Alfred Russel Wallace, el defensor de la selección natural
Por Aketzalli González
Ciudad de México. 30 de mayo de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- El doctor en historia y filosofía de la ciencia Juan Manuel Rodríguez Caso ha dedicado parte de sus investigaciones a la obra y pensamiento de Alfred Russel Wallace. Lo considera un personaje fascinante, modesto y lleno de curiosidades.
“Fue un naturalista británico reconocido por la relación con Darwin en función de lo que se le puede denominar el codescubrimiento de la evolución por selección natural. A expensas de esa relación, en su época fue un personaje muy importante en cuanto a la labor que desarrolló como colector, naturalista y luchador social”, explicó el doctor Juan Manuel Rodríguez Caso, miembro de la Asociación Iberoamericana de Filosofía de la Biología (Aifibi).
Entre los peldaños de la historia, Wallace es recordado por la carta que mandó a Charles Darwin a principios de junio de 1858 desde la isla Ternate ubicada en el archipiélago malayo.
El escrito de doce páginas proponía la transformación de las especies a partir de variaciones y el mecanismo de selección natural. Una propuesta similar a la que Darwin trabajó por más de veinte años después de su viaje del Beagle.
Asimismo, entre la colección de más de mil escritos, se encuentran estudios antropológicos y sociales, áreas en las cuales Wallace manifestó interés desde la juventud.
“El papel de Wallace en el estudio del ser humano no es de interés para los biólogos ni los antropólogos. Escribió más de doscientos artículos sobre antropología y también se le puede reconocer en temas como la lucha de los derechos de las mujeres, el conservacionismo o divulgación de la ciencia. Es un personaje fascinante”, explicó el especialista.
El doctor Juan Manuel Rodríguez considera que deben extenderse los estudios sobre la obra de Wallace a partir de su contexto; existen pocos investigadores en México, como los doctores Oscar Flores Villela, Antonio Alfredo Bueno Hernández y él mismo.
“Brasil, Indonesia y Singapur son países que Wallace visitó. Entonces hay cercanía con sus trabajos, tan es así que en algunos casos lo pueden llegar a ver como el padre de la ciencia. En otros países es la propia difusión o la manera en que se presenta la historia de la teoría evolutiva, en esa manera alcanza a cualquier personaje que no sea Darwin”, explicó.
El experto reveló que parte de las razones por las que Wallace fue puesto en segundo plano por la historia de la biología, son por su controvertida relación con disciplinas y filosofías como el espiritismo, el mesmerismo y la frenología.
“Es conocido en un sentido negativo por su relación con movimientos e ideas que hoy son consideradas seudocientíficas. Sin embargo, cuestiones tan polémicas como el espiritismo dentro del contexto de la época se pueden entender de manera muy diferente”, indicó.
Acerca del naturalista
El doctor Juan Manuel Rodríguez define a Wallace como un auténtico hombre de su época.
“Wallace fue un personaje involucrado en la difusión del trabajo de la ciencia y también interesado en el impacto que la ciencia tiene en la sociedad”, señaló.
Alfred Russel Wallace nació en Usk, Monmouthshire el 8 de enero de 1823, en un pequeño pueblo al sudeste de Gales. Su padre, Thomas Wallace, fue abogado y su madre, Mary Anne Greenell, pertenecía a la clase media de ascendencia escocesa, relacionada con el linaje del héroe escocés William Wallace.
En su autobiografía podemos concluir que parte de sus intereses literarios fueron transmitidos por su padre, quien tenía la costumbre de leerle a Shakespeare y Esopo bajo la chimenea, indicó el especialista.
Wallace, al cumplir los catorce años, dejó la escuela y viajó a Londres para trabajar con su hermano John, y un año después se volvió aprendiz de relojero y de topógrafo junto a su hermano William.
En ese periodo adquirió conocimientos en la elaboración de mapas, química agrícola y trigonometría. En 1842 leyó el libro Tratado sobre geografía y clasificación de animales de W. Swainson, que le reveló el mundo de la biogeografía.
Wallace se trasladó a Leicester en 1844 y fue contratado como profesor de cartografía en Collegiate School, pasando gran parte de su tiempo en la biblioteca del colegio. En ese lugar leyó Ensayo sobre el principio de las poblaciones (1798) de Thomas Malthus, obra que marcó a varios naturalistas de la época.
Wallace conoció a quien fue su compañero de viajes en el Amazonas, Henry Walter Bates, un entusiasta entomólogo que le contagió el gusto por la recolección y estudio de los escarabajos y mariposas.
En 1847, Bates propuso a Wallace el plan de viajar al Amazonas, debido al impacto que les causó la lectura de Un viaje por el río Amazonas (1846) de William Henry Edwards, región que no había sido tan explorada como otras de América.
Todo comenzó con los viajes
El primer viaje que realizó con su amigo Henry Bates fue en 1848 rumbo a Brasil en el barco Mischief. El objetivo de Wallace era encontrar evidencias de la evolución, curiosidad que tuvo al leer Vestigios de la historia natural de la creación (1844), publicado originalmente de manera anónima, pero de la autoría del periodista Robert Chambers.
Asimismo, buscaba obtener dinero tras la recolección de especies extrañas y venderlas a coleccionistas ingleses.
