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Avances en el entendimiento de la migraña ayuda a desarrollar alternativas médicas


CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y DE ESTUDIOS AVANZADOS

Boletín No. 015

9 de marzo de 2018

  • Carlos Villalón Herrera, investigador del Cinvestav explora la evolución de los tratamientos contra esta cefalea que afecta la calidad de vida de personas en etapa productiva

Captura de pantalla 2018-03-12 a las 12.40.45.pngSe estima que desde el periodo Neolítico, la humanidad ha tratado de combatir el dolor de cabeza de diversas formas, que van desde herramientas naturales e incluso místicas hasta nuevas fórmulas científicas muy específicas. Carlos Miguel Villalón Herrera, investigador del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, hizo un repaso sobre la historia de los tratamientos de una de las cefaleas que más afecta a la población mundial: la migraña.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la migraña afecta al 30 por ciento de las personas entre 18 y 65 años que han sufrido una cefalea, aunque su mayor prevalencia se encuentra en adultos entre los 35 y 45 años de edad, que coinciden con ser la etapa más productiva. Además, por cuestiones hormonales es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres.

El científico del Cinvestav mencionó que, en general, las cefaleas se clasifican en primarias y secundarias, de acuerdo al origen del malestar. De esa forma, la migraña pertenece al grupo de las cefaleas primarias, que son trastornos o síndromes de causas poco conocidas y que no resultan de otra enfermedad o traumatismo, por lo que habitualmente representan nulo riesgo directo para la vida de quienes la padecen; pero sí disminuyen dramáticamente la calidad de vida y representan elevados costos tanto para el paciente como para la sociedad.

Esta cefalea se define como un trastorno neurovascular caracterizado por un dolor de cabeza unilateral y palpitante, frecuentemente asociado a náusea, vómito, fotofobia (sensibilidad a la luz), fonofobia (sensibilidad al sonido) y en ocasiones acompañada con diarrea.

A pesar de que no se conoce con precisión el origen de las migrañas, Villalón Herrera sostuvo que actualmente se ha avanzado mucho en las investigaciones para entender su mecanismo fisiopatológico y encontrar mejores tratamientos.

“Ahora se sabe que la fisiopatología de la migraña involucra, entre otras alteraciones: bajas concentraciones plasmáticas de serotonina (5‑hidroxitriptamina; 5-HT), la cual normalmente produce vasoconstricción craneal; o bien por altas concentraciones plasmáticas de CGRP (liberado de los nervios trigeminales)”, refirió el investigador del Cinvestav.

De acuerdo con el también Premio a la Investigación 1998 de la AMC, esas concentraciones plasmáticas alteradas dejan entrever que disminuyen los niveles del agente vasoconstrictor craneal (5-HT, lo cual resultaría en vasodilatación), o que aumentan los niveles del agente vasodilatador craneal (CGRP, lo cual también resultaría en vasodilatación). De hecho, la vasodilatación craneal parece ser uno de los mecanismos más importantes en la fisiopatología de la migraña, por lo que los tratamientos antimigrañosos más efectivos están dirigidos a interferir con este mecanismo.

Actualmente, el tratamiento de la migraña se enfoca en cuatro tipos de medicamentos que son indicados de acuerdo a las características de cada paciente, que van desde los clásicos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), como la aspirina, hasta terapias de avanzada como los agonistas selectivos de la 5-HT (triptanes y ditanes), los antagonistas CGRPérgicos (gepanes) y los anticuerpos monoclonales CGRPérgicos.

Villalón Herrera refirió que sin bien los AINES son muy populares por ser accesibles y fáciles de administrar, también pueden producir dolor de cabeza crónico cuando se usan en exceso. Por otro lado, los triptanes representan un avance importante al ser vasoconstrictores craneales selectivos, pero pueden producir vasoconstricción coronaria en algunos pacientes.

En contraste, los gepanes y los anticuerpos monoclonales CGRPérgicos carecen de actividad vasoconstrictora; esto podría permitir su uso en pacientes con patologías cardiovasculares. Sin embargo, los primeros producen hepatotoxicidad a largo plazo, mientras que los anticuerpos monoclonales CGRPérgicos no producen tal efecto tóxico, son efectivos y sólo se administran intravenosamente una vez cada 45 días en promedio.

De acuerdo con el investigador, se espera que en uno o dos años los estudios clínicos en progreso revelen una manera definitiva si el tratamiento con estos anticuerpos monoclonales novedosos es seguro. Mientras tanto, los AINEs y los triptanes siguen representando las alternativas antimigrañosas más seguras.

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Atención a medios:                                  Imágenes disponibles en:

Tel: 57 47 38 00 ext: 3359                www. flickr.com/photos/cinvestav

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