La explosiva historia del Volcán de Fuego de Colima
Por Amelia Gutiérrez Solís
Colima, Colima. 26 de junio de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- En la Universidad de Colima (Ucol) estudian depósitos de avalanchas de escombros volcánicos para reconstruir la historia eruptiva del Volcán de Fuego de Colima.
El doctor en ciencias con especialidad en depósitos volcánicos por el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Abel Cortés Cortés, nivel I en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), señaló que las evidencias de campo y edades de carbono 14 (14C), obtenidas en trabajos recientes, han permitido identificar y delimitar seis depósitos de avalanchas asociados con eventos de colapso del Paleofuego, con edades de 28 mil, 21 mil 500, 18 mil 500, 15 mil, nueve mil y siete mil años antes del presente (AP).
Además identificaron dos depósitos de avalanchas de escombros volcánicos para el actualmente activo edificio del Volcán de Fuego de Colima, con edades de tres mil 600 y dos mil 500 años AP.
“Los depósitos de estas avalanchas obstruyeron los cauces de los ríos Tuxpan y Armería, formando lagos temporales, en los cuales se depositaron gruesas secuencias de sedimentos lacustres y lahares”, explicó.
Evidencias de asentamientos humanos afectados por avalanchas
El profesor investigador del Centro Universitario de Estudios e Investigaciones de Vulcanología (CUEIV) de la Ucol dijo que la presencia de cerámica y carbón datado en mil 940 años, en uno de estos depósitos de lahar, sugiere que asentamientos humanos en la región sufrieron los efectos de estos eventos catastróficos del Volcán de Colima.
“Mi trabajo se ha enfocado en reconstruir la historia eruptiva del complejo volcánico de Colima, el cual está constituido por tres centros eruptivos: en la parte norte está El Cántaro, en la parte central el Nevado de Colima y en la parte sur lo que es el Volcán de Fuego de Colima”, mencionó Abel Cortés.
Uno de los eventos más peligrosos es cuando los volcanes como el coloso de Colima colapsan o se destruyen por varios factores, ya sea por una erupción volcánica, fallas geológicas activas, explosiones freáticas, sismos o tormentas intensas, generando avalanchas de escombros.
Las avalanchas de escombros son flujos enormes que viajan muy rápido generados por el colapso gravitacional de sectores de edificios volcánicos o no volcánicos. En segundos pueden modificar la morfología de un lugar y obstruir drenajes de arroyos y ríos formando lagos temporales. Sus depósitos están formados principalmente por material lítico del volcán y pueden contener bloques gigantescos del edificio volcánico, de centenas de metros de diámetro, explicó.
El investigador, quien colabora en la Ucol desde 1991, aseguró que para entender el grado de actividad que ha presentado un volcán, es necesario conocer su historia eruptiva, con base en estudios de campo analizando y describiendo sus depósitos de avalancha de escombros volcánicos, con el apoyo de dataciones por 14C de materia orgánica encontrada dentro de estos depósitos, lo cual permite determinar su edad, es decir, la fecha de cuándo ocurrió el evento de colapso de gran magnitud.
“Durante su desplazamiento, las avalanchas pueden asimilar mucho material preexistente, incluso vegetación. Si hay una erupción durante ese tipo de eventos, carbonizan árboles y estos se conservan carbonizados por cientos o miles de años y si los investigadores encuentran un carbón dentro de estos depósitos, lo mandan fechar para determinar cuándo ocurrió un evento”, detalló en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
Abel Cortés señaló que en estos depósitos de avalanchas en el valle de Colima, existen huellas de asentamientos humanos y algunos depósitos de flujos piroclásticos contienen restos de cerámica y carbón, que han permitido determinar cuándo ocurrieron los eventos volcánicos.
“En el futuro, un colapso masivo del edificio volcánico del actual volcán de Colima, en la escala de los anteriores, puede afectar a 350 mil habitantes, que en la actualidad viven sobre los antiguos depósitos de avalanchas”, indicó el investigador.
Por último, señaló que la actividad que ha presentado el Volcán de Fuego de Colima en el siglo pasado y parte de este siglo son erupciones relativamente medianas o pequeñas, ya que las más catastróficas colapsan el edificio volcánico generando avalanchas de escombros y modifican su morfología, propiciando que inicie otro periodo de reconstrucción.
• Dr. Abel Cortés Cortés
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