Innovación, ciencia y mirada al futuro en el Ipicyt
Por Chessil Dohvehnain
San Luis Potosí, San Luis Potosí. 9 de agosto de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Con el objetivo de establecer nuevos espacios de comunicación, colaboración y vinculación entre las divisiones científicas, el Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt) celebró el Congreso Interdisciplinario Ipicyt 2018 con la participación y presencia de investigadores de alto nivel, estudiantes, invitados y público en general.
Durante el evento se contó con la participación del doctor José Luis Morán López, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), así como con la doctora Julia Tagüeña Parga, directora adjunta de Desarrollo Científico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
En conferencia, la investigadora compartió un poco de su experiencia al frente de una tarea crucial para el desarrollo de la ciencia en el país, pasando por temas como lo que se espera a futuro de la investigación científica, hasta áreas cruciales como la equidad de género en la labor científica y la naturaleza de los nuevos debates en torno a las modificaciones a la Ley de Ciencia y Tecnología, donde la participación de la comunidad académica será fundamental para definir un rumbo a seguir en la nueva etapa que le espera al Conacyt.
“Soy una convencida de la importancia de la participación de la comunidad científica y del ciudadano… y estoy convencida de que tiene que haber consulta. Por ejemplo, cuando se hizo el decreto de Acceso Abierto (o Ciencia Abierta), se puso en la Cámara de Senadores una página donde la gente vertía su opinión. Entonces tuvimos reuniones con diferentes comunidades de distintas partes del país, donde se escuchaban las distintas posiciones frente a la cuestión del compromiso social que implica la Ciencia Abierta”, comentó en entrevista.
Otro de los tópicos destacados durante el evento resaltado por la investigadora, es el papel que las mujeres ocupan en la ciencia que se hace en México. Para ella, la presencia de la mujer es y será imparable, algo que además es soportado por datos de Conacyt que muestran cómo la tendencia retrata un paulatino ascenso de las mujeres en investigación científica que va a la alza. Sin embargo, los retos aún son muchos.
“El tema es cultural. También es importante que desde pequeñas, las niñas tengan las mismas oportunidades. ¿Cuál es la conclusión? Que tenemos que luchar en otros ámbitos, como en el sistema educativo y desde el kínder, donde tiene que haber equidad, un lenguaje y una imagen incluyente (…) Las niñas desde pequeñas deben tener la posibilidad de imaginarse científicas, pero también los niños. Tenemos que buscar un ambiente cultural que le dé libertad a la gente, y un ambiente social que otorgue oportunidades”.
La investigación científica multidisciplinaria y la mejora de las condiciones de trabajo para desarrollo tecnocientífico de innovación, no solo en San Luis Potosí sino en el resto del país, pueden ser también caminos que contribuyan a generar esos ambientes, donde un caso interesante es el del Ipicyt, donde el doctor José Luis Morán recordó ante decenas de asistentes que esos dos principales propósitos al final permitieron la fundación de un centro público de investigación que se mantiene a la vanguardia en cuanto a proyectos de impacto social.
Durante su conferencia sobre la experiencia de la génesis de la institución de la que también forma parte, el actual presidente del Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología reflexionó sobre la vigencia de las premisas de la investigación científica que se lleva a cabo en el Ipicyt, que siempre ha estado orientada hacia la contribución de soluciones a problemas nacionales de distinta índole, tanto sociales como tecnológicos, productivos y económicos. Problemas
complejos que nos afectan como sociedad, y que solo podrán ser vencidos mediante la colaboración de personas con distintos puntos de vista y formaciones de pensamiento. Un valor promovido desde la institución.Ciencia, vinculación y compromiso social
Gracias a la participación de investigadores de todas las áreas del Ipicyt, se pudieron conocer muchos de los proyectos que los equipos de trabajo han llevado a cabo en los últimos años, abarcando investigaciones desde ciencia básica hasta colaboraciones directas con organismos de gobierno o activos del sector industrial y productivo del país.
Un ejemplo fueron los casos fascinantes presentados por la doctora Lina Riego Ruiz, bióloga molecular egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien forma parte de la División de Biología Molecular que se conforma por personal de formación diversa, lo cual ha permitido que esta división institucional se especialice en tres grandes áreas del conocimiento: agrobiología, biomedicina y biotecnología molecular.
