Bases celulares y moleculares de la conducta
EL COLEGIO NACIONAL
Comunicado de prensa
24 abril de 2018
- Si entendemos que la mente también es un producto emergente de la circuitería cerebral, estamos sometidos a entender que somos títeres de nuestras neuronas: Ranulfo Romo
- A través del conocimiento del funcionamiento de las sinapsis, se puede establecer cual es la patofisiología de una enfermedad y generar las sustancias terapéuticas farmacológicas adecuadas para corregir ese comportamiento erróneo o disfunción y restablecer la salud del cerebro: Juan Lerma
- En base al cuidado maternal se modifica el genoma de los niños a futuro y de manera irreversible: Juan Lerma
El Colegio Nacional (ECN) ofreció este lunes la conferencia Bases celulares y moleculares de la conducta, a cargo del neurocientífico español Juan Lerma, director del Instituto de Neurociencias (IN), centro de investigación público de titularidad mixta entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Miguel Hernández (UMH), este último ubicado en San Juan de Alicante (España). Es, además, editor jefe de la revista Neuroscience.
El colegiado Ranulfo Romo coordinó la actividad, y en sus palabras de presentación explicó que el estudio de la conducta es un tema que ya era del dominio de los filósofos desde que existe uso y conocimiento de cómo funciona nuestro organismo. Los griegos del periodo clásico plantearon que nuestra conducta depende de nuestro sistema nervioso central, aunque en esa época aún no se relacionaba con el cerebro, sino con otros órganos como el corazón, el hígado o los intestinos.
Romo también indicó que la conducta se expresa a través de acciones que inciden muchas veces en el latido cardíaco, como en el caso de las emociones, y es producto de la actividad de los circuitos cerebrales. “Si entendemos que la mente también es un producto emergente de la circuitería cerebral, estamos sometidos a entender que somos títeres de nuestras neuronas”, señaló el integrante de ECN.
En su exposición, Lerma platicó sobre cuales son los elementos a nivel celular y molecular que articulan la conducta humana y cómo ese conocimiento puede llevar a la sociedad a replantearse algunos aspectos fundamentales en su estructuración y en la educación.
Las enfermedades del cerebro suponen un desembolso de 768 millones de euros anuales en Europa. “Desde el punto de vista social es un dispendio poco sostenible”, señaló el neurocientífico, “por eso hay una presión por conocer cómo funciona el cerebro y cómo recomponerlo cuando está dañado”.
Nuestro cerebro está formado por unos 80 mil millones de neuronas aproximadamente, que se comunican entre ellas mediante sinapsis y neurotransmisores, formando redes que se organizan en sistemas. Las sinapsis constituyen la diana de la mayor parte de los fármacos psicoactivos y de las drogas. “A través del conocimiento del funcionamiento de las sinapsis, se puede establecer cual es la patofisiología de una enfermedad y generar las sustancias terapéuticas farmacológicas adecuadas para corregir ese comportamiento erróneo o disfunción y restablecer la salud del cerebro”, especificó el científico español.
Lerma expuso que la técnica más novedosa para el estudio de las neuronas es la a optognética, que consiste en implantar unas proteínas sensibles a la luz llamadas Channelrhodopsinas, que son canales en la membrana de las neuronas, de tal manera que cuando se iluminan esas neuronas se pueden activar o desactivar. El neurocientífico afirmó que gracias a esta técnica se están logrando avances en el entendimiento a nivel neuronal de enfermedades como el alzheimer, la esquizofrenía o el autismo y, por otro lado, está arrojando luz sobre fenómenos tan complejos como las conductas antisociales o el comportamiento adictivo.
Por último, el director del IN explicó que recientemente se ha descubierto que el cuidado maternal genera la liberación de una sustancia neurotransmisora, la serotonina, que activa una serie de neuroreceptores que conllevan al incremento en la expresión génica de un gen que codifica para un receptor de glucocorticoides, relacionado con comportamientos como la agresividad o la ansiedad. Esto indica que hay modificaciones que no son genéticas sino epigenéticas, inducidas por la experiencia o el medio ambiente. “En base al cuidado maternal se modifica el genoma de los niños a futuro y de manera irreversible”, afirmó Lerma y añadió que hay datos que demuestran que también el nivel socioeconómico influye de manera determinante en cómo será la salud mental, las capacidades cognitivas, el rendimiento académico e incluso el volumen cerebral del adulto. “Sabemos, y ya se está demostrando de manera científica, que eliminando los problemas sociales podemos mejorar el bienestar de las generaciones venideras y su salud mental”, concluyó el neurocientífico.
Puede consultar la actividad completa en el canal de YouTube de El Colegio Nacional: https://www.youtube.com/watch?v=5WOvPKXxUDs
Para mayores informes:
Alicia Sandoval Perea, Encargada de prensa y vinculación
Tel. 5789 4330 Ext. 141
El Colegio Nacional
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