Investiga contaminación de agua por arsénico
Por Roxana de León
San Luis Potosí, San Luis Potosí. 28 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- La doctora Nadia Valentina Martínez Villegas, investigadora del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnología (Ipicyt), estudia el impacto del arsénico como contaminante en cuerpos de agua en la región del altiplano potosino. Sus investigaciones han logrado dar con el origen, la concentración y movilidad del componente químico, así como las repercusiones que tiene en la vida diaria de los habitantes de la ciudad. En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Martínez Villegas comentó acerca de los detalles de su investigación.
La ciudad de Matehuala, en San Luis Potosí, es históricamente conocida por su actividad minero-metalúrgica. Recientemente en esta zona se reportan concentraciones de arsénico en cantidades alarmantes en los cuerpos de agua; mientras que los valores regulatorios de arsénico en agua para beber deben ser de 0.025 miligramos por litro, en Matehuala se reportaron valores de hasta 158 miligramos por litro.
La pregunta obligada sería: ¿cuál es la fuente de contaminación? Una primera hipótesis sugería que la actividad minera era la responsable debido a que, agregó Martínez Villegas, “en zonas mineras, la oxidación de sulfuros como la pirita o arsenopirita, expuestos a la atmósfera durante los procesos de extracción de minerales del subsuelo, reaccionan con el oxígeno y el agua de la atmósfera generando hierro, sulfato y protones al mismo tiempo que liberan arsénico. En promedio, la pirita contiene 3.8 por ciento de arsénico y la arsenopirita hasta 46 por ciento, siendo este último común en ambientes mineros y es el que normalmente se utiliza para explicar la contaminación en dichos asentamientos”. Sin embargo, la posterior precipitación de hierro atenúa la contaminación de arsénico, disminuyendo su concentración en agua a valores mucho menores que las encontradas en la ciudad de Matehuala, lo cual contradice esta primera hipótesis.
Gracias a diversos estudios, los investigadores pudieron establecer que la proporción de arsénico decrece desde el centro de Matehuala hacia la población de Cerrito Blanco. Los valores encontrados resultan sumamente elevados en comparación, incluso, con países como Bangladesh, en donde este elemento ha ocasionado decenas de millones de muertes por envenenamiento crónico. No obstante, la pregunta en referencia al origen de la contaminación persistía.
Basados en modelos hidrogeoquímicos, se estableció una segunda hipótesis que propone que la contaminación de arsénico provenía de residuos metalúrgicos de arseniatos de calcio. "Así, la fuente de la contaminación de arsénico en Matehuala es puntual, vive en la fundición abandonada y se debe a la disolución de arseniatos de calcio que contaminan el lugar", señaló la investigadora.
Maíz con sabor a arsénico
El flujo del agua ha generado que alrededor de un canal de agua y en su trayecto, se puedan encontrar suelos enriquecidos con el contaminante. Tal vez uno de los mayores problemas de esta contaminación es la relativamente fácil disposición del agua, que los lugareños utilizan para riego de sembradíos de maíz.
La bioconcentración de arsénico en maíz es un proceso que se presenta en los cultivos del área y dicho impacto puede llegar incluso a reflejarse en el crecimiento de las plantas. Pero en los seres humanos el efecto es muy peligroso también, “en un estudio que se realizó el año antepasado encontramos gente con arsénico en cabello en concentraciones consideradas peligrosas para el humano, observamos que dichos individuos habitan en la vecindad de la fundición abandonada y un complejo hidráulico que corre de Matehuala hacia Cerrito Blanco”, refirió Martínez Villegas.
Algunas de las rutas de exposición al arsénico para los habitantes de la región se detallan en la siguiente tabla.
La actual propuesta de los investigadores involucrados consiste en realizar un mapeo de los suelos agrícolas contaminados, identificar las rutas de exposición al contaminante y desarrollar sistemas de seguridad que ayuden a la población a identificar los cuerpos de agua contaminados y no contaminados con la finalidad de reducir el riesgo. Otro aspecto de la investigación radica en determinar la geometría del acuífero contaminado, generando perfiles litológicos, sondeos eléctricos verticales y tomografías eléctricas.
Esta investigación ha sido parcialmente financiada por la División de Geociencias Aplicadas del Ipicyt, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el Taller de Calidad del Agua y Modelación Hidrogeoquímica y recientemente por la Royal Society de Inglaterra.
Se ha desarrollado en el Laboratorio de Hidrogeoquímica de la División de Geociencias Aplicadas, el Laboratorio Nacional de Biotecnología Agrícola, Médica y Ambiental (Lanbama), el Laboratorio Nacional de Investigaciones en Nanociencias y Nanotecnología (Linan) y en Brookhaven National Laboratory de los Estados Unidos, así como en el Laboratorio de Química Analítica del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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