Paleomagnetismo: la verdadera edad de los hallazgos
Por Amelia Gutiérrez Solís
Colima, Colima. 3 de julio de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- La doctora en antropología por el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), María de los Ángeles Olay Barrientos, señaló que como parte del Proyecto Arqueológico Comala, en colaboración con la cotitular del mismo, la arqueóloga Ligia Sánchez Morton, han impulsado la realización de análisis paleomagnéticos a fin de datar o fechar vestigios arqueológicos de la región.
“En Colima, debido a las erupciones volcánicas, a los suelos someros y al clima, cuesta mucho trabajo fechar con carbono 14 porque el carbón, producto de materiales orgánicos como madera, enfrenta un suelo volcánico agresivo que lo destruye”, explicó la arqueóloga.
Olay Barrientos mencionó que han intentado fechar materiales arqueológicos mediante colágeno, que es la sustancia que tienen los huesos y que permanece fundamentalmente en las raíces de los dientes y en ciertas partes de las estructuras óseas, pero no es un método seguro, además de costoso para los presupuestos restringidos de los proyectos de investigación.
“Nos ha costado mucho trabajo ubicar temporalmente los acontecimientos que caracterizaron el desarrollo de los diversos pueblos que habitaron la región”, expuso la investigadora en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
Magnetismo: la clave
La arqueóloga, quien colabora en el Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Colima, indicó que existen algunos materiales arqueológicos, como la cerámica, que son capaces de guardar o grabar el magnetismo con la orientación e intensidad del momento en que fueron creados. Ese magnetismo puede ser medido a partir de análisis paleomagnéticos que permiten establecer rangos de tiempo relativos a la creación de dichos materiales.
Para este tipo de estudio se pueden utilizar, además de la cerámica, fragmentos de bajareque quemado, pisos de barro y restos de tierra de fogones u hornos, y parte importante de la técnica implica el registro de su orientación magnética con brújulas de precisión.
Detalló que las técnicas de laboratorio permiten determinar parámetros como la declinación, inclinación e intensidad de los materiales y rocas y, de esta forma, obtener información geocronológica y paleo-orientación de cuerpos geológicos.
Asimismo, dijo que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el Laboratorio Interinstitucional de Magnetismo Natural, campus Morelia, está desarrollando tecnología para tratar de establecer la ocurrencia de diversos eventos sociales sucedidos en el pasado prehispánico de la región.
En el análisis paleomagnético no debe alterarse la química de las muestras para que sean representativas, lo que significa que están en un nivel de experimentación, recalcó.
La doctora en antropología dijo que, en colaboración con los especialistas de la UNAM, se está analizando el material para establecer nuevas formas, técnicas y metodologías para concretar los datos.
“Nosotros, a la vez, estamos presentando los materiales y ofreciéndoles los contextos de dónde proceden para que de manera conjunta podamos establecer pautas”, afirmó Olay Barrientos.
Los laboratorios de la UNAM tienen la expectativa de consolidar una escuela mexicana de datación, que podría ser un espacio en el cual se procesen diversos materiales arqueológicos, tanto de investigaciones mexicanas como de otras que se desarrollan en países de Centroamérica y el Caribe.
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