En busca de forraje jalisciense de calidad
Por Pablo Miranda
Tepatitlán de Morelos, Jalisco. 6 de septiembre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Equilibrado, nutritivo, económico, sustentable. Esas son algunas características que se busca obtener en la formulación de forraje de calidad para la alimentación de bovinos en Los Altos de Jalisco, y para este fin, el doctor Humberto Ramírez Vega trabaja en investigar cuáles son las mejores condiciones para generar alimento óptimo para la producción pecuaria.
El doctor Ramírez Vega es profesor investigador del Centro Universitario de Los Altos (CUAltos) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y es quien está al frente del Laboratorio de Forrajes de ese campus. Desde ahí se trabaja, junto con estudiantes, utilizando tecnología para determinar y conocer las condiciones y características que debe tener el alimento para los bovinos.
La importancia en la producción de alimento de calidad para los bovinos radica en encontrar la mejor fórmula para optimizar la obtención de mejor leche o carne, considera Ramírez Vega: “Por eso es importante conocer cuánto se puede producir por hectárea o cuáles son los maíces más adecuados para la zona”.
Una de las tareas que se realizan en este laboratorio es monitorear la calidad nutritiva del maíz utilizado como forraje, u otras características como la digestibilidad cuando es ingerido por los animales. Para ello se apoya tanto en investigación de laboratorio como en actividades de campo, que contemplan la siembra y análisis en los lugares de cultivo.
“Si tenemos conocimientos sobre la producción en campo y la tecnología del laboratorio y unimos ambos conceptos, podemos hablar de saber cuánta producción de leche podríamos obtener según la cantidad y calidad del forraje que produzcamos”.
Apoyo a productores
El doctor Ramírez Vega comparte que desde el Laboratorio de Forrajes de CUAltos también se buscar dar asesoría a los productores locales. Localizado en Los Altos de Jalisco, Tepatitlán es una ciudad productora de pollo; sin embargo, las actividades pecuarias también son un importante sustento para los ciudadanos.
El docente universitario explica que desde esa institución se trabaja con los productores locales informando sobre las mejores formas de sembrar y cultivar forraje de maíz, para que este tenga las propiedades óptimas para el desarrollo del ganado, pero también para ofrecer una alternativa económica y que no implique una gran inversión para este sector.
“Les enseñamos a seleccionar, les enseñamos a tratar los problemas que tiene el maíz con técnicas muy sencillas. Esto nos ha ayudado a interactuar mucho con los productores y ahora a veces nos llaman para preguntarnos, es muy importante trabajar con ellos, porque son ellos la mejor difusión de nuestra investigación”.
Algunas de las técnicas que se enseñan implican mejoras en la producción de pastos, estrategias para pastorear y evitar un desabasto de comida, así como indicaciones para conocer cuál es la medida correcta para cortar la vegetación comestible para ganado.
Del campo al laboratorio
Junto con sus alumnos de licenciatura, el doctor Ramírez Vega suele ir a los sembradíos que productores de Tepatitlán destinan para cultivar maíz de forraje. En el campo, los estudiantes recolectan muestras que posteriormente son analizadas en el laboratorio de CUAltos; los estudios contemplan, entre otros factores, la deshidratación de la muestra para conocer el nivel de materia seca que se obtiene en periodos específicos.
Esa es solo una de las pruebas que se aplican en el Laboratorio de Forrajes de esa institución universitaria, recalca el investigador, y señala que además de brindar beneficios a los productores de esa región, también es un espacio para que estudiantes de CUAltos obtengan conocimientos que posteriormente puedan servirles en su carrera profesional.
“Tenemos un alumno, que en su familia su papá tiene vacas y produce leche, entonces empezaron a realizarse ciertos señalamientos en sus técnicas para ajustar a un sistema más óptimo; tanto insistió que el papá accedió y ahora aplican los conocimientos que se adquirieron en el laboratorio en el trabajo de campo y eso ha cambiado su forma de producir”, relata.
El investigador refiere que para que los alumnos enriquezcan su conocimiento, también existen alianzas con otras instituciones de la región, como el Centro Nacional de Recursos Genéticos, o en otras entidades, como con la Universidad Autónoma del Estado de México.
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