Inauguran el observatorio más grande y novedoso del mundo
Por Susana Paz
Sierra Negra, Puebla. 23 de marzo de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- De entre el Tíbet y Arizona, se eligió la ladera norte del volcán Sierra Negra o Tliltépetl, en Puebla, para instalar el Laboratorio HAWC de Rayos Gamma, el más poderoso observatorio del mundo en su tipo.
Diversas características definieron esta decisión: La cercanía del Gran Telescopio Milimétrico (GTM) Alfonso Serrano y su infraestructura establecida, la altitud y benevolencia del clima y el respaldo de una sólida comunidad científica.
Este 20 de marzo, a 4 mil 100 metros a nivel del mar y con la visión de un imponente Pico de Orizaba cubierto de nieve, representantes de las instancias participantes dieron el “botonazo” de inicio a una corrida de datos con los 300 detectores que conforman el observatorio HAWC (siglas en inglés de High Altitude Water Cherenkov) y el principio total de su actividad científica al 100 por ciento de sus capacidades.
Después de tres años de preparación y cuatro de construcción, el HAWC está listo para monitorear los mensajes del universo y convertirse en el observatorio de altas energías más importante de nuestro siglo que está diseñado para detectar rayos gamma y rayos cósmicos de alta energía.
El director general del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) Alberto Carramiñana Alonso, calificó como “fundamental” el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para ser realidad este observatorio.
Explicó que HAWC fue presentado inicialmente dentro de la convocatoria 2006 de ideas de megaproyectos y ha sido apoyado desde ese momento a través de varios canales. Inicialmente a través del Programa de Redes Temáticas, posteriormente con proyectos de ciencia básica, el programa de apoyos institucionales y a través de la convocatoria de Laboratorios Nacionales y del proyecto de infraestructura que fue aprobado por la junta de gobierno del INAOE en mayo de 2013.
Para el director general del Conacyt, Enrique Cabrero Mendoza, la clave del éxito de este observatorio y de cualquier otro proyecto son las alianzas, la convergencia de perspectivas y las sinergias.
Aseveró que el Conacyt y la National Science Foundation (NSF), tal como lo comentó su directora, France Córdova, están en la mejor disposición de identificar proyectos “ambiciosos” e “interesantes” de colaboración binacional.
Un motivo de peso para este proyecto, explicó Cabrero Mendoza, fue el alto grado de competencia, expertisey compromiso de los científicos mexicanos y su asociación con sus pares estadounidenses.
HAWC es un esfuerzo binacional y multiinstitucional, que involucra alrededor de 30 instancias de educación superior, investigación y universidades de México y Estados Unidos.
“Hoy es un día muy importante para México, Estados Unidos y el mundo científico. Es un día para celebrar, conmemorar y agradecer. Celebrar el fin de la construcción de un sueño y el inicio de otro, y que empiece a dar resultados científicos”, expresó el coordinador de Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Arámburo de la Hoz.
Para el coordinador, resulta relevante señalar que en México también hay buenas noticias y que a través de la ciencia se es un país competitivo a nivel internacional: “Tenemos el reconocimiento de nuestros pares y sabemos colaborar en grandes proyectos, en proyectos del futuro”.
Presidieron la inauguración Jordan Goodman, profesor de la Universidad de Maryland y vocero oficial de la colaboración HAWC por los Estados Unidos; France Córdova, directora de la NSF; y el director del Parque Nacional Pico de Orizaba, Raúl Álvarez Oseguera.
Desafío de altura
El volcán Sierra Negra forma parte del Parque Nacional Pico de Orizaba, que tiene una superficie de 19 mil 601 hectáreas y se sitúa entre los estados de Puebla y Veracruz. Para Alberto Carramiñana, se ha trabajado con respeto y apoyo a las labores de conservación y reforestación del parque.
El doctor Andrés Sandoval Espinosa, investigador del Instituto de Física de la UNAM, explicó que el sitio de HAWC se escogió en el 2007. Fue la colaboración de Milagro –el observatorio antecesor, y que hoy conforma la colaboración estadounidense del grupo de HAWC– la que buscó lugares en China, Bolivia y México, para encontrar en qué área se daban las mejores condiciones para tener agua a gran altura, sin que entrara en congelamiento y dañara los fotosensores.
Son 55 millones de litros de agua, purificados y desionizados, los que se tuvieron que trasladar al lugar del experimento.
“Nos tardamos cuatro años en buscar fuentes en la misma montaña y en las poblaciones cercanas. El 80 por ciento de estos 55 millones de litros se extrajeron de un pozo cerca de la comunidad de Esperanza, de ahí se hizo un primer procesamiento suavizado del agua, se le quitaron los iones, se subió a la montaña y finalmente se filtró, hasta que quedó con las cualidades necesarias”, señaló Humberto Salazar Ibargüen, investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
Uno de los grandes retos fue justamente el traslado del agua; se buscaron muchas posibilidades y al final decidieron llevarla en pipas. “El camino es muy estrecho, es un camino de montaña, lo que significó todo un desafío. Las pipas subieron con 13 toneladas de cargamento más la propia pipa, por lo que se tuvieron que instalar algunos servicios”, expresó Ibrahim Torres Aguilar, jefe de sitio del observatorio.
Para Torres Aguilar, se trata del observatorio en su tipo más grande y novedoso del mundo, y permitirá estudios que en ningún otro lado se podrán hacer. Los tópicos son muchos. No obstante, las metas principales son saber de dónde vienen los rayos gamma y los rayos cósmicos, cómo se producen, qué objetos los produce y por qué.
Conoce más detalles del HAWC en nuestra galería fotográfica.
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