Instituto Tecnológico Superior de Zongolica, ciencia en la sierra veracruzana
Por Armando Bonilla
Ciudad de México. 6 de octubre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Enclavado en la región de las altas montañas, en la zona centro del estado de Veracruz, se encuentra el Instituto Tecnológico Superior de Zongolica (ITSZ) —que pertenece al sistema del Tecnológico Nacional de México (Tecnm)—, el cual cumple este mes de octubre 14 años de existencia.
Llegar a él, partiendo desde Orizaba, toma aproximadamente 50 minutos luego de recorrer una carretera cuesta arriba que con el pasar de los minutos se adentra en la sierra. Al arribar a la zona exacta de su ubicación, lo primero que llama la atención es el armonioso contraste que generan sus dos edificaciones horizontales —una frente a la otra— rodeadas de montañas y vegetación.
En realidad, se trata de aulas y laboratorios que comenzaron ofertando una sola carrera (desarrollo comunitario) a una matrícula inicial de 43 estudiantes de nivel superior y donde hoy en día se gestan importantes investigaciones, para muchas de las cuales las propias montañas fungen como un gran laboratorio.
Dichas investigaciones significan proyectos pioneros en la región, mismos que están relacionados con las necesidades de las comunidades que habitan en la zona y que, a decir de algunos de los investigadores que ahí laboran, contribuyen a la generación de conocimiento en torno a muchas áreas de interés para México.
Origen y evolución académica del ITSZ
“El ITSZ se ha consolidado como una gran institución en la región al ser una alternativa educativa de nivel superior para los habitantes de diversas comunidades de las altas montañas de Veracruz”, dijo en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt el director general del ITSZ, Ramiro Sánchez Uranga.
En ese sentido, recordó que luego de iniciar labores con una matrícula de 43 alumnos, hoy en día atienden a más de dos mil jóvenes. “El ITSZ fue concebido como una opción para dicha región, fundamentalmente indígena, con grados altos y muy altos de marginación”.
Con miras en ese gran objetivo, con el trascurrir del tiempo, el ITSZ incrementó su oferta académica de una a cinco carreras que son: ingeniería en desarrollo comunitario, ingeniería forestal, ingeniería en sistemas computacionales, ingeniería en gestión empresarial e ingeniería en innovación agrícola sustentable.
“A la par del incremento en la oferta académica, ampliamos la infraestructura para aumentar la cobertura, de tal suerte que hoy en día contamos con cinco sedes (Zongolica, Tezonapa, Tequila, Tehuipango y Valle de Orizaba), además de tres centros dedicados a la investigación científica y el emprendimiento empresarial que son los Centros de Desarrollo Emprendinnovador (Cede)”.
De acuerdo con el director, todos los campus y centros son atendidos por personal altamente capacitado. “80 por ciento de nuestros docentes cuenta con estudios de posgrado y nosotros estamos trabajando, ya en la recta final, el Plan de Desarrollo de Capital Humano para estudio de Doctorado”.
El modelo educativo
Aun cuando el objetivo es impartir todas las carreras en cada uno de los campus, el director del ITSZ explicó que derivado de las necesidades propias de cada comunidad donde se asentaron los campus, cada uno de ellos ha desarrollado diferentes fortalezas asociadas a las demandas del entorno.
Citó el ejemplo del campus Tehuipango, donde todos los maestros se enfrentaron a la necesidad de dominar el náhuatl para impartir sus clases y, a la par de la carrera, desarrollar en los alumnos el idioma español e inglés. En ese caso, dijo, la fortaleza del campus es el dominio de los tres idiomas.
Mencionó también el caso de Tezonapa, una región que gracias a su clima semitropical destaca como zona cañera, cuenta con dos ingenios azucareros inmersos dentro de una gran superficie forestal. “Ahí debido a las características y necesidades de la zona, contamos con mayor demanda de la carrera de innovación agrícola sustentable, seguida de desarrollo comunitario y gestión empresarial”.
Es así como el ITSZ ha compaginado el modelo dual educativo —educación orientada al emprendimiento e innovación— que desde el Tecnológico Nacional de México (Tecnm) busca implementarse y fomentarse en todos los tecnológicos del país; con las necesidades propias de cada región, básicamente ha tropicalizado la formación académica.
“Esto nos permite, por un lado, atender mucho mejor la demanda educativa en cada región (…) Por ejemplo, en el caso de Cede de Valle de Orizaba, estos esfuerzos de educación orientados a la región nos permiten atender más de 30 municipios alrededor, donde estamos dando la oportunidad a los jóvenes de formarse a nivel licenciatura e incrementar a la par de ello sus oportunidades laborales”, enfatizó Sánchez Uranga.
Respecto a la implementación del modelo dual emprendinnovador, orientado a las necesidades puntuales de cada región, detalló que al interior del ITSZ existen áreas encargadas de analizar las necesidades de las sociedades aledañas a sus campus, estrechar vínculos con los jóvenes de esas comunidades y orientarlos sobre la importancia de tomar las carreras que más benefician a sus comunidades. “Me atrevo a comentar que el ITSZ no está vinculado con la sociedad ni el sector productivo, sino que está inmerso dentro de la sociedad y la iniciativa privada, además de atender las necesidades regionales”.
