Desarrollan cauterizador de tuna que alarga su vida en anaquel
Por Armando Bonilla
Ciudad de México. 2 de enero de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- México cuenta aproximadamente con 107 especies de Opuntia (nopal), de las cuales seis variedades son utilizadas para la obtención de tuna, mientras que tres más lo son para la de nopal verdura, de acuerdo con el portal especializado México Produce.
Al referir el cultivo de tuna, el sitio detalla que el país tiene 20 mil productores que cosechan 48 mil hectáreas aproximadamente, de las cuales obtienen 352 mil toneladas anuales. De esa producción, el portal especializado señala que una parte importante se dedica para la exportación hacia Estados Unidos y Canadá.
En menor proporción, una parte de la tuna exportada se destina a Chile, Holanda, Alemania, Bélgica y Francia. Que la exportación a esas regiones sea menor, obedece entre otros factores a que la vida de la tuna en el anaquel es reducida y eso hace que no sea rentable trasladarla a lugares lejanos.
En ese contexto, el doctor Federico Hahn Schlam, quien es profesor investigador de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) en el Departamento de Irrigación, desarrolló un cauterizador de tunas que logra extender su vida en el anaquel hasta por tres meses. El prototipo desarrollado ha sido sometido a pruebas de efectividad durante tres años y hoy en día incluso ya cuenta con una patente “Equipo industrial para la cauterización de tunas" (expediente: MX/a/2013/000935).
La Agencia Informativa Conacyt tuvo la oportunidad de platicar en exclusiva con el investigador, quien relató las diferentes etapas que atravesó el proyecto hasta llegar a la obtención de patente y cuáles son los siguientes pasos para concretar una transferencia tecnológica hacia el sector productivo.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo surge este proyecto?
Federico Hahn Schlam (FHS): La zona donde se encuentra la Universidad Autónoma Chapingo se caracteriza por ser productora de tunas, de hecho hay muchos huertos donde las producen y las venden en el comercio informal.
Las comercializan en cajas, en las calles; la gente pasa sobre las carreteras a bordo de sus vehículos, se orilla y las compra; no obstante, la fruta no dura mucho, hay que consumirla pronto. Su vida de anaquel es de seis o siete días, de tal suerte que la mitad de la tuna que se produce se echa a perder y termina en la basura.
Ante ello, existen esfuerzos para extender la vida útil de las tunas, por ejemplo el uso de refrigeradores industriales, los cuales alargan la vida hasta por 15 días; sin embargo, el costo de tenerla almacenada es bastante alto. Ese fue el punto de partida de nuestra investigación para concretar el desarrollo.
AIC: ¿Cuáles fueron los primeros pasos que se dieron en busca de esa nueva tecnología?
FHS: En el Estado de México existen proyectos que hoy en día coordina Fundación Produce y que anteriormente estaban a cargo de Icamex. Ellos nos ofrecieron un proyecto para optimizar la cosecha de la tuna, ante lo cual trabajamos en el desarrollo de una nueva tecnología para cortarla mucho ma potencializar la l, el cual permitircomo nos fijamos la tarea de desarrollar un nuevo equipo que se encargara, exclusivamente ás rápido.
Derivado de esa colaboración, desarrollamos un dispositivo que utilizaba un cortador eléctrico que funcionaba con base en una celda solar que era colocada en la cabeza del cortador. El dispositivo aceleraba el proceso de recolección de las tunas, era bastante rápido.
Un día que estábamos operando (probando) nuestro prototipo, nos dimos cuenta que al momento de realizar el corte, la tuna se calentaba y se sellaba. Al notarlo, comenzamos con el desarrollo de un pequeño prototipo (utilizando los mismos recursos de Icamex) que nos permitió comprobar que gracias a ese corte la vida útil de la tuna se extendía de nueve hasta 20 días.
Una vez que logramos comprobarlo, fue como nos fijamos la tarea de desarrollar un nuevo equipo que se encargara exclusivamente de sellar las tunas para extender aún más su vida de anaquel.
AIC: ¿Cuáles fueron las etapas que siguió el proyecto, es decir, el desarrollo del dispositivo?
FHS: Es importante precisar que el desarrollo de esta tecnología fue parte de una segunda etapa del proyecto inicial que nos encargó Icamex; no obstante, el trabajo se realizó de manera conjunta con la Universidad Autónoma Chapingo a través de algunos planes y programas que apoyan investigaciones para estudiantes de posgrado.
El objetivo planteado fue ampliar el potencial de exportación del producto hacia Estados Unidos, sobre todo a diversos países de Europa. Cabe recordar que el primer exportador de tuna a nivel mundial es Italia, país que produce mucho menos que nosotros y lo hacen en menor cantidad de tierras.
Una desventaja con ellos radica en que están muy cerca de las regiones comerciales de Europa, mientras que a nosotros nos queda muy lejos, y para llegar a esos mercados tendríamos que encontrar la fórmula para mejorar la producción y la vida de anaquel.
Partiendo de ello, construimos varios prototipos hasta llegar a un desarrollo final; el primer desarrollo nos tomó cerca de un mes y una vez que se construyó, se realizaron varias pruebas con diferentes resistencias para determinar la más efectiva.
Ello se debió a que existen resistencias con una transferencia de calor deficiente, así como algunas circulares que mejoraron este proceso a la hora de cauterizar el producto.
AIC: ¿Cómo funciona la tecnología desarrollada?
FHS: Se trata de un dispositivo que cuenta con dos pistones, uno en la parte superior y otro más en la parte inferior. La tuna es colocada en medio y mediante un botón el pistón de arriba desciende; este contiene una resistencia que está a 150 grados Celsius que entra en contacto con la tuna por espacio de 30 segundos y de esa forma la cauteriza.
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Es importante tomar en cuenta que debido a que no todas las tunas tienen la misma forma en el pedúnculo —tallo de flor o fruto por donde se une a la planta— es necesario recortarlo y dejar esa zona plana para que la resistencia entre en contacto de manera óptima con la tuna.
La función de los dos pistones es presionar la tuna por ambos lados mediante un sistema de aire, inyectado con un compresor, eso hace que la resistencia entre en contacto con la tuna y permite que se selle.
Una vez realizado este proceso, la tuna puede conservarse sin refrigeración, hasta por dos o tres meses, lo cual favorece considerablemente las condiciones para su comercialización y exportación.
AIC: ¿Cuáles son los siguientes pasos para este desarrollo?
FHS: Pues aun cuando ya se generó la patente del mismo, se está trabajando en incluir al dispositivo unas bandas que permitan que las tunas lleguen al sistema de manera automática y no se tengan que colocar una por una, de manera manual. El sistema debe entrar en la etapa de gestión para poder ser transferido a los productores. Por otra lado, es importante la utilización por parte de los usuarios para de ellos se desprendan ideas de mejora continua.
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