MAREA, una aplicación web para evaluar reservas marinas
Por Karla Navarro
Ensenada, Baja California. 17 de marzo de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Las zonas de refugio pesqueras son zonas de no pesca implementadas por comunidades de pescadores y reconocidas legalmente en México, utilizadas como estrategia para administrar de forma sustentable los recursos marinos que aprovechan pescadores con fines comerciales.
Cada año, con apoyo de organizaciones no gubernamentales, las sociedades de pescadores que han establecido este tipo de reservas marinas deben monitorearlas para conocer si el refugio ha derivado en impactos positivos para el sector productivo.
Los datos recabados a través del monitoreo son presentados ante la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) y el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca), instituciones encargadas de certificar los resultados y restablecer las zonas de refugio pesquero, si así se acredita.
Con la finalidad de simplificar las evaluaciones que realizan anualmente los pescadores, Juan Carlos Villaseñor Derbez, estudiante de doctorado en Bren School of Environmental Science & Management en la Universidad de California en Santa Barbara y becario del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), diseñó una herramienta gratuita y accesible para todo el público.
El proceso requirió la colaboración con otros estudiantes e investigadores de la misma institución, así como miembros de Comunidad y Biodiversidad (Cobi), pescadores de El Rosario, Baja California, e investigadores de la Universidad de Stanford y la Universidad del Estado de Arizona.
Se trata de MAREA, una aplicación para la evaluación de reservas marinas, una interfaz web que para funcionar solo requiere conexión y un explorador convencional de Internet, cuyos estudios de respaldo y proceso de diseño derivaron en la publicación de un artículo en la prestigiada revista Plos One.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Juan Carlos Villaseñor explicó la problemática que atiende MAREA, el proceso para su diseño, su capacidad de medición y los beneficios que se prevén para las comunidades pesqueras que la adopten.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo identifican la problemática para evaluar reservas marinas?
Juan Carlos Villaseñor Derbez (JCVD): Cuando comenzamos a trabajar con Comunidad y Biodiversidad, una organización mexicana de la sociedad civil.
Desde 2014 existe la Norma Oficial Mexicana (NOM) 049 que permite implementar zonas de refugio pesquero. Estas son reservas marinas voluntarias, implementadas por los usuarios, que son pescadores, pero con el reconocimiento legal por parte de Conapesca e Inapesca.
La NOM especifica muy bien el proceso para implementar el refugio pesquero, que es un proceso participativo, y especifica la importancia de realizar monitoreos anuales para obtener información de su estatus. El problema es que una vez obtenidos los datos, no había una forma estandarizada de evaluarlos y de medir la efectividad de las zonas de refugio pesquero.
AIC: Cuando se establece una zona de refugio pesquero, ¿puede ser aprovechada por los pescadores?
JCVD: Dentro de la NOM hay cuatro categorías, la más estricta es la reserva total permanente, es decir, no se puede realizar ninguna actividad extractiva. Y hay la variación de total temporal, parcial temporal y parcial permanente; estas son combinaciones que determinan si se puede extraer recurso o no en un plazo determinado.
Los pescadores por lo general establecen reservas totales, por un periodo de entre cuatro y seis años, dependiendo de cómo decidan ellos llevarlo a cabo, puede ser una prueba para ver qué pasa y si no les convence, termina el acuerdo y pueden volver a pescar. Si les gusta, es necesario volver a declararla zona de refugio.
Estas zonas son implementadas como herramientas de manejo pesquero, no como herramientas de conservación, por lo tanto, se pretende que estos refugios pesqueros también tengan beneficios económicos para las comunidades pesqueras.
AIC: ¿Quiénes están a cargo de la evaluación?
JCVD: Los pescadores, cada año, con ayuda de organizaciones de la sociedad civil, llevan a cabo las evaluaciones. Las organizaciones proveen el entrenamiento, los capacitan como buzos científicos para que puedan colectar los datos.
AIC: ¿Cómo surge la idea para crear MAREA?
JCVD: La idea surgió al percatarnos de que viene este periodo de evaluación para zonas de refugio pesquero, que fueron implementadas por pescadores en colaboración con Comunidad y Biodiversidad o la Sociedad de Historia Natural de Niparajá.
La pregunta era ¿cómo nos aseguramos de que exista una forma fácil estandarizada para evaluar las zonas de refugio pesquero o cualquier otra reserva marina?
Recordemos que son los pescadores los que tienen que presentar evidencia de que sus refugios pesqueros han funcionado; está en ellos la responsabilidad de comprobar la efectividad de sus reservas.
AIC: ¿Qué experimenta el usuario cuando utiliza la aplicación?
JCVD: Diseñamos una interfaz de usuario a todo el proceso que habíamos desarrollado nosotros para estandarizarlo. Esto permite que cualquier persona pueda llevar a cabo la evaluación, sin la necesidad de conocer los métodos estadísticos utilizados.
Los pescadores, que también son buzos científicos, cuentan peces e invertebrados adentro de la reserva y afuera de la reserva, y con esa información que ellos obtienen pueden llevar a cabo la evaluación sin necesidad de la constante revisión de la academia o de la sociedad civil.
AIC: ¿Qué variables evalúa la aplicación?
JCVD: Lo dividimos en tres categorías o dimensiones más importantes: la biológica, socioeconómica y gobernanza. Dentro de estas tres categorías tenemos diferentes indicadores.
Para acceder a MAREA, la aplicación web para evaluar refugios pesqueros, los usuarios deben acceder aquí, donde podrán utilizarla de forma gratuita.
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Una de las grandes aportaciones de la herramienta es que el indicador con que mides la efectividad o el efecto de tu reserva tiene que estar directamente relacionado con el objetivo, es decir, si mi objetivo es conservación, bueno vamos a medir si hubo un cambio en la biodiversidad.
Si mi objetivo es recuperar las poblaciones de organismos de interés comercial, debo enfocar mi evaluación en las poblaciones de estos organismos.
Dentro de la dimensión biológica, tenemos una serie de indicadores ecológicos comunes como el número de organismos, la biomasa, los cambios en el nivel trófico o el número de especies que hay.
Dentro de la parte socioeconómica nos enfocamos en los arribos pesqueros, los volúmenes de pesca y los ingresos económicos producidos por estos arribos. También incluimos un indicador de cambio en las oportunidades económicas alternativas, es decir, a lo mejor hay pescadores que dejan de pescar pero piensan hacer servicios turísticos para llevar servicio de buceo, por ejemplo, en la reserva marina.
En la parte de gobernanza, tenemos toda una serie de indicadores que nos permiten saber cuáles son las estructuras de toma de decisiones y cómo se organiza la comunidad pesquera internamente. Contempla desde cuestiones básicas, como los tipos de permisos que tienen, los tipos de pesquerías que se desarrollan, hasta cómo toman las decisiones entre ellos mismos.
AIC: ¿Cuál prevén que sea el impacto a mediano plazo una vez que se implemente la herramienta?
JCVD: El impacto deseado es que, eventualmente, los pescadores puedan ser un poco más independientes para realizar las evaluaciones de sus zonas de refugio pesquero de una manera estandarizada.
Pero lo importante, sobre todo cuando viene la renovación de las zonas de refugio, es que la aplicación va a hacer mucho más eficiente ese proceso.
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