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Utilizar la tecnología 3D para la salud


Por Judith Ureña

Ciudad de México. 5 de agosto de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- La biofabricación tiene un principio muy sencillo: combinación de la ingeniería con la biología, en donde la biología molecular ha crecido de manera exponencial en los últimos 10 años. La combinación de esos dos mundos ofrece grandes resultados, afirmó Esteban Ortega Hernández, médico cirujano e investigador especialista en inmunogenética del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ). 

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En el marco del Simposio Multidisciplinario Biofabricación, Impresión 3D y Aplicaciones Médicas, el primero realizado en el país, cuya sede fue el INCMNSZ, mismo que fue coordinado por los doctores Carlos Hinojosa, Adriana Torres, Damián Palafox y Esteban Ortega, los especialistas reconocieron que si bien es cierto que el tema de la biofabricación está en boga y se habla mucho de él de manera reciente, sus conceptos y aplicaciones ya tienen mucha historia detrás de sí.

 Por tanto, el objetivo principal de este primer simposio fue que especialistas de diversas áreas analizaran la forma en que esta tecnología impactará en los próximos años las diferentes especialidades médicas. También se presentaron las tendencias a futuro y los beneficios en el sector salud.

brazo0516Cabe recordar que el doctor Charles Hull es conocido como el padre de la impresora 3D, lo que derivó en la creación de su empresa 3D Systems, la cual se fundó en el año 1986, tan solo tres días después de que se llevara a cabo la primera impresión de este tipo.

Fueron precisamente Esteban Ortega, médico cirujano e investigador especialista en inmunogenética del propio INCMNSZ, junto con el también cirujano y jefe de servicios en la Coordinación Institucional de Trasplantes del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Aczel Sánchez Cedillo, de la mano de Zaid Badwan, cofundador y director general de la empresa MediPrint (dedicada al desarrollo de soluciones médicas personalizadas de alta tecnología con manufactura por impresión 3D, como órtesis rehabilitatorias, plantillas y soportes ortopédicos), los encargados del desarrollo de esta charla multidisciplinaria.

¿En qué consiste la impresión 3D?

Esteban Ortega equipara este tipo de trabajos con una pistola de silicón, la cual “tras calentarse un plástico, capa a capa se va formando un objeto tridimensional. Se generan fibras muy delgadas que, unidas, dan por resultado el objeto; luego de varios años, la técnica se fue perfeccionando para pasar a las biotintas (una mezcla de células con una matriz extracelular)”.

En lo que respecta a los principales alcances y aplicaciones, cabe diferenciar dos campos: biológico y tecnológico, en donde el principal objetivo es alcanzar la formación de un órgano funcional; no obstante, en algunos lugares del mundo ya se tienen avances como: huesos, vasos sanguíneos, cubiertas, epitelios, piel, entre otros.

De manera más reciente, se fabrican parches de células cardiacas, con el objetivo de regenerar tejido miocárdico dañado; la fabricación de “órganos pequeñitos” resultaría muy útil para poder probar fármacos, por ejemplo, lo cual facilitaría mucho los procesos.

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Aczel Sánchez refiere que las aplicaciones médicas de esta tecnología ya se hacen, no solo con huesos, sino en el caso de bioimpresoras con matriz extracelular se puede tener acceso a tejidos “hechos a la medida” y de ello se desprenden las nuevas líneas de acción en toda la medicina.

Es decir, la importancia de este tipo de tecnologías está principalmente en el apartado de la reprogramación celular, puesto que se pueden usar las propias células de las personas que requieren una donación, aislarse, reprogramarse y se crecen para generar tejidos e incluso órganos a las medidas y de las propias células del paciente, subrayaron los expertos. Para llegar a este punto faltan alrededor de 20 años en todo el mundo, mientras que en nuestro país gente como el doctor Ortega están tratando de mostrar al mundo la importancia de esta tecnología y sus aplicaciones médicas, las cuales con el paso de los años irán disminuyendo sus costos.

La idea es que gracias a estos trabajos se deje de depender al 100 por ciento de la donación de órganos, toda vez que, al reprogramar células de los propios pacientes no habría rechazo alguno de un órgano que estaría diseñado de manera personal. El doctor Aczel Sánchez reconoce que en estos casos su mayor preocupación sería una posible infección, la cual puede darse como resultado de "ponerle algo nuevo al cuerpo".

Finalmente, Zaid Badwan asegura que si bien esta no es una técnica nueva, sí se ha "popularizado" en los últimos años y empieza como técnica desde los años 80 con la estereolitografía (tecnología de manufactura utilizada para la producción de modelos, prototipos, patrones o piezas definitivas), en la que se trabaja con resina líquida que deriva en la fotopolimerización. Después de esto se han creado muchas otras técnicas hasta llegar a la actual, lo que ha demostrado que se trata de una tecnología exponencial, cada año será más rápida, más económica. En lo que respecta a la impresión de órganos, ya hay empresas como Organovo, aunque en México ya se hacen primeros modelos como órtesis, prótesis o modelos anatómicos, cuya base es la imagenología.

 

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