Programa contra efectos negativos del ambiente en niños de SLP
Por Tania Robles
Ciudad de México. 14 de agosto de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Un ambiente sano en estado de equilibrio se refleja en las condiciones de salud de la sociedad, pues tiene efectos directamente relacionados, así lo explica el doctor José de Jesús Mejía Saavedra, coordinador del Centro de Investigación Aplicada en Ambiente y Salud (CIAAS) de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).
En este centro de investigación se realizan tareas con un equipo multidisciplinario que busca desarrollar e indagar en temas de la salud humana y de los ecosistemas. La población sector en que se enfocan son los niños, pues “están en continuo crecimiento y desarrollo. Su absorción a compuestos es mayor, así como su metabolismo, comparado con los adultos. La excreción, cuando se trata de compuestos tóxicos, es menor comparada con los adultos. Por eso nos interesan los niños, es la población más vulnerable y susceptible a sufrir efectos de cualquier contaminante”, comentó el doctor Mejía Saavedra.
Panorama nacional
A nivel mundial, 22 por ciento de la carga de enfermedades se debe a factores ambientales y en México, siendo un país en vías de desarrollo, 35 por ciento de la carga de enfermedad o morbilidad en la población se puede relacionar a exposiciones ambientales, explicó el investigador.
En 2016, se confirmó que, basado en evidencia y en la opinión de expertos, 23 por ciento de las muertes mundiales se atribuyó a factores de riesgo ambiental que son modificables o prevenibles. Estos factores de riesgo son actividades humanas que se realizan en función de un bienestar social y de las comunidades humanas, agregó.
Actividades comerciales ¿dañinas?
La es la tercera fuente generadora de ingresos nacionales y de las principales actividades económicas en el país, pero también una de las más devastadoras en cuanto al medio ambiente a nivel global, pues conlleva afectaciones en aguas, suelo y aire debido a los procesos industriales que implica y finaliza con toneladas de residuos.
Uno de los estudios del doctor Mejía Saavedra fue dirigido al municipio en San Luis Potosí de Villa de la Paz, usando como sujetos de análisis a 60 niños entre cuatro y 11 años con al menos tres años de residencia en el lugar. En Villa de la Paz, dentro de los residuos mineros fueron encontrados metales como el arsénico (As), manganeso (Mn), zinc (Zn), cobre (Cu), plomo (Pb), níquel (Ni) y cadmio (Cd) en niveles que rebasan las normas ambientales. “Los niños en estas zonas tienen una carga mayor en sus biomarcadores (orina y sangre). El arsénico se encuentra a través de la orina y el plomo en la sangre”, agregó.
Relativo a los desechos industriales, se conoce que 70 por ciento de los residuos se maneja de manera inadecuada. “San Luis Potosí es una ciudad que está creciendo industrialmente de manera importante. Tenemos un estudio basal de la cantidad de residuos que se generan por la industria y cuántos se van a generar”.
De acuerdo con el especialista, existen 80 mil comunidades en nivel de pobreza en el país. Los efectos en salud que tienen son de índole respiratorio por los humos y partículas que respiran. “Hay comunidades rurales e indígenas donde los niños tienen más de seis contaminantes en su organismo, desde metales pesados, plaguicidas y compuestos industriales”, añadió.
Respecto al agua, San Luis Potosí se encuentra dentro del área norte del país donde el agua está contaminada naturalmente por flúor y arsénico, afectando a más de seis millones de mexicanos y convirtiéndose en un problema que atender en comunidades rurales, pues son las principales expuestas al no contar con agua embotellada como en las zonas urbanas de estos estados que incluyen San Luis Potosí, Guanajuato, Zacatecas, Durango, Coahuila, Chihuahua y Sonora.
La exposición crónica al flúor genera daño óseo dental y esquelético, efectos negativos en la reproducción y daño al sistema nervioso central, y al arsénico, daños dermatológicos, desórdenes vasculares, daños genotóxicos, carcinogénesis y efectos neurológicos.
Caso de estudio
La población infantil en edad escolar del municipio de La Reforma, en Salinas de Hidalgo, San Luis Potosí, fue otro objetivo de estudio para este investigador y sus colegas en donde se evaluó la capacidad cognitiva de los niños para conocer el efecto neurológico y en el sistema nervioso central, así como el nivel de desnutrición. Se obtuvieron datos de los índices biológicos de exposición estandarizados para adultos y estudiados en los niños, es decir, la cantidad máxima arriba de la cual se generan problemas en un cuerpo adulto: en cuanto al arsénico, 37 por ciento de los niños evaluados sobrepasa este índice, y en cuanto al flúor, se presenta un exceso de 100 por ciento del total de la población evaluada en relación con el nivel máximo.
Además, 100 por ciento de los niños en esta comunidad tiene fluorosis dental, recientemente considerado en México como un problema de salud pública.
“Estos niños además no se están exponiendo a solo uno, sino a la mezcla. Este es uno de los problemas también, la mezcla de contaminantes, pues no sabemos qué causa esto”, comentó el investigador.
Esto es agravado tras los niveles de desnutrición crónica y aguda existente en la zona estudiada que no permite el funcionamiento correcto del sistema inmunológico. Todos los tóxicos afectan el sistema nervioso central, es decir, se relacionan con la capacidad cognitiva, “el promedio es de 50, y nuestros niños están de ese 50 hacia abajo. De ese nivel de 50, solo 10.3 llega a esa capacidad intelectual. ¿Qué oportunidades tienen esos niños de desarrollarse? No digamos llegar a la primaria y secundaria sino de estudiar una carrera universitaria, cuando estamos buscando un país educado”, afirmó.
En busca de soluciones
Para resolver el problema, este grupo de investigadores desarrolló un programa de intervención hecho por psicólogos y neuropsicólogos para contrarrestar y resarcir el problema de la capacidad intelectual deficiente trabajando directamente con la comunidad.
Estos esfuerzos pretenden evitar futuras complicaciones a nivel nacional e internacional en el tema, pues el número de sustancias químicas existentes aumenta año con año, pues se sabe que en el planeta existen 12 millones de sustancias creadas por el hombre, de las cuales 100 mil pertenecen al comercio, ocho mil están reguladas, tres mil corresponden a 90 por ciento del consumo mundial, 600 están prohibidas o restringidas y 15 son sujetas a control internacional de exportaciones.
“Muchas sustancias no sabemos qué nos hacen, nos enfrentamos a mezclas que tampoco conocemos qué nos provocan y la producción es altísima, cerca de cinco mil sustancias se producen en un millón de toneladas al año. Además la participación económica de la industria química aumentará en los próximos años; sumado a esto, el cambio climático facilitará la exposición de estas mezclas y a vectores”, concluyó.
Como parte del trabajo para enfrentar esta problemática, la UASLP creó la licenciatura en ciencias ambientales y salud para generar ciudadanos y jóvenes investigadores comprometidos a cambiar el aspecto negativo que se avecina a nivel global, además de dar continuidad a las investigaciones y encontrar otras alternativas.
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