“Hay muchas cosas que se han estado haciendo, como la nanotecnología aplicada a la biología, o también la farmacogenómica, que trata de identificar y saber las variantes en el genoma para poder dosificar los fármacos de manera adecuada. Y la bioinformática también es un boom que está abordándose dependiendo de las áreas, desde las cuales podemos ver aplicaciones específicas”, comentó la investigadora en entrevista.
Para ella, los retos son muchos, sobre todo seguir haciendo interdisciplina a través de la vinculación entre ciencias diversas. Incluso abordar cuestiones de inteligencia artificial desde la biología y manejo de datos es una tarea pendiente que se está considerando, así como el tema de la medicina personalizada.
“Podemos y hemos incidido tanto en proyectos que tienen que ver con el campo y productores locales, así como cuestiones de salud o en la generación de herramientas y recursos para empresas que quieren dar solución a problemas específicos dentro del sector productivo”.
Otro aspecto presentado durante el evento fue la diversidad de proyectos con un alto compromiso social con la aplicación de la ciencia para la resolución de problemas ambientales a través de la vinculación con sectores productivos. La doctora Sonia Arriaga García, de la , reflexionó en torno a los avances de los proyectos que esta división impulsa desde su creación en 2001, enfocados en la biotecnología e ingeniería ambiental, así como en ecología y cambio climático global.
La gran gama de proyectos que se alinean para la producción de biocombustibles o para el tratamiento fisicoquímico y biológico de contaminantes, remediación ambiental, revalorización de residuos, entre otras, y en colaboración con gobierno y empresas para la generación de materiales novedosos y capacitaciones, es algo de lo que reforzó el doctor César Nieto, de la misma división.
“Son algunos ejemplos de éxito. También está este proyecto donde junto con la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental del Estado (Segam) se buscó la elaboración de un estudio técnico para la factibilidad del establecimiento del Área Natural Protegida de la Sierra de San Miguelito, buscando la definición de criterios con el doctor Felipe Barragán”, comentó en conferencia.
Dentro de esta clase de proyectos que muestran los beneficios de la vinculación de la ciencia, se encuentran ejemplos impresionantes como la caracterización de aves acuáticas en la laguna de Yuriria en Guanajuato, o los programas de capacitación en evaluación de impacto ambiental, restauración ecológica, cambio ambiental global, etcétera, que el doctor Ernesto Badano, junto con otros colegas de la misma división, imparten en toda la república atendiendo al sector privado, académico y estudiantil.
También fueron presentados proyectos que persiguen la producción de tratamiento de agua residual, la caracterización y tratamiento electroquímico de agua, o la recuperación de cobre y níquel del lixiviado para instancias como la Casa de Moneda de México, fueron referenciados junto con el éxito de otros, como el propuesto para la remediación ambiental en el campo petrolero de Tabasco.
Investigación de frontera, retos e innovación
“Yo nací en la costa del mar Báltico y me gradué en la Universidad de Moscú. Cuando escucho la palabra agua estoy como un perro sediento —ríe—. Me encanta el agua. Y México no tiene problema con el agua, sino que lo tiene sin ella. El problema es la falta de manejo de recursos hídricos”, comentó en conferencia el doctor Vsevolod Yutsis, de la División de Geociencias Aplicadas y especialista en hidrogeofísica, quien durante su carrera académica ha buscado aplicar distintas metodologías de las ciencias de la Tierra para el estudio de los recursos hídricos en México.
Para él, esta novedosa integración de métodos brinda la posibilidad de obtener resultados más seguros para valorar la viabilidad de las presas de la nación, así como sus usos principales como el doméstico, industrial y agroalimentario.
Según presentó en conferencia, el estudio de presas como la de Cerro Prieto, Nuevo León, mediante la articulación innovadora de métodos diversos para la elaboración de modelos magnéticos y de gravedad, perfiles sismo acústicos, análisis de sedimentos y de reactividad, entre otros, le permite concluir que el problema principal que afecta a la población mexicana en cuanto a recursos hídricos no es la falta de agua, sino la falta de un manejo racional de los recursos.
