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Beatriz Repetto Tió, 40 años de labor en antropología y arqueología

Por Marytere Narváez

Mérida, Yucatán. 15 de enero de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Beatriz Eugenia Repetto Tió es investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) del Centro Yucatán, cuya labor académica de más de 40 años fue recientemente homenajeada durante el Segundo Simposio de Cultura Maya Ichkaantijoo, organizado por dicha institución.

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En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la investigadora —quien pertenece a la primera generación de antropólogos yucatecos de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady)— compartió experiencias que ha obtenido en su trayectoria académica en antropología, arqueología y etnohistoria.

Uno de sus primeros trabajos consistió en conocer la demografía histórica y la reconstrucción de poblaciones extintas en el municipio de Maxcanú, Yucatán, a partir de la información más temprana que se tenía, es decir, de los registros parroquiales de matrimonios, bautizos y defunciones; de la información se obtuvieron variables como la esperanza de vida, el número de hijos por mujer, la edad, el matrimonio y la movilidad de la población.

Beatriz Repetto Tio“Hay mucha información muy interesante que además tuve que reforzar con fuentes históricas para corroborar datos, por ejemplo, revisando libros de historia de Yucatán encontré que una de las historias más completas es para mí Molina Solís. Hay autores modernos que han hecho trabajos muy interesantes pero Molina Solís es un historiador de Yucatán que tuvo a su alcance una serie de fuentes documentales que ahora ya no existen, entonces esos tres volúmenes de su historia de Yucatán son dignos de reeditarse”, comentó la investigadora.

La investigadora señaló que la historia y la etnografía son complementos para la arqueología, que participa donde no hay documentos históricos y trabaja con evidencias materiales donde la interpretación se constituye como una de las fases más importantes. “La historia y los procesos de etnografía se relacionan totalmente. La historia aborda las investigaciones a través de diferentes ángulos que pueden ser la economía o la religiosidad, siempre hay en cada época un enfoque diferente o una manera distinta de abordarlos”, señaló.

El ordenamiento de la información, los argumentos en defensa de lo que se sostiene sobre la información los describe como datos que se introducen en una computadora y, una vez que está repleta, se empiezan a sacar conclusiones en función de ellos.

“A veces los datos nos pueden dar pistas y otras veces es un poco más difícil imaginar qué pudo haber sido. La investigación histórica debe revisar todo, la selección de los datos está en relación con el tema que uno escogió y con los puntos que considera uno importantes abordar, sobre los que se buscará la información de todas las fuentes posibles para sacar las conclusiones”, comentó.

Una de las corrientes más influyentes en el pasado fue la de Franz Boas y, de acuerdo con la investigadora, los boasianos no llevaban ideas preconcebidas a su tema de investigación, sino que en función de los resultados sacaban conclusiones. Posteriormente, en la nueva arqueología se desarrollaron distintas posturas de investigación que indican que el arqueólogo debe tener ideas preconcebidas para saber si los datos coinciden con las ideas de uno, para confirmar o rechazar las hipótesis que se plantean.

Aedes aegypti, el insecto transmisor de males en Yucatán

Durante el simposio, Repetto Tió participó como ponente presentando un enfoque sobre la problemática de salud que implica la presencia de los mosquitos Aedes aegypti en un ambiente tropical. “En mi caso, que miro siempre al pasado en función de las fuentes históricas, hago referencias a documentación en la que se hace mención de la presencia de la enfermedad y, por ejemplo, la Historia de Yucatán de Diego López de Cogolludo, escrita a mediados del siglo XVII, tiene una magnífica descripción sobre el ataque de fiebre amarilla de esa época en la región”, comentó.

La investigadora también abordó el trabajo de Renán Góngora Biachi sobre la historia de la fiebre amarilla en el estado desde la época prehispánica, donde señala que en el Popol Vuh se hablaba de una enfermedad llamada xekik, que significa vómito de sangre, uno de los síntomas característicos de la fiebre amarilla en sus etapas más graves.

Entre la información más importante en el estudio de los moscos, la investigadora destacó la descripción de su comportamiento y el descubrimiento de que el agente transmisor es la hembra, que emite lo que se escucha como zumbidos cuando necesita sangre para poder terminar el proceso de producción de los huevos y ponerlos.

“La cuestión es conocer qué información existe sobre este tema y qué es lo más importante que debe difundirse, porque es un tema que en este momento nos afecta y no está apareciendo por primera vez, sino que es algo que cíclicamente se ha repetido por el descuido del sector salud. El riesgo que existe de que vuelva a entrar la fiebre amarilla a Yucatán tendría consecuencias terribles, por tanto la gente debe de saber qué es lo que está ocurriendo”. 

 

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