FIL niños, espacio para fomentar la ciencia y la lectura
Por Montserrat Muñoz
Guadalajara, Jalisco. 14 de diciembre de 2015 (Agencia Informativa Conacyt).- La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2015, el evento más grande en su tipo a nivel mundial en español, ofreció durante nueve días más de 600 actividades para sus asistentes, entre estas, presentaciones de libro, charlas, ponencias y exhibiciones de renombrados escritores y artistas nacionales y extranjeros.
Los niños, sector creciente en este evento, también tuvieron su espacio en esta feria: la ya tradicional sección FIL niños, que este año se erigió en torno a la época victoriana, haciendo referencia a este periodo de la historia de Reino Unido, país invitado a la FIL.
"¡A todo vapor!" fue el lema que unió los 18 talleres y estands de libros, materiales didácticos y juguetes, con el principal objetivo de acercar a los más pequeños a la lectura. En el camino, sin embargo, los más de 153 mil niños asistentes se encontraron con dinámicas y talleres relativos a la ciencia y tecnología.
Talleres de la FIL
Este año, la FIL ofreció 18 talleres gratuitos que variaban en temáticas para aprender desde valores cívicos hasta reciclaje, todo a través de juegos y cuentos. Algunos de estos talleres se centraron en temas relacionados con la ciencia, la mecánica y la tecnología.
Uno de los talleres más concurridos fue el denominado ¡Máquinas a todo vapor!, donde pequeños de siete a nueve años experimentaban cómo diferentes sustancias podían mezclarse para crear un material diferente. Una de estas creaciones consistió en una masa verde y pegajosa, a base de bórax.
También durante esta actividad escucharon acerca de la importancia del vapor en siglos pasados, que funcionaba como combustible para varios de los inventos más importantes de la época: locomotoras, barcos y globos aerostáticos, por ejemplo.
En el taller La mecánica de los juegos, los niños aprendieron sobre máquinas y lo divertidas que pueden ser cuando se convierten en juguetes. Alejandra Carmona, facilitadora de esta actividad, señaló que se buscaba fomentar la lectura, "pero llegándoles a los niños por otro lado". Para ello, leían para la audiencia fragmentos del libro Por un tornillo, de Ignacio Padilla, a fin de que los niños se fueran haciendo conscientes de la importancia de los mecanismos en las máquinas.
"Lo que buscamos con este taller es que entiendan sobre mecanismos; durante el taller experimentamos para saber qué pasa si le cambiamos la pieza a un mecanismo y cuáles son los resultados que podemos obtener. Usamos otros dos libros para que aprendieran cómo armar sus juguetes utilizando mecanismos y cómo experimentar con materiales y formas”. Los mecanismos, entendidos como un sistema que ayuda a transformar el movimiento, sirvieron como base a los pequeños para construir un caleidoscopio o un trapecista, juguetes que podían llevar a casa".
"Los asistentes a este espacio descubrieron que, al mezclar la ciencia y la imaginación, podrán crear dispositivos mecánicos para jugar", señaló la diseñadora industrial.
Otro taller con gran éxito entre los pequeños fue el denominado Autómatas, donde aprendían sobre robótica y las leyes que la rigen, redactadas por Isaac Asimov.
“Nuestro principal objetivo es que los niños se interesen y aprendan con la robótica. Que vean que no son solo números y textos aburridos. También que sean conscientes que los robots son parte de la vida real", señaló Azucena San José Mora, diseñadora industrial y una de las instructoras de la actividad.
Los asistentes, la mayoría de entre 10 y 12 años de edad, aprendieron en este espacio sobre las partes que tiene un robot, así como el proceso para su programación basado en un sistema de bloques. "Para ellos resulta muy fácil empezar a comprender cómo funciona la mecánica de los robots, además de que a la mayor parte de los niños le encanta participar y ser muy dinámicos", mencionó San José Mora.
Aprender de forma sencilla y lúdica conceptos de óptica para distinguir los colores primarios (amarillo, azul y rojo) y los secundarios (verde, naranja y violeta), mediante pinturas hechas a base de burbujas de colores, fue el cometido del estand de chocolates Kinder Sorpresa.
En el espacio de Educación Financiera Banamex, los infantes escucharon una breve plática sobre emprendedurismo, tras lo cual tomaron papel y lápiz para plasmar en una hoja la idea innovadora para solucionar algún problema o necesidad que hubieran detectado en su ambiente, especificando cómo y en dónde realizarían su invento.