La innovación tecnológica también estuvo presente mediante la discusión de resultados y propuestas, como la presentada por la doctora Fabiola Jaimes Miranda sobre los mecanismos moleculares detrás de las redes de regulación génica de levaduras y jitomates, o la mostrada por el doctor Gerardo Argüello, de la División de Biología Molecular, quien ha trabajado los procesos de replicación y regulación génica de los geminivirus, causantes de enfermedades epidémicas en cultivos agrícolas de gran valor comercial y alimenticio. Trabajo que ha permitido definir estrategias de ingeniería genética para conferir mayor resistencia a los cultivos contra infecciones geminivirales.
Avances en torno a la investigación del potencial agroquímico, cosmético y farmacológico de los constituyentes químicos individuales de plantas anuales distribuidas en las zonas áridas y semiáridas de México, como los presentados por el doctor Elihú Bautista, del Consorcio de Investigación, Innovación y Desarrollo de Zonas Áridas, o las aplicaciones del efecto magnetocalórico para las nuevas tecnologías de refrigeración a estado sólido por refrigeración magnética, según comentó el doctor José Luis Sánchez Llamazares, se discutieron y afianzaron como propuestas de aplicación directa de la investigación científica para la sociedad.
Inclusive la presentación sobre la implementación matemática de la dinámica no lineal al cómputo caótico, generando sistemas de encriptación de datos basados en la teoría del caos, ha posibilitado la producción de patentes que sirven de ejemplos claros del trabajo de vanguardia que se realiza en el Ipicyt, tal como lo comentó el doctor Eric Campos, de la División de Matemáticas Aplicadas.
“Como ejemplos están los nanoacarreadores de fármacos, muy importantes, que llevan medicamentos dentro del cuerpo para combatir enfermedades como el cáncer, que podrían disminuir apreciablemente los daños producidos en el organismo por tratamientos como las quimioterapias. Incluso para otras enfermedades como Parkinson o Alzheimer, se está buscando la manera de que se use nanotecnología para amainar los problemas neuronales que pueden estar detrás”, comenta en entrevista el doctor Emilio Muñoz Sandoval, especialista en nanotecnología de la División de Materiales Avanzados del Ipicyt.
Para él, los materiales innovadores que producen, como los nanotubos, fulerenos, nanopartículas de carbono, etcétera, se buscan orientar hacia revolucionarias aplicaciones, pero que no serán una realidad si no hay apoyo suficiente en términos de presupuesto para financiar proyectos multidisciplinarios.
“Creo que la oportunidad en México es grande para alcanzar ese futuro (…) Es necesario programar la investigación del país de manera que alcancemos esos niveles internacionales. Y uno de los grupos mexicanos que tiene nivel y producción de alta calidad es, por ejemplo, nuestro grupo, que ha publicado artículos en Scientific Report y en Carbon, donde los autores somos mexicanos. No quiere decir que no queramos investigadores extranjeros. Lo que queremos es hacer un polo nacional de alta calidad y fuerte, para que otras personas lo vean y digan 'quiero trabajar con ustedes'”.
La diversidad hace la fuerza
La existencia de tres laboratorios nacionales dentro del Ipicyt también es una característica que nutre de fuerza uno de los centros públicos de investigación con más productividad e incentivación de la multidisciplina, según comentó el doctor Alejandro de las Peñas, de la División de Biología Molecular y coordinador del Congreso Interdisciplinario 2018.
“Nosotros estamos muy vinculados con toda la investigación que se hace de ciencia básica y aplicada en Ipicyt, pero también con otras instituciones estatales de investigación, e incluso a nivel federal, donde aportamos con la caracterización de diversos materiales y con nuestro fuerte, que son los materiales nanoestructurados, para lo cual contamos con tecnología de última generación que nos permite ver partículas micrométricas hasta nanométricas con las técnicas más avanzadas”, comenta en entrevista la doctora Gladis Labrada Delgado, actual coordinadora del Laboratorio Nacional de Investigaciones en Nanociencias y Nanotecnología (Linan).
Su participación en consorcios y vínculos con otras instituciones les permite aportar el extra con los equipos de alta generación que poseen, en proyectos donde otros laboratorios pueden aportar el valor experimental para proyectos, donde el Linan ha demostrado tener un prestigio derivado de la alta calidad de los análisis especializados que pueden ejecutar, tanto para el sector privado como público.
Estos laboratorios continuamente ofrecen servicios a cientos de instituciones y empresas, lo cual los caracteriza con una presencia nacional en universidades y centros de investigación o en el sector privado, como ocurre también con el Laboratorio Nacional de Biotecnología Agrícola, Médica y Ambiental (Lanbama), el cual es coordinado por el doctor en biología molecular Ángel Gabriel Alpuche Solís.
