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La nueva condición juvenil, José Antonio Pérez Islas

Por Marytere Narváez

Mérida, Yucatán. 19 de octubre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- José Antonio Pérez Islas ha tenido una larga trayectoria en investigación y políticas públicas que lo posiciona como uno de los referentes contemporáneos de las ciencias sociales en el abordaje del tema de juventudes. Ha sido consultor de la Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ), de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y actualmente es investigador del Seminario de Investigación en Juventud (SIJ) en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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A diferencia de lo que ocurre comúnmente en el ámbito académico, Pérez Islas reconoce haber llegado tarde a la investigación, pues realizó la maestría a sus 40 años. Al término de la conferencia magistral La nueva condición juvenil, impartida en el marco del III Encuentro Nacional Sobre Comunicación y Juventud realizado en la ciudad de Mérida, el investigador habló con la Agencia Informativa Conacyt sobre algunas de sus investigaciones. 

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo inicia tu estudio en el tema de las juventudes?

José Antonio Pérez Islas (JAPI): En realidad fue por azar, prácticamente estaba saliendo de la universidad, todavía sin título, y apareció una cosa extrañísima en el periódico donde buscaban antropólogos, sociólogos y politólogos para lo que en ese momento era la Institución de Juventud.

Una convocatoria rarísima, y ahí llegamos a trabajar cuestiones de jóvenes cerca de 20 colegas. Así fue como empezó mi interés en el tema. Después fui candidato en la misma institución para tomar un curso internacional de políticas públicas de juventud de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Quito, Ecuador, que consistía en un curso de especialización de tres meses de duración y ahí fue donde me enganché al tema. Me tocó coordinar la primera encuesta nacional de juventud también en la institución federal, apoyar la articulación de redes y ahí trabajé el tema de jóvenes, hasta ahora que estoy en la UNAM coordinando un seminario especializado en el estudio del tema en México.

AIC: ¿Cuáles son los antecedentes teóricos que abordas?

JAPI: Empecé con sociología de la educación pero una vez metido en el tema de los jóvenes tratamos de discutir algo que pocas veces se discutía, que era el concepto de joven, y fundamentalmente comenzamos a hacer revisiones de las versiones europeas, las pocas versiones latinoamericanas que existían y a generar nuestra propia concepción de lo juvenil. Eso es algo que siempre me ha interesado de un trabajo entrevista perez islas educacionconjunto, siempre he trabajado en redes y hemos conformado grupos de discusión y de construcción de temas de manera conjunta.

Gran parte de la construcción teórica contemporánea que tenemos es por gente como Rossana Reguillo, José Manuel Valenzuela Arce y Maritza Urteaga Castro Pozo, que desde hace años tenemos puntos de encuentro de discusión y de construcción colectiva. A raíz de la maestría hice un trabajo sobre una recuperación de las trayectorias educativas y laborales, y mi tesis de doctorado es precisamente sobre trayectorias familiares educativas y familiares en los jóvenes de México.

Particularmente yo soy muy bourdieuano y estudio algunos teóricos relacionados con Pierre Bourdieu como Bernard Lahire. La perspectiva marxista moderna me ayudó mucho en la construcción de este marco; Anthony Giddens en algún momento también aparece en el debate y la construcción en términos latinoamericanos. Abordé estudios brasileños que hablan de una modernidad distinta en nuestros países a la modernidad más europea o más centrista de los países desarrollados.

Soy muy ecléctico en la revisión teórica y trato de tener siempre una vigilancia epistemológica sobre mis supuestos, pero fundamentalmente me declaro totalmente bourdieuano.

AIC: ¿En qué consisten tus últimas investigaciones?

JAPI: Mi idea central en la investigación de doctorado parte de un concepto base en el que más que el empleo, lo importante es la ocupación. La ocupación es un elemento que a los individuos les da o no sentido. De repente podemos tener empleos en los que estamos de paso, que no nos sirven más que para obtener recursos, pero hay momentos de la trayectoria laboral, a veces muy tempranos y a veces muy tardíos, cuando una ocupación nos da sentido en nuestras vida. Cómo se construye este sentido fue parte de mi investigación, para la que realicé entrevistas a profundidad, historias de vida con jóvenes de distintos sectores, clases y ocupaciones para saber si habían o no encontrado una ocupación que en algún momento le diera sentido a sus vida.

