"No hay diferencia entre ser médico y ser investigador": José Sánchez Corona
Por Montserrat Muñoz
Guadalajara, Jalisco. 21 de febrero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- El doctor José Sánchez Corona, director del Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es un investigador que con el fruto de su trabajo ha aportado conocimiento en el campo de la medicina y la genética, con aplicación a las necesidades de la población mexicana.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el investigador aseguró que buscaba hacer una carrera en la milicia.
“Estaba yo en el Segundo Regimiento de Artillería en el Campo Militar 1 en México y quería ser piloto aviador”, comentó. Luego de que estas aspiraciones fueran rechazadas por su familia, el joven Sánchez Corona se decidió por estudiar medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La inquietud por hacer investigación llegó en sus años universitarios, tomando la cátedra del doctor Guillermo Soberón Acevedo, quien en aquel entonces ocupaba la dirección del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM y más tarde se convertiría en rector de la máxima casa de estudios.
Durante sus estudios, Sánchez Corona notó que los contenidos de sus libros eran incompletos o inconclusos, puesto que hacía falta más investigación. Bajo el ejemplo de su profesor, decidió dedicarse a la bioquímica, ciencia que practicó apenas salió de la licenciatura en el área de medicina experimental del Instituto Nacional de Cardiología.
En el afán de profundizar más en la investigación enfocada en bioquímica, el joven partió a la Universidad de Chicago. Un año más tarde, en 1976, se mudó a Guadalajara, donde ingresó al recién inaugurado CIBO, que en aquel entonces se llamaba Unidad de Investigación Biomédica (UIBO). Ahí realizó su servicio social en investigación en el área de genética.
“Me encargaba de investigar errores innatos del metabolismo (EIM), diseñando nuevas pruebas. Mis primeras publicaciones son fundamentalmente de bioquímica; ya después es un poco la genética aplicada a la medicina. En ese entonces no se practicaba mucho la genética en noroccidente, de tal manera que mi grupo apoyó mucho el desarrollo de la genética. Analizamos genética bioquímica, genética de poblaciones, citogenética, de tal manera que describimos nuevos síndromes, variantes bioquímicas de hemoglobinas y de eritroenzimopatías, por ejemplo”, comentó el doctor.
Un camino en la investigación
Este interés por la investigación lo llevó a hacer su especialidad y maestría en genética humana, en la Universidad de Guadalajara. En esta misma institución cursaría años más tarde el doctorado en ciencias biomédicas.
“Empecé a meterme en la genética molecular. La genética médica es lo suficientemente amplia que da para estudiar más áreas, de tal manera que diseñamos un área que se llama medicina molecular”, señaló.
La medicina molecular tiene como máxima que muchas de las patologías tienen un fondo genético, como la hipertensión y enfermedades crónico degenerativas.
“La genética es la piedra angular. Lo que estamos haciendo ahora es identificar factores genéticos de riesgo para desarrollar qué son los factores predictivos y cómo se comporta la enfermedad”, acotó el doctor.
Pasatiempos
Si pudiese volver el tiempo atrás, el laureado doctor aseguró que elegiría medicina por sobre una carrera militar.
“Creo que el destino había trazado ya su directriz para que yo estuviera en la medicina, no me equivoqué. En el entrenamiento militar se enseña cómo herir de muerte, aquí es lo contrario”, rió.
La vida del hombre con la del investigador y la del médico ha diferido en algunas facetas, aunque en otras se han sabido compaginar muy bien. Como padre de familia, ha encontrado apoyo, ya que su hija también eligió una carrera en ciencias de la salud.
Aún en el seno familiar, el joven Sánchez Corona encontró en el rocanrol una pasión, misma que en estos días conserva. Cuando su agenda se lo permite, destina tiempo para escuchar los éxitos de grupos como Los Beatles, Rolling Stones, Electric Light Orchestra y Eric Clapton, entre otros.
Las obras de Isaac Asimov, Carl Sagan y el mexicano Antonio Lazcano Araujo son de las predilectas por el doctor Sánchez Corona. Las motocicletas también fueron un gran interés del galeno, aunque un accidente hizo que se alejara de este pasatiempo.
Cátedra
Quien desde hace más de 30 años es profesor, aseguró que dar cátedra es una actividad egoísta. “Lo es porque uno se alimenta de los jóvenes. Con la sonrisa de un estudiante cuando entiende las cosas, se da uno por bien servido. Difícilmente me voy a meter al laboratorio a escondidas; siempre es gratificante ver cómo el estudiante está aprendiendo, ya sea enseñándole a usar una pipeta o mostrándole a hacer la metodología para un proyecto de investigación”, señaló.
El doctor es parte además de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), coordinador técnico de la Fundación Mexicana para la Salud capítulo Jalisco desde 2009 y ha formado parte de la Comisión Consultiva del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Jalisco. Entre otros reconocimientos, fue distinguido con el Premio Afore XXI/Fundación IMSS al Mérito Médico en 2008 y forma parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con nivel III.
Ha publicado más de 200 artículos científicos. Sin embargo, señala no llevar el conteo de su producción científica y tesis dirigidas. “No es por el número. Lo que uno busca es que se conozca el conocimiento generado (…) para que el médico pueda reconocer (las enfermedades) y tratar al paciente”, afirmó.
Mejorar la calidad de la medicina que se da al derechohabiente a través de la investigación es el principal objetivo de quien dirige desde 1989 el CIBO.
“No hay diferencia entre ser médico y ser investigador, creo que los dos van unidos. Como médico, siempre va a surgir la pregunta ¿por qué?, en ese momento sale el investigador que traemos todos dentro. Hay que dar al paciente lo mejor y lo más rápidamente posible, eso surge a través de la investigación”, concluyó el doctor.
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