“Por ejemplo, algunas empresas nos piden realizar controles de calidad, o estudios para industrias alimenticias y ver si los alimentos tienen presencia de antibióticos, o para organismos como la Casa de Moneda para ver si las aleaciones son las adecuadas. Recientemente se nos han pedido análisis para ver qué metabolitos se producen durante la interacción entre plantas y patógenos, mientras que para estudios de biología molecular nos solicitan mucho secuenciación de ADN o de genomas completos, carga génica, detección de patógenos, etcétera”, comenta en entrevista.
Pero así como se mostró la amplia gama de trabajos colaborativos desde la diversidad disciplinaria de la institución para trabajar en temas enfocados en la aplicación del desarrollo tecnológico y científico para áreas concretas, la contribución de la investigación para temas de seguridad social y procesos políticos también es un aspecto que ha caracterizado por ejemplo al Centro Nacional de Supercómputo (CNS), coordinado por la maestra en ciencias Miriam Berenice Torres.
software e ingeniería en telecomunicaciones, colaborando con empresas bancarias nacionales, secretarías federales y gobiernos estatales.
El centro nace a partir de la necesidad de la academia de utilizar servicios de cómputo de alto rendimiento; sin embargo, la infraestructura les permitió brindar servicios en cuanto al manejo de centros de datos, supercómputo, desarrollo deUno de los casos más interesantes fue la participación del CNS en la implementación y soporte de los servicios de seguridad informática en los sistemas tecnológicos que conformaron el Programa de Resultados Electorales Preliminares (el famoso PREP), en 58 municipios de San Luis Potosí durante las recientes jornadas electorales, aplicando mecanismos analíticos de tiempo real para monitorear e identificar amenazas de ciberseguridad, así como replicando la información para mantener la disponibilidad de los sistemas en caso de contingencia, además de la encriptación de miles de actas.
“También hemos participado en un proyecto federal que se llamaba Habilidades digitales para todos durante el sexenio pasado, donde el objetivo era llegar a las escuelas secundarias para dotarlas de conectividad y equipos para que los jóvenes pudieran trabajar. La experiencia que tuvimos tanto en San Luis Potosí como en Querétaro fue muy importante y con muchos alcances porque veíamos la parte tecnológica pero también el impacto social que esto tenía, porque incluso llegábamos a escuelas indígenas donde eran setecientas personas donde llegaba el CNS junto con el gobierno del estado para dar este tipo de servicios, y los chicos adquirían otro panorama de las cosas”, comenta Miriam Berenice Torres.
Para la actual coordinadora, el fortalecimiento de los laboratorios y de los proyectos de investigación se dará a través de la vinculación estratégica con distintas instituciones y sectores productivos y públicos del país, como parte del reto a futuro junto con la continua especialización académica que, en multidisciplina, permitirá afrontar los desafíos del mañana.
“Todo esto es parte de algo que por iniciativa de los mismos académicos se ha planteado en una comunidad como Ipicyt, donde hay tantas disciplinas y tanto potencial de interacción para abordar problemas nacionales e importantes desde una perspectiva como esta”, afirma en entrevista el doctor Salvador Lluch Cota, actual director interino del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica.
Durante su charla de clausura magistral, reflexionó en torno a la necesidad de ser conscientes como investigadores, científicos y población en general, que México tiene un sistema de articulación de centros de investigación científica que ha pasado por una trayectoria de cambios desde su creación en 1970. Pero que ahora y gracias al esfuerzo de mujeres y hombres de razón, ha posibilitado que México se encuentre listo para cruzar las fronteras del conocimiento proyectando la ciencia hacia el extranjero pero también hacia dentro del país con altos estándares de calidad en beneficio de la sociedad.
“Dentro de una institución lo que nos come es el diario. El investigador normalmente tiene su proyecto, intereses, actividades diarias, y tendemos a encapsularnos en nuestro propio universo. Y eso resulta en que no nos comunicamos con el resto de la comunidad y perdemos oportunidades de abordar problemas más grandes e interesantes. Sacarnos de esa cápsula una o dos veces al año y saber qué hacen los otros encapsulados, es generar sinergias que le reditúen a la ciencia en el país”, concluyó.
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