Para la mayoría de los casos es muy tardado encontrar algo así. Hay ocasiones en que ese trabajo que te da sentido nunca llega, sobre todo en jóvenes y principalmente mujeres jóvenes que empiezan muy temprano y trabajan por necesidades de la casa. Entonces tienen empleos manuales precarios, muy inestables y nunca logran tener un trabajo que ellos esperan que forme parte de este sentido de la vida y en algunas ocasiones lo encuentran de una forma utilitarista.

Recuerdo la historia de vida de una joven que había estudiado la preparatoria y que hacía trabajo doméstico con un sentido más por conveniencia que por otro motivo, porque el trabajo doméstico que realizaba en varias casas le permitía estar con sus hijos y atenderlos ante cualquier emergencia. Yo le preguntaba, "¿no quisieras otra cosa?" y me comentaba que ya que para ella su mayor interés eran sus hijos, el trabajo que hacía le permitía estar con ellos y faltar cuando fuera necesario.

fotografo joven jose antonio perez islas entrevistaEncontré cuatro estructuras de esta búsqueda por la ocupación que da sentido a la vida. Una tiene como eje el deber, porque los padres apoyan, porque hay que ayudar a la pareja, hacer algo en la vida, yo diría muy kantianamente por el deber ser. 

Otra es por la ganancia, pues muy racionalmente se buscan tener dinero, prestigio, un lugar donde vivir y es un tipo de trabajo que satisface estos deseos.

En otra los jóvenes están porque les gusta, sin importarles si ganan poco o si trabajan mucho, porque eso es lo que le da sentido a la vida. Por ejemplo, yo encontré un instructor en fisicoculturismo, estaba encantado porque eso le permitía ganar buen dinero, podía establecer sus horarios y dejar de trabajar cuando quisiera.

En otros casos la orientación es hacia un trabajo de tipo cultural, que es como un aliciente con el que los jóvenes encuentran una manera de vivir y de disfrutarlo aunque pasen tres días sin dormir haciendo eventos o produciendo algo cultural. Y estas cuatro vertientes de la ocupación conforman el eje central de la tesis.

AIC: ¿Cuál es tu aproximación al concepto de juventud?

JAPI: Es una discusión inacabada, lo cierto es que no es una transición, una época de paso, sino que se trata de una condición juvenil, es decir, una condición social marcada centralmente por las estructuras históricas, por las estructuras de clase. Coyunturalmente se reconstruye a veces por ciertos acontecimientos en un territorio más amplio, y tiene una implicación temporal porque necesariamente en algún momento se acaba la juventud, donde la edad es importante pero no es decisiva.

A muchos de los jóvenes no los entrevisté por la edad sino por lo que hacían. El criterio para entrevistarlos fue que hubieran cumplido las tres grandes transiciones de su vida: paso por la escuela, salida, inserción laboral y la salida de casa de los padres. Esta salida no necesariamente era para siempre, sino que en algunos casos regresaban a sus casas cuando algo no les funcionaba, ya sea en la relación de pareja o el mercado laboral, entre otras cosas.

Lo que encontré originalmente eran trayectorias, pero después me di cuenta que más que trayectorias eran puntos sin conexión. Lo concebí entonces como asunto de una construcción, no cultural, no personal, pero sí mediada por todas las condiciones sociales y estructurales de una búsqueda por un sentido de la vida que sigue siendo el trabajo, a pesar de todo lo que se diga, sigue siendo el trabajo el elemento central para construir identidad. Cuando un trabajo no se constituye de esta manera es cuando empiezan las mal llamadas "crisis de identidad", que más que crisis son búsquedas distintas por encontrar un proceso de identidad diferente.

Entonces el concepto de juventud tiene que ver con esta ubicación en un momento histórico y de condiciones sociales que están vinculadas primero a un campo de subordinación, a un campo político, que es una subversión en el sentido de que siempre hay una búsqueda de una certificación social que puede ser dada por la escuela o el mercado de trabajo, pero es esa misma certificación lo que en algún momento permite encontrar también un sentido de la vida.

Hoy en día tiene mucho que ver con la satisfacción personal, la satisfacción social, encontrar el lugar propio. Hubo un caso de un joven que trabajaba en una maquiladora y aprendió la profesión, se volvió dueño de una maquila de textiles, puso su empresa, tuvo su tianguis e incluso se diversificó a taxista. A pesar de que llegó a la maquila por obligación de los padres, cuando entendió el proceso y comprendió que podía vivir de eso, en ese momento se volvió su sentido de vida y es ahí cuando empieza la construcción de nuevas perspectivas, como pensar en la familia, salir de la casa de los padres y así sucesivamente, lo que puede pensarse como la conversión a un hombre adulto.

 

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