Mujeres y segregados, mayores afectados ante desastres
Por Francisco Torres
Monterrey, Nuevo León. 24 de abril de 2018 (Agencia Conacyt).- Las inundaciones y los anegamientos, así como los deslaves y los derrumbes, en el Área Metropolitana de Monterrey son frecuentes y tienen graves impactos en el desarrollo de las actividades humanas en la ciudad, señala Libertad Chávez Rodríguez, especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), unidad Noreste, quien actualmente desarrolla el tema de la segregación espacial de alto riesgo hidrometeorológico.
“Coinciden las áreas de inundación con alto grado de pobreza y marginación, por ejemplo cerca del municipio de Pesquería, Nuevo León, en el río Santa Catarina, donde hay colonias a las orillas del río, o prácticamente en él, que están muy amenazadas”, revela Libertad Chávez.
Aunque la investigación abarca el contexto social de las comunidades segregadas, el objetivo principal es conocer las motivaciones, una aproximación desde los sujetos, que incluye también la perspectiva de si se consideran o no en potencial riesgo ante un desastre natural.
“Las cuestiones subjetivas, de acuerdo con el trabajo de campo que he realizado, son las que finalmente determinan que alguien se quede en algún lugar o que salga de ahí en caso de un huracán. Es importante conocer por qué hay cosas que no funcionan en la gestión de riesgos y por qué surgieron desastres como los huracanes Gilberto en 1988 y Alex en 2010”.
El arraigo, una motivación para permanecer en peligro
“Los asuntos de arraigo, el apego, es una de las motivaciones que más me ha llamado la atención. Esto tiene que ver por la construcción social que han tenido algunas viviendas, como puede ser el empezar como tejabanes hasta poner la primera pared de concreto. Entonces, para ellos, dejar eso es como dejar años de lucha”, afirma.
De igual manera, las fases del ciclo doméstico conforman un papel decisivo en la determinación de moverse, ya que las familias con hijos en edades tempranas y que están apenas formando su hogar es más difícil que se muevan, al igual que los adultos mayores.
“Esto tiene mucho que ver con la gestión integral de riesgos de desastres, porque hay que ver qué pasa con este asunto de las reubicaciones, ya que finalmente son individuos y en ocasiones son movidos a lugares muy lejanos, alejados de todo lo que conocen”.
Roles de género y toma de decisiones
“Hay estudios de percepción de riesgo que indican que las mujeres tienen una mayor percepción del riesgo en comparación con los hombres. Pero los roles que cada uno juega es simplemente la reproducción de las relaciones de género, y en el caso de los desastres se acentúa más”.
Esta tendencia, comenta Libertad Chávez, hace que los hombres sean los que salgan a limpiar, a desalojar los caminos obstruidos, a quitar las piedras y a cuestiones que tengan que ver con la infraestructura física; mientras que las mujeres se quedan en la casa, en labores domésticas, como la crianza de los hijos.
“Sin embargo, no hay que generalizar, pues no siempre es el mismo caso. Aunque hay mujeres que trabajan, durante los desastres se pueden duplicar o triplicar sus actividades”.
También existen casos en Latinoamérica donde las mujeres se organizan para que se vuelvan a proveer los servicios públicos, puesto que en numerosas ocasiones el género femenino es el que crea colectivos que demandan algo para su comunidad.
“Quizá el punto más importante es el de la toma de decisiones. Hay que saber quién tomó la decisión en determinado momento o cómo se decidió. Recuerdo mucho un testimonio de mi investigación en Yucatán, donde un joven me dijo: ‘Pues lo decidimos entre mi papá y yo, ¿quién más?’, como si todas las mujeres y su opinión no fuera tomada con el mismo peso”.
Mujeres, en mayor peligro ante desastres
En su artículo “Cambio climático y género: reflexiones críticas para interpretar los nexos”, expuesto en 2014 en el seminario Biodiversidad, Conocimiento Local y Cambio Climático en la Región Andino-Amazónica: Muchos Desafíos, un Solo Objetivo, Libertad Chávez puntualiza que las mujeres son las más afectadas cuando carecen de electricidad, ya que tienen que invertir tiempo en recopilar combustibles y por el daño en su salud debido a los efectos nocivos del uso de cocinas de leña.
“Tiene mucho que ver con las percepciones de género. Por ejemplo, representa un riesgo para las autoridades realizar actividades físicas en cuanto a la rehabilitación de espacios por desastres naturales, pero no lo es el hecho de que las mujeres cocinen en condiciones de inundación”.
Libertad Chávez recalca que la investigación sobre la relación entre el género y los desastres comienza porque más mujeres mueren durante los fenómenos naturales, sin que se tuviera claridad del porqué de esa proporción.
“En Asia, África y Latinoamérica, en los países del sur global, la mayoría de decesos por parte de mujeres en desastres tiene que ver con las relaciones de género y cómo están construidas. Muchas ocasiones esto se presenta porque las mujeres no aprendieron a nadar o su ropa no les permitió moverse con mayor agilidad”.
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.