La vocación científica
Al referir la relevancia que ha cobrado la labor científica (investigación) como parte de las actividades habituales del ITSZ, Sánchez Uranga señaló que cada carrera tiene por semestre una materia líder, la cual se vincula con proyectos de emprendimiento, situación que da lugar a interesantes proyectos de investigación donde se involucran los alumnos para adquirir experiencia con la práctica real y solución de problemas en la zona.
No obstante, es el cuerpo docente el que encabeza dichos proyectos, los cuales buscan aportar a las necesidades de la población. “Trabajamos temas de interés de la región, tales como el área forestal (en el caso del campus de Zongolica, ubicado en las altas montañas); trabajamos proyectos en torno a desarrollo comunitario, ecotecnias, empoderamiento de la mujer —tema fundamental en zonas indígenas—, igualdad de género y políticas públicas enfocadas en mejorar la equidad en la distribución social de los recursos".
Destacó que derivado de esas líneas de trabajo, hoy en día en las aulas del ITSZ se cuenta con proyectos muy relevantes. Mencionó como ejemplo el denominado El árbol del conocimiento, que cuenta con una enorme cantidad de información digital, algunos enfocados en el desarrollo de ciudades inteligentes que permitan elevar la calidad de vida de la población, así como algunos relacionados con el desarrollo de aplicaciones para el transporte público.
“En realidad no desarrollamos investigación general para solucionar problemas amplios, sino problemas reales, muy locales, problemas que la gente siente y necesita resolver hoy”.
El quehacer científico desde la óptica de sus artífices
Una de las características principales de la labor que el ITSZ hace en materia de investigación, tiene que ver con la diversidad de temas, aun cuando la mayoría de ellos tiene lugar en las altas montañas de la sierra de Zongolica, los cuales van desde estudios faunísticos y aprovechamiento de los recursos ambientales hasta proyectos de seguridad alimentaria vinculados con la recuperación de usos y costumbres en la comunidad indígena.
En ese contexto, Erasmo Cázares Hernández, profesor investigador del ITSZ, dijo que uno de los factores que ha convertido la actividad científica (investigación) en una fortaleza del ITSZ es la colaboración de los estudiantes, a quienes motivan a no quedarse solo con la tesis, sino los orientan para avanzar hasta la publicación científica de sus trabajos.
Julio Díaz José, docente e investigador del ITSZ, destacó que los proyectos de investigación que se gestan en el instituto parten de problemas muy locales, pero que en conjunto forman parte de un proyecto mayor, cuyo objetivo general es mejorar la calidad de vida en la región indígena de Zongolica y las comunidades aledañas.
A él se sumó Héctor David Jimeno Sevilla, profesor investigador del instituto, quien destacó la importancia de que la investigación que se está gestando en las aulas y laboratorios, pero sobre todo en la región de la sierra, se esté orientando a necesidades propias de la comunidad. “(Es importante favorecer a la sociedad) sobre todo considerando que nos encontramos en una de las regiones más marginadas de Veracruz”.
José Luis López Ayala, docente investigador en materia forestal, señaló que la región tiene mucho potencial para hacer investigación agroforestal y desde el instituto se está aprovechando ese potencial a través de diversos proyectos de investigación, los cuales buscan mejorar el desempeño social y económico de la región, a la par de formar capital humano altamente capacitado.
A su vez, Andrea Carolina Elizondo Salas, profesora investigadora del ITSZ en la carrera de ingeniería forestal, aseveró que la labor de investigación que se realiza en el instituto ha comenzado a llamar la atención gracias a la apuesta interdisciplinaria que se ha realizado a través de sus diferentes proyectos, aderezados de un fuerte componente social.
“(El ITSZ tiene clara) la relevancia de realizar estudios interdisciplinarios y multidisciplinarios donde se aborde toda la parte ecológica y se considere la parte social, cuyo objetivo es lograr que las comunidades, que son las dueñas de este conocimiento, se sumen a los esfuerzos que desde la academia se gestan para crear estrategias encaminadas a preservar los recursos forestales de la región”.
La experiencia de los estudiantes
La Agencia Informativa Conacyt conversó también con dos egresados, quienes desde su paso por la licenciatura se involucraron en el quehacer científico, trabajo al que dieron continuidad durante su tesis de titulación y en el cual siguen involucrados con miras a transformar su proyecto en publicación científica; asimismo, a través de su colaboración en la generación de un libro de divulgación.
Se trata de Carlos Uriel Urbano Torres y Abraham Lázaro Vázquez, ambos egresados de la carrera de ingeniería forestal. En su oportunidad, Urbano Torres se manifestó agradecido por poder participar en un proyecto de investigación ya que en su comunidad muchos estudiantes no se involucran por falta de oportunidades, porque las ganas existen.
“Es muy importante poder participar en estos proyectos, porque en muchos casos los egresados de generaciones anteriores de la carrera no se involucraron en proyectos de investigación por falta de oportunidades”.
Entretanto, Lázaro Vázquez expresó que para él lo relevante de participar en trabajos de investigación con un fuerte componente social radica en la oportunidad de contribuir al desarrollo de la zona y a la preservación de su entorno al mismo tiempo.
“Ya lo hemos dicho antes, sencillamente son cosas que no se han investigado con anterioridad en esta zona y que en términos simples, se trata de conocimiento que hace mucha falta”, concluyó.
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