INIFAP, 30 años al servicio del campo mexicano
Por Carmen Báez
México, DF. 9 de septiembre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- México tiene gran diversidad en cuanto a las condiciones agroclimáticas y disponibilidad de recursos naturales. Gracias a su extensión territorial se puede encontrar cerca de 90 por ciento de los diferentes tipos de suelo que hay en el planeta, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sin embargo, los retos para el sector agroalimentario crecen día con día debido a diversos factores como el cambio climático. Estimaciones internacionales señalan que hacia el 2050 existirán pérdidas en el valor de la producción en los estados del sur del país, mientras que en la región norte podrían existir incrementos, asociadas a la presencia de climas más cálidos, informa el documento México: el sector agropecuario ante el desafío del cambio climático.
La participación de la ciencia y la tecnología juega un papel primordial para entender la dinámica de producción agropecuaria y forestal del país, así como para encontrar soluciones a los problemas que aquejan al sector. Una de las instituciones considerada como soporte científico y tecnológico del agro mexicano es el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).
Hace 30 años, con el objeto de fomentar la investigación multisectorial y hacer más eficientes los recursos humanos y materiales del país, el 23 en agosto de 1985 nació el INIFAP, como resultado de la fusión del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA), el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales (INIF) y el Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias (INIP). Actualmente, es el órgano técnico de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
Para su director general, Luis Fernando Flores Lui, gracias a la presencia del instituto en gran parte del país, con sus ocho Centros de Investigación Regional, 38 Campos Experimentales, cinco Centros Nacionales de Investigación Disciplinaria y cerca de 100 investigadores en 34 multidisciplinas, el INIFAP es el organismo mexicano que ha realizado importantes contribuciones científicas y tecnológicas para el campo mexicano.
Retos y oportunidades
Uno de los principales retos de la institución ha sido atender las demandas de los productores mexicanos en materia agrícola, pecuaria y forestal, las cuales han sido muy dinámicas a lo largo de tres décadas, por lo que resulta indispensable el desarrollo de tecnologías que den al país mayor competitividad y rentabilidad al campo, señaló en entrevista el doctor en Ciencias del Suelo, Flores Lui.
Actualmente esta institución constituye el brazo técnico en ciencia y tecnología en el mejoramiento de la producción de alimentos y el manejo sustentable de los recursos naturales del país.
De acuerdo con Raúl Gerardo Obando Rodríguez, coordinador de Investigación, Innovación y Vinculación del INIFAP, la institución atiende tres grandes áreas en materia de investigación: producción de alimentos y cultivos industriales; el uso sustentable para los recursos materiales y protección del ambiente (forestales y actividades pecuarias y agrícolas); y por último, los proyectos estratégicos, aquellos involucrados con el cambio climático y la bioseguridad del país.
Ciencia que rinde frutos
El reporte anual 2012 de la institución señala que ese mismo año se generaron 165 tecnologías, de las cuales 13 por ciento están orientadas al desarrollo forestal; 58 por ciento, al área agrícola; 22 por ciento, a mejorar la ganadería; y 7 por ciento enfocada a temas multisectoriales.
Flores Lui destaca que una de las responsabilidades del instituto es generar variedades de granos y semillas, además de técnicas que contribuyan al desarrollo del campo mexicano, no solo para lograr mayor productividad sino mayor competitividad.
Históricamente, el programa de mejoramiento genético ha liberado híbridos rendidores con mejor calidad, algunos con altos contenidos de aminoácidos esenciales para todas las regiones ecológicas del país y para las zonas del río del norte y el altiplano mexicano.
Uno de los proyectos de mayor éxito en los últimos años ha sido el desarrollo de nuevas variedades de frijol de alto rendimiento, de calidad culinaria y rápida cocción.
Para el doctor Obando Rodríguez una gran parte de las semillas que se siembran en el país son resultado de varios años de investigación. “Hay especies donde el mayor porcentaje de las semillas mejoradas que se siembran en México son productos de investigación de la institución, es el caso del frijol, soya, trigo, cebada y avena. En sus logros importantes más recientes el INIFAP ha contribuido con la sociedad mexicana con creces”, comentó.
Resguardo de la riqueza genética de México
CNRG-INIFAPAlbergará alrededor de 900 mil muestras genéticas en 20 años.
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Si bien el INIFAP se ha encargado de realizar nuevas variedades de especies con potencial productivo y resistentes a cambios de temperatura y/o enfermedades características de la especie, también tiene como prioridad la conservación ex situ e in situ a largo plazo de los recursos genéticos agrícolas y forestales, pecuarios, acuáticos y microbianos.
Desde su inauguración, el 17 de marzo de 2012, el Centro Nacional de Recursos Genéticos (CNRG) salvaguarda miles de muestras de especies auténticamente mexicanas, así como especies no endémicas que tienen gran importancia por su aportación económica y alimentaria al país.
En este sentido, investigadores del Campo Experimental Valles Centrales de Oaxaca en colaboración con artesanos y productores llevan a cabo un proyecto que consiste en la recolección de semillas y plantas de algodón nativo de Oaxaca, con el objetivo de registrar variedades de materiales sobresalientes; esto con fines de protección para que no se patente el germoplasma en otro lugar y sin beneficio para las comunidades productoras.
Ciencia y tecnología transformada en soluciones
Como pieza clave de los proyectos que se desarrollan en la red del INIFAP, la institución comparte sus desarrollos para promover su adopción entre agricultores, ganaderos, empresarios y sociedad en general.
Un ejemplo del trabajo de investigación directa con los productores del campo es el desarrollo de tecnologías que permitan determinar la cantidad de agua que requieren sus cultivos.
Ignacio Sánchez Cohen, investigador nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y líder del Programa de Investigación en Manejo Integral de Cuencas del INIFAP, señala como ejemplo del quehacer institucional que, en el contexto del recurso agua, desde hace varios años la institución trabaja para conocer los requerimientos hídricos de los cultivos en diferentes sistemas, para la planeación de la evasión del riesgo por sequía que impacta directamente a los productores de las zonas áridas del país y a los distritos de riego.
En este contexto, el Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en la Relación Agua-Suelo-Planta-Atmósfera desarrolló un software con el que se puede tener una apreciación del riesgo o probabilidad de falla de los cultivos en zonas de temporal por déficit hídrico de utilidad para los productores del país. La tecnología proporciona información sobre riesgos y cultivos potenciales. Además, provee de una plataforma para la toma de decisiones en situaciones de disponibilidad limitada de agua.
“La aplicación contempla los requerimientos hídricos de los cultivos mismos que son comparados con las probabilidades de precipitación de donde se deduce el déficit hídrico y el riesgo implícito”, indicó Sánchez Cohen.
Una institución comprometida con México
Convencido de que el conocimiento y la tecnología que aporta la institución para el campo mexicano son muy redituables tanto a nivel productivo como económico, el doctor Flores Lui describe la institución que dirige como líder en aportar soluciones para el desarrollo rural sustentable.
Como investigador, Sánchez Cohen asegura que el instituto le ha permitido trabajar a favor del desarrollo científico y tecnológico del país, cuyos resultados se ven reflejados en la solución de problemas característicos del sector.
“No basta con satisfacer la demanda y las necesidades que existen, los resultados de investigación tienen diferentes niveles de impacto científico y tecnológico ante foros internacionales. Algunas evaluaciones destacan que no se concibe el desarrollo del sector agropecuario del país sin el instituto, donde se ha desarrollado gran parte de la tecnología y aportes considerables al desarrollo tecnológico de México”, concluyó el investigador.
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