El doctor Juan Manuel Rodríguez comentó que el trayecto de Wallace por la selva amazónica es descrito en sus escritos Palmas del Amazonas y sus usos (1853) y Una narrativa de viajes en el Amazonas y río Negro (1853).
El primero es una descripción sobre la botánica del río Amazonas, representado con dibujos y catalogando detalladamente las especies de palmeras de la zona y el uso que le daban los nativos. El segundo es un texto más completo en el que hace una descripción del clima, la topografía y las especies más representativas de la zona. El 12 de julio de 1852 decidió regresar a Londres, viaje en el que perdió sus colecciones ya que el barco se incendió.
Su último viaje fue al archipiélago malayo en 1854 a 1862, realizando importantes observaciones en primates y en la frontera zoogeográfica conocida hoy como la “línea de Wallace”, nombre adjudicado por Thomas H. Huxley en 1868.
En el viaje recolectó más de 125 mil especímenes, la mayoría insectos; también describió algunos anfibios, una rana conocida como la rana voladora de Wallace (Rhacophorus nigropalmatus).
Sus escritos describen las costumbres, diferencias culturales y físicas que caracterizaban a las distintas poblaciones que habitaban el archipiélago malayo. De estas memorias resultó El archipiélago malayo (1869).
“El libro El archipiélago malayo es considerado por los historiadores como uno de los libros más finamente escritos en relación con el tema de los viajes en una época en la que mucha gente viajaba. Ese es un libro que en español es de los pocos traducidos de Wallace en México, tiene cuatro ediciones. En otros países también es uno de los libros que más se suele traducir”, explicó el doctor Juan Manuel Rodríguez.
Uno de los frutos más importantes de su trabajo está reflejado en Sobre la tendencia de las variedades a alejarse del tipo original (1858). En dicho escrito, describe el mecanismo de la selección natural y la importancia de las variedades biológicas, añadió el doctor.
Diferencias entre Darwin y Wallace
“En términos generales, yo acabo por defender lo que en su momento ha defendido el profesor James Moore, de la Universidad de Cambridge, quien afirma que la única coincidencia entre Darwin y Wallace fue el momento de la publicación de la teoría de evolución por selección natural. Fueron personajes diferentes en muchos sentidos”, explicó el doctor Juan Manuel Rodríguez.
Darwin, proveniente de una familia acomodada, y Wallace, de una familia de clase media, tuvieron diferentes formas de entender la transformación de las especies.
El doctor Juan Manuel Rodríguez Caso indicó que la primera de ellas podría concretarse en el mecanismo de selección natural, entendido y aplicado por ambos autores de manera diferente. Wallace tenía la idea de que la selección natural no alcanzaba a explicar las capacidades mentales.
“Se discute mucho que la diferencia entre ambos es que uno veía la selección natural como un mecanismo y otro como un proceso. Va a depender mucho de qué momento y obra estemos hablando en cada uno de los casos, ya que las ideas van variando con el paso del tiempo”, reveló el experto.
Las etapas del pensamiento de Wallace pueden presenciarse a través de sus escritos, pues parte de sus ideas fueron consideradas adaptacionistas, idea de que todas las características de un organismo tienen una función.
“Wallace no siempre fue adaptacionista, empezó a serlo a mediados de la década de 1850, pero antes de eso pudo haber llegado a aceptar que no había tal adaptacionismo. Darwin era más mesurado con los alcances de la adaptación”, comentó.
Otra diferencia entre ambos autores fue la idea de variación, considerada en términos de poblaciones por parte de Darwin, y en individuos, con Wallace.
“Como dije, depende de los momentos, ya que Darwin también llegó a aceptar las variaciones individuales y lo mismo Wallace, se fue moviendo con el paso del tiempo hasta aceptar diversos niveles en los que se puede dar la variación”.
En cuanto al pensamiento social, el experto señaló que, sobre el quehacer de la ciencia, Darwin no tenía el compromiso social de Wallace. Eso debido a la formación de ambos autores.
Mientras Darwin fue parte de una estructura privilegiada con recursos que le permitieron desarrollarse sin tener preocupaciones económicas, Wallace tuvo preocupaciones económicas, lo cual siempre lo llevaba a tener la necesidad de trabajar.
“Irónicamente para muchos, con el paso de los años quien le dio estabilidad económica a Wallace fue Darwin. Darwin es quien hizo las gestiones necesarias en 1881, antes de morir, para que Wallace tuviera una pensión por parte de la corona británica. De tal manera que de ahí en adelante Wallace ya no tuviera la preocupación de trabajar”, reveló.
Dicho acto habla de la relación que tuvieron ambos naturalistas, además de la correspondencia que intercambiaron de 1857 a 1881.
Importancia del personaje
A través de los escritos de Wallace podemos deslumbrar un personaje preocupado por los problemas sociales de su época, abarcando temas de feminismo hasta de igualdad entre clases y razas.
Un factor importante en la formación de su pensamiento fue su convivencia con los pobladores de Gales y con las tribus del archipiélago malayo, factor que lo convenció de la diversidad cultural y física de los seres humanos.
Su controvertida relación con prácticas, como espiritismo, fue catalogada como extravagante; sin embargo, el doctor Juan Manuel Rodríguez advirtió que parte de las