Entre los inventos que dibujaron los asistentes, hubo muchos robots para ayuda en diversas tareas de su vida diaria, como lavar trastes, guardar la ropa y recoger juguetes. Uno de los proyectos que más llamó la atención a los facilitadores del estand fue un invento por una pequeña, que mostraba una máquina para reconocer mamás. También máquinas del tiempo, lentes con visión especial y hasta un cerco eléctrico para evitar que se salieran las mascotas del jardín, eso sí, sin lastimar a los animales.
Para los no tan pequeños también hubo ciencia
Sigfrido Von Frankenstein estuvo presente en el estand del Instituto Politécnico Nacional (IPN), divirtiendo a chicos y grandes con sus shows. Este peculiar personaje, alter ego de Daniel de la Torre Guzmán, es un divulgador científico que a través de relatos, dinámicas y breves experimentos enseña principios fundamentales de la ciencia, especialmente de física y química.
"Sigfrido es el hermano mayor de Víctor Von Frankenstein. ¿Cuál es el problema de Víctor? Víctor presenta un estereotipo negativo de la ciencia, la mal utilizada. Sigfrido, harto de que su hermano menor se llevara todas las palmas, aun cuando estaba equivocado, decide llevar la verdadera idea de la ciencia al público", explicó De la Torre Guzmán.
"Lo que hago es divertir a la gente y enseñarle pequeñas experiencias de ciencia. La ciencia no es más que la maduración, el estado adulto de la curiosidad infantil. Un científico aprende de la misma manera que un niño: ve algo que le llama la atención, lo fascina y empieza a hacerse preguntas que lo llevan a crear algunas respuestas y luego prueba esas respuestas".
Von Frankenstein, nacido en Baviera hace 48 años (casualmente en la misma fecha que De la Torre Guzmán), se describe a sí mismo como un poco neurótico, apasionado por la ciencia, piromaniaco y experto preguntón. "Respuestas no encuentro tantas, pero preguntas puedo formular muchísimas, y es que la herramienta más importante de la ciencia son las preguntas", apuntó.
Durante la FIL entretuvo a grandes y pequeñas audiencias varias veces al día, con experimentos de presión del aire, masa, peso, caída libre, equilibrio, gravedad y hasta el principio de Bernoulli.
Año Internacional de la Luz, para desayunar
La doctora Alejandra León Castellá, directora de Fundación CIENTEC en Costa Rica, acudió a la FIL como moderadora y ponente en diversas mesas de trabajo. Sin embargo, uno de sus principales cometidos en la feria fue dar a conocer una campaña de divulgación de la ciencia enfocada en niños, a través de cajas de cereal.
"Esta es una campaña con la empresa de cereales Jacks, que distribuye cereales para niños y toda la familia en Costa Rica, Guatemala y Nicaragua", explicó la divulgadora. La campaña actual está dedicada al 2015 como Año Internacional de la Luz, declarado así por la Unesco.
"Son cuatro cajas sobre la luz. Hay una sobre lo que pasa con la luz cuando viaja por el agua, explica qué es lo que pasa. También trae un experimento muy sencillo para desviar la luz con un vaso de agua. Otro empaque tiene información sobre los colores del atardecer, donde se explica a través de una historieta por qué el atardecer es rojo y viene acompañada de un pequeño experimento para producir un atardecer en casa".
Otro de los empaques trata sobre seres luminosos, como los hongos luminiscentes. Trae un tip para poder encontrar mejor estos animales en la noche con la ayuda de una linterna; mientras que la cuarta presentación propone un experimento para entender el concepto de colores luz, así como la sumatoria de los mismos a través de sombras de colores.
León Castellá compartió para la Agencia Informativa Conacyt que esta sociedad con la empresa cerealera ha tenido un gran impacto en el mercado costarricense, ya que se van renovando las campañas con temas diversos, incluyendo preguntas de ciencia en la parte trasera de las cajas o tarjetas dentro del empaque, entre otros.
Cabe señalar que todos los programas y talleres para niños utilizaban algún texto de autores del Reino Unido para dar la pauta de la actividad a desarrollar. Todos los talleres aceptaban hasta 30 niños a la vez divididos acorde a intereses y edad, por un periodo aproximado de 45 minutos.
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