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¿Cómo era la vida cotidiana del Yucatán del siglo XIX?


Por Marytere Narváez

Mérida, Yucatán. 3 de noviembre de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Como parte del proyecto de documentación de la vida diaria de los trabajadores henequeneros de Yucatán a finales del siglo XIX, Héctor Hernández Álvarez y Guadalupe del Carmen Cámara Gutiérrez, investigadores de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), realizan un estudio desde la arqueología histórica en torno a la historia, cultura material y patrones de consumo de alcohol entre distintos grupos sociales durante la época de oro en Yucatán.

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Entrevistado por la Agencia Informativa Conacyt, Héctor Hernández Álvarez, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Uady, señaló que el proyecto ha tenido como resultado un conocimiento amplio sobre la cultura material de los trabajadores que vivían en la hacienda San Pedro Cholul, así como una nueva colección arqueológica para la zona norte de la ciudad de Mérida, Yucatán.

“La arqueología puede hablarnos de la cuestión cotidiana de producción y consumo de alcohol, estamos viendo que los trabajadores tenían patrones de desecho y de reciclaje muy marcados y de consumo tanto de los recursos del paisaje que circunda la hacienda como de productos manufacturados propios de esa época”, apuntó.

La metodología arqueológica de campo incluye la recolección de superficie y la excavación de los solares habitacionales de los trabajadores acasillados de la hacienda, así como pozos de sondeo en los edificios principales, mientras que en laboratorio se realiza una diversidad de pruebas químicas de residuos de fosfatos, carbonatos, proteínas, pH y colorimetría, entre otros, con el fin de conocer las diferentes áreas de actividad del contexto doméstico de la hacienda San Pedro Cholul.

Primera fase, salvamento arqueológico

El proyecto inició en el año 2009 como un salvamento arqueológico de la zona que comprendía la antigua hacienda San Pedro Cholul, en el norte de Yucatán, que actualmente se encuentra afectada por la construcción de un fraccionamiento residencial.

En una primera fase, el estudio estuvo orientado a rescatar información sobre la vida diaria de los henequeneros, por lo que la búsqueda estuvo dirigida a los lugares en que habitaba la gente. El trabajo arqueológico se enfocó en la estructura de los sitios residenciales, solares y materiales de construcción (como la cal y la piedra) a través de una metodología de recolección de materiales de superficie de excavación de las viviendas y de muestreos para pruebas químicas y paleobotánicas, entre otras.

Actualmente, el proyecto cuenta con el financiamiento en Investigación Básica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y con el apoyo de la Red temática de Ciencias Aplicadas a la Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural de Conacyt, que permite colaborar con laboratorios de diversos sitios de México para realizar una caracterización de los vidrios de la hacienda San Pedro Cholul. Con dicho apoyo se pretende realizar una caracterización de las colecciones de vidrios de la hacienda, única en su tipo a nivel nacional.

Consumo de alcohol en la época de oro en Yucatán

En el marco del estudio se desarrollan diversas líneas temáticas, entre las que destaca el consumo de alcohol entre los trabajadores de la hacienda. 

El periodo conocido como época de oro en Yucatán está caracterizado por la innovación tecnológica y la riqueza económica que marcó la entrada de la península a un sistema de mercado globalizado, producto de la explotación del henequén.

Fragmentos de vidrio provenientes de San Pedro Cholul. Cortesia de Dr. Hector Hernandez0316Sin embargo, este periodo también se identifica por una marcada desigualdad social entre las élites capitalistas y los trabajadores indígenas empobrecidos que trajo diversos problemas sociales, económicos y políticos.

“Uno de estos fue la enajenación de la tierra de los campesinos indígenas peninsulares en aras de monocultivos henequeneros, obligándolos a servir como peones acasillados en el interior de las haciendas”, apuntó Hernández Álvarez.

