Félix Izrailev: la física no es un trabajo, es una forma de vida
Por Dalia Patiño González
Puebla, Puebla. 20 de febrero de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- La física no es un trabajo que implique horarios, es una forma de vida porque constantemente estás formulando nuevos planteamientos científicos y pueden ser en el momento más inesperado, asegura en entrevista el doctor Félix M. Izrailev, académico investigador, con 20 años de trabajo en el Instituto de Física Luis Rivera Terrazas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
“Yo tengo otros intereses, por ejemplo hacer fotografía, leer libros y ver películas, pero para eso tengo poco tiempo. La física no es un trabajo, es una manera de vivir porque se piensa en los problemas físicos todos los días, todo el tiempo. No puedes decir que se trabaja de nueve a cinco, no. La cabeza está pensando todo el tiempo y en cualquier momento puedo tener ideas, eso es parte de ser físico”, responde a la Agencia Informativa Conacyt.
Su área de estudio se relaciona con la teoría del caos en sistemas clásicos y en sistemas cuánticos, con aplicaciones variadas en la física nuclear, física atómica o física del estado sólido, además de matrices aleatorias y dinámicas no lineales.
Los aportes del doctor Izrailev le han permitido diversos reconocimientos como el que recibió el año pasado por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la medalla Marcos Moshinsky 2017, que se otorga a los científicos del país más destacados en el campo de la física teórica.
En entrevista, el doctor Félix Izrailev señala que la teoría del caos sirve para estudiar la física de movimiento en los sistemas complejos. Esta teoría fue propuesta hace 50 años y se encarga del análisis de los comportamientos de sistemas dinámicos que son altamente sensibles a las condiciones de origen. Estas variaciones pueden ser movimientos regulares o irregulares e implican diferencias en el comportamiento futuro del sistema.
Para entender mejor este concepto, el doctor Félix Izrailev rememora con una sonrisa cómo le trató de explicar su nieta lo que para ella significaba el caos: “El caos se puede encontrar en nuestra vida; por ejemplo, recuerdo cuando a mi nieta le pregunté si ella sabía lo que significa caos. Y recibí una muy buena respuesta, ella me dijo que el caos es lo que sucede cuando su profesora sale del salón. Otro ejemplo que se me ocurre es cuando vas manejando el auto en el tráfico y no puedes controlar exactamente el tiempo para llegar a donde quieres. Por lo tanto, cuando decimos más o menos, a veces tomamos en cuenta la influencia del caos”.
De origen ruso, el doctor Félix Izrailev llegó a México en 1997, luego de trabajar como profesor en Italia; previamente también en Grecia, así como en universidades de Japón, Estados Unidos y Alemania, sin contar que también se desempeñó como investigador en el Instituto Budker de Física Nuclear, en Novosibirsk, Rusia, donde cursó su doctorado en física teórica y matemáticas bajo la supervisión del doctor Boris Chirikov que hoy en día es conocido como el fundador de la teoría del caos.
No hay motivos, solo interés
Al ser cuestionado acerca de las razones que lo motivaron para estudiar física, el doctor Izrailev no duda en asegurar que el interés por la física teórica nació a lo largo de su trayectoria; sin embargo, refiere que simplemente la física y la forma de abordar problemas desde la perspectiva de esta ciencia es una razón suficiente para dedicar su vida a su estudio.
“El motivo principal es entender la física y poder resolver algunos problemas. Una pregunta te lleva a otra y luego a un problema y así es como podemos adquirir un interés en particular. El trabajo en general es lo que indica el camino que sigues como investigador, porque como estudiante generalmente no sabes, sino que empiezas a entender hacia dónde te diriges como investigador cuando empiezas a trabajar y vas adquiriendo experiencia, así defines tus intereses”.
El doctor Félix Izrailev, miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), tiene más de 240 publicaciones científicas y mantiene colaboraciones con investigadores de la Universidad Estatal de Michigan, EE. UU.; Universidad Michoacana; la Universidad Católica de Brescia, en Italia; la Universidad de Florida, y la Universidad Yeshiva, en EE. UU.
Para el investigador, el trabajo con los estudiantes es muy importante pero aclara que no se puede enseñar al alumno si antes no trabaja, por eso prefiere las colaboraciones con estudiantes, de quienes, asegura, la enseñanza y el aprendizaje es un beneficio mutuo.
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