Familias migrantes en la frontera norte
Por Ricardo Capilla
Ciudad de México. 27 de junio de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- La separación y repatriación forzada de familias de inmigrantes que se ha estado llevando a cabo en los últimos años por el gobierno de Estados Unidos es un acto que no solo viola los derechos humanos, sino que además viola la Convención sobre los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), explicó la doctora María Dolores París Pombo, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte (Colef).
De acuerdo con la investigadora, este problema no es nuevo sino que se ha venido desarrollando desde el mandato del expresidente estadounidense Barack Obama, en el cual se presentaron numerosos casos en los que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) realizaba redadas y enviaba a los adultos a centros de detención o a la cárcel, mientras que los menores eran trasladados a albergues.
Asimismo, París Pombo explicó que las imágenes viralizadas en los últimos días, en las que niños migrantes aparecen encerrados en jaulas en las instalaciones de la Patrulla Fronteriza, aunque no dejan de ser en extremo graves por sus implicaciones, no pertenecen a los eventos recientes, sino que fueron tomadas en 2014 durante una época en la que miles de menores no acompañados provenientes de Centroamérica arribaron a Estados Unidos por la frontera sur de Texas.
Tolerancia cero
En los hechos recientes y ante la presión ejercida por la sociedad, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el 20 de junio una orden ejecutiva que impide que las familias de inmigrantes sean separadas, pero por otro lado, se mantendrá la política de “tolerancia cero”, que consiste en procesar como criminal a cualquier persona que ingrese sin documentos a Estados Unidos.
La Convención sobre los Derechos del Niño de la Organización de las Naciones Unidas estipula que ningún menor deberá ser criminalizado o sujeto a medidas punitivas a causa de la condición migratoria de sus padres, y la detención de un menor por este motivo constituye una violación de sus derechos y contraviene el principio del interés superior de la niñez. |
“Cuando una persona es procesada por un delito, la ley estadounidense dicta que se le tiene que separar de los menores, ya que los niños no pueden estar dentro de cárceles o centros de detención. Cada familia que cruza es detenida por la Patrulla Fronteriza y los niños son enviados a centros de detención temporal para luego ser transferidos a albergues y centros más grandes de los servicios sociales”.
A partir de la decisión de un juez en una corte de Estados Unidos, se estipuló que no se podía detener en centros de detención a familias que cruzaran la frontera en compañía de menores, ya que los niños no pueden ser considerados como responsables de cruzar la frontera, pero el gobierno de Trump tomó la decisión de detener solamente a los padres y enviar a los niños por separado a los albergues de la Patrulla Fronteriza.
“Desgraciadamente pensamos que todo empezó ahora, pero si esto no tuviera antecedentes, no estaría pasando. Ahora el problema es que están deteniendo no solo a los niños no acompañados, sino también a los niños que llegaron con sus familias”, explicó.
La investigadora del Colef señaló que el proceso que deben seguir los menores que se encuentran en los centros temporales de detención depende, en gran medida, de sus lugares de origen. Para aquellos provenientes de países vecinos, es decir, México y Canadá, el procedimiento de repatriación dura unos pocos días.
En el caso de los menores originarios de otros países —la mayoría de ellos provenientes de Centroamérica—, el procedimiento puede durar meses, pues tienen que ser presentados ante una corte de migración para iniciar el proceso de deportación, pero muchos de ellos son entregados a familiares y no llegan a concluir el proceso.
”Existe un hecho que la mayor parte de la gente no tiene en cuenta, y es que en realidad, México deporta a más niños centroamericanos no acompañados que Estados Unidos. Por ejemplo, en el año 2014, cuando el gobierno de Obama decretó una crisis humanitaria por la llegada de más de 50 mil menores centroamericanos no acompañados, deportó a mil 300 niños de esa región, mientras que ese mismo año, México deportó a siete mil 800 menores centroamericanos no acompañados”.
La especialista dijo que en el caso de los niños que fueron separados de sus padres, al ser detenidos por la Patrulla Fronteriza desde que Trump decretó la política de tolerancia cero en abril pasado, pueden llegar a presentar graves secuelas a corto, mediano y largo plazo desde el punto de vista psicológico, además de también afectar las posibilidades de desarrollo personal de los menores.
• María Dolores París Pombo
Doctora en ciencias sociales. Es profesora investigadora del Departamento de Estudios Culturales de El Colegio de la Frontera Norte (Colef) y es miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
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