Porfirio Nava, ganador del Premio Lisker 2016
Por Ricardo Capilla Vilchis
Ciudad de México. 13 de junio de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- El doctor Porfirio Nava Domínguez descubrió su pasión por la ciencia cuando era un adolescente y, años más tarde, esta pasión lo llevó a ser el ganador del Premio de Investigación en Biomedicina Dr. Rubén Lisker en el año 2016.
Su proyecto titulado Papel de mTORC1 en la inhibición de la vía de señalización de ß-catenin y su efecto en la destrucción de la barrera epitelial en el colon, durante colitis,le valió el galardón otorgado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Industria Mexicana de Coca-Cola.
Nava Domínguez, además de tener un doctorado en fisiología celular y molecular por parte del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), posee un posdoctorado en patología experimental por la Universidad Emory de Estados Unidos.
Primeros acercamientos a la ciencia
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el científico hace un recuento de los acontecimientos que han llevado a que hoy en día su trabajo aporte conocimiento que pueda ayudar a mejorar la salud de los mexicanos.
La convocatoria para la tercera edición de este premio permanecerá abierta hasta el 30 de junio y puede ser revisada en esta liga. |
“Tenía interés en la ciencia desde que estaba en la secundaria, me robaba el ácido clorhídrico del laboratorio y se lo ponía a las plantas para ver cómo se llevaba a cabo la reacción química; cuando en la clase de fisiología abríamos animales, me quedaba pensando por qué si cortabas el corazón, seguía teniendo contracciones”.
Durante su educación media superior, Nava Domínguez realizó trabajos de investigación sencillos, como por ejemplo, observar qué tipo de bacterias crecían en diferentes muestras de tierra.
Obstáculos
Ya cursando la licenciatura de químico farmacobiólogo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), uno de sus profesores lo motivó a estudiar un doctorado y seguir el camino de la investigación para generar ideas nuevas. Lo gracioso —comenta Nava Domínguez—, es que este profesor no lo aceptó en su laboratorio de investigación por falta de espacio, así que lo mandó a trabajar a otro laboratorio.
Fue en este laboratorio, en el cual se investigaba sobre la relación del cerebro con la regulación de la ovulación en animales, donde el doctor tuvo su primer acercamiento real con el mundo de la investigación científica, y motivado por la experiencia, buscó ingresar al Departamento de Toxicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero se presentaron otros obstáculos.
“Me vine a presentar examen a la UNAM y pum, que me topo con que ‘El Mosh’ había tomado las instalaciones y no te permitían entrar ahí. Entonces me fui a la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) para estudiar patología (…) Y que me dicen que no puedo porque yo no era médico”.
Hacia el Premio Lisker
Ante la imposibilidad de ingresar a la UNAM y a la ENCB, Nava Domínguez busca una disciplina que se acerque lo más posible a la patología, por lo cual presenta examen para ser admitido en el Cinvestav y estudia fisiología en el Laboratorio de la doctora Lorenza González Mariscal.
Terminando sus estudios en el laboratorio de fisiología, el doctor tiene el deseo de ir a Francia para estudiar un posdoctorado, pero su mentora lo recomienda en la Universidad Emory en Atlanta, EE. UU., para que realizara investigación sobre la inflamación en intestinos.
Ese proyecto posdoctoral es el inicio del trabajo que ha venido realizando en su laboratorio en el Cinvestav. Con su equipo se ha encargado de investigar la regulación de la homeostasis del epitelio intestinal durante la inflamación que se presenta en personas que padecen enfermedades inflamatorias intestinales (EII).
Las enfermedades inflamatorias intestinales afectan predominantemente el epitelio del colon, no se saben las causas que las provocan y no existe cura en la actualidad. El trabajo realizado por el doctor Nava Domínguez busca entender las causas de estas enfermedades, para que en un futuro sea posible desarrollar tratamientos capaces de curar estos males.
Las pruebas que se realizan durante las investigaciones son in vitro con muestras de pacientes mexicanos e in vivo en modelos animales, ya que no es posible hacer pruebas en humanos en este punto de la investigación.
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