración planetaria totalmente autónomo, que tenga como fin desenvolverse en un entorno hostil, para localizar diferentes tipos de muestras y regresar esas muestras a una zona específica en un tiempo determinado y con información limitada acerca de navegación”, señaló Cordero Enríquez.
En entrevista para Agencia Informativa Conacyt, Jorge Cordero platica los alcances de los Lunambotics en la edición 2015 del Sample Return Robot Challenge, celebrado del 8 al 13 de junio pasado en el Instituto Politécnico de Worcester en Massachusetts, Estados Unidos.
¿Cómo les fue en la competencia?
Es nuestra segunda vez en esta competencia; fuimos en 2014 y regresamos este año. Nos fue bastante bien, de los 23 equipos contendientes registrados fuimos el único hispanoparlante que logró pasar la inspección y fuimos de los siete equipos de todo el mundo que logramos que nuestro robot comenzara a hacer un recorrido de muestras. Durante los cuatro años de competencia, ha habido muchos equipos cuyos robots no logran ni bajar de la plataforma.
Estuvimos compitiendo en el nivel uno y fue un proceso bastante complicado. Este año, ninguno de los 12 equipos que competimos logramos recolectar una muestra para pasar al nivel 2. Dado que no se han completado los requerimientos que la NASA requiere, se va a repetir la competencia para el año siguiente.
¿En qué sistema basa la autonomía de navegación del robot?
Se basa mucho en visión, odometría, en navegar un sistema de mapas y sobre él hacer estimaciones con inclinómetros y otras tecnologías que cada equipo logre desarrollar por su cuenta. No podemos utilizar sistemas basados en el planeta Tierra, como GPS o magnetómetros. Tenemos que desarrollar sistemas totalmente independientes y ése es precisamente el reto de la competencia.
En la competencia de 2014, obtuvieron mención honorífica por el diseño del robot. ¿En qué se diferencia del de otros equipos?
Cada quien tiene una aproximación diferente hacia el reto. Hay equipos que prefieren utilizar tres llantas, otros que prefieren orugas o 6 llantas. La distinción que nos hicieron fue porque decidimos utilizar una suspensión tipo rocker bogie, que es de 6 llantas y permite superar obstáculos de hasta 200 por ciento de la llanta.
Nos dimos cuenta de que era un diseño bastante complejo y que realmente no necesitábamos tanto. Decidimos quitarle dos llantas a nuestro diseño para quedarnos con 4 y este año nos comentaron que nuestro nuevo enfoque hacia el robot fue mejor que el año pasado ya que redujimos peso. El comportamiento es 90 por ciento similar al del año pasado. Algo de lo que comentaron los jueces, fue que hicimos un gran trabajo en el área de las llantas; dijeron que nunca en su vida habían visto llantas de la manera en que nosotros las diseñamos.
¿Qué falta por mejorar? ¿Qué cambios se tienen que hacer para la próxima competencia?
Tenemos mucho por mejorar en las áreas de navegación, reconocimiento de muestras y de toma de decisiones. Debemos poner mucha atención en la relación peso-resistencia de los materiales. (Los jueces) nos hicieron comentarios al respecto sobre algunas piezas para tener un menor peso; además podemos mejorar las llantas haciéndolas más redondeadas en la parte del polímero que tiene tracción con el piso. Pero en general el jurado cree que nuestro diseño mecánico ya es bastante avanzado y que con este podemos hacer un gran robot el próximo año.
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