De acuerdo con el investigador, quien está adscrito con nivel I al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), el consumo excesivo de alcohol tanto entre ricos como entre pobres fue una de las principales consecuencias que experimentó la península hacia finales del siglo XIX, pero los patrones de consumo fueron muy distintos entre cada clase social.

“Mientras que las élites importaban para su consumo diversos vinos, cervezas y licores, entre la población indígena el consumo de aguardiente producido localmente se volvió una tendencia generalizada”, señaló.

Historia de la producción de aguardiente

Guadalupe Cámara Gutiérrez, profesora investigadora de la Facultad de Ciencias Antropológicas, señaló en entrevista que la colaboración interdisciplinaria con Héctor Hernández Álvarez inició a partir de la convergencia de sus trabajos académicos en torno a las tecnologías de producción en Yucatán.

De acuerdo con su revisión histórica, entre los siglos XIX y XX, la producción cañera en Yucatán estuvo dedicada en mayor medida a la destilación de aguardiente. “Podemos ubicar tres zonas importantes: la productora de caña, la productora de melaza (materia prima para la destilación de aguardiente) y la productora de aguardiente (exclusivamente destiladora); en algunos casos coinciden las tres actividades en una zona, como en ciertos lugares del sur de Yucatán”, apuntó.

Zonas geográficas como Tizimín, Valladolid, Espita y Calkiní tuvieron suelos propicios para la producción de caña, que requiere vegetación de selva baja con alta humedad que permita la acumulación del agua.

La hacienda San Pedro Cholul era una zona de distribución y consumo de aguardiente que se dirigía hacia dos mercados fundamentales, Mérida y Campeche. En las áreas de Motul, Acanceh, Conkal, Baca y Cholul se concentraba gran parte de la población indígena, quienes eran los principales consumidores del aguardiente.

“Hemos encontrado evidencia histórica de compras de dotaciones de aguardiente por parte de los hacendados para los trabajadores, pues al iniciar su jornada laboral se les daba una ración de aguardiente para que pudieran trabajar. Este constituyó uno de los principales mecanismos de endeudamiento y sujeción, a través de la tienda de raya”, apuntó.

Restos de botellas encontrados dentro del solar. Cortesia de Dr. Hector Hernandez0316El consumo de alcohol se incrementó conforme transcurrió el siglo XIX, convirtiéndose ya no solo en un problema social, sino también de salud pública. Las botellas compradas en el extranjero para envasar el aguardiente producido localmente no fueron suficientes, propiciando el reciclaje y el relleno de botellas de segunda mano, desechadas por los patrones de las haciendas.

Al respecto, Hernández Álvarez agregó que a partir de la evidencia material arqueológica se encontró un número elevado de botellas en un contexto doméstico, y se ha ubicado un área específica donde la gente se agrupaba para beber aguardiente.

Como resultados de este trabajo, hasta el momento se han realizado cuatro tesis de licenciatura y maestría en arqueología y se publicó el libro Sendas del henequén: un estudio arqueológico de la hacienda San Pedro Cholul, Yucatán, coordinado por Hernández Álvarez y Mario Zimmermann, profesor investigador de la Uady, y escrito por estudiantes de la licenciatura en arqueología de la Uady que han participado en el proyecto.

Impacto de la industrialización en Yucatán

Con el financiamiento de Conacyt, iniciará la última fase de documentación de exportaciones a través de un registro de una vía de ferrocarril en la zona de Conkal-Progreso, que daba servicio a las haciendas de esta zona. Asimismo, se documentará desde un enfoque social las problemáticas de las diferencias sociales y las estrategias de movilidad, subsistencia y consumo de los trabajadores, así como los impactos de la industrialización de la producción henequenera en el suelo, la vegetación y entre las comunidades aledañas.

"Producto de cómo está ahora nuestro entorno es parte de todos estos procesos históricos, desde los cultivos de caña de azúcar, cultivos de henequén, explotación del suelo, ganadería, y nosotros vamos a buscar la evidencia que todavía existe de ese impacto", finalizó Hernández Álvarez.

 

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