Especialista en estudio del apetito es reconocido con uno de los más importantes premios científicos del país
CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y DE ESTUDIOS AVANZADOS
Boletín No. 108
15de noviembre de 2017
Por sus aportaciones para entender las bases biológicas y los circuitos neuronales que controlan la alimentación, le otorgaron a Ranier Gutiérrez Mendoza, investigador del Departamento de Farmacología del Cinvestav, el Premio de la Academia Mexicana de Ciencias 2017, en el área de Ciencias Naturales.
“Estamos entendiendo las bases neuronales que controlan la alimentación en especial estudiamos a grupos de neuronas que hacen que comamos alimentos altamente palatables (apetitosos). Una vez descritos estos circuitos neuronales podremos encontrar nuevos blancos farmacológicos que nos puedan permitir dar un mejor tratamiento a desordenes alimenticios como la obesidad”, indicó el también encargado del Laboratorio de Neurobiología del Apetito del Cinvestav.
Este galardón es uno de los más importantes que pueda recibir un joven investigador, al representar un reconocimiento por parte del organismo científico más importante del país como es la academia mexicana de ciencias. “Sobre todo es el reconocimiento al esfuerzo y al trabajo que hacemos, dia con dia, en este laboratorio”, expresó el investigador.
Ranier Gutiérrez comentó que se busca entender cuáles son lo correlatos neuronales del consumo de alimentos palatables (placer que se experimenta al comer algo apetitoso). En especial, estudia cómo las neuronas del cerebro de ratas codifican la palatabilidad del azúcar, con la intención de descubir por qué el sabor dulce del azúcar es tan atractivo para un gran número de organismos en la naturaleza.
Para lograr esto, el investigador ha implementado distintas técnicas de frontera como son los registros multielectrodo, para medir la actividad neuronal, mientras los animales consumen distintas concentraciones de sacarosa, por ejemplo.
Otra técnica en la que se ha especializado es la optogenética, con lo cual activa o inhibe a un grupo de neuronas selectivamente en el cerebro, con pulsos de luz e ingeniería genética, lo que permite tener una especie de interruptor para encenderlas o apagarlas, a placer, para inducir al animal a que coma o para detener la alimentación.
La tercera tecnología que se está utilizando en el Laboratorio es muy novedosa para el país, al tratarse del microendoscopio de epifluorescencia, la cual consiste ponerle un pequeño microscopio de apenas 2 gramos de peso en la cabeza del animal mientras está consumiendo alimentos palatables. “Con esta técnica se puede literalmente ver (espiar) la actividad neuronal ahora con cambios con fluorescencia, en animales en libre movimiento”.
Ranier Gutiérrez, de la mano con su equipo de trabajo, es pionero desde hace nueve años en estos estudios. “Estamos muy contentos en que se esté poniendo más atención al entendimiento de las bases biológicas de la conducta de alimentación. Ya que estas líneas de investigación atacan un problema de salud pública y que tenemos la convicción de que primero hay que entender sus bases neuronales con estudios de ciencia básica para después poder desarrollar tratamientos clínicos más específicos”.
Esta distinción es la más importante que otorga la AMC, la cual favorece a investigadores menores de 40 años, en el caso de los hombres y 43 años en el de mujeres. El jurado, integrado por miembros de la propia Academia, evalúa el rigor científico, la calidad, la originalidad y el impacto del trabajo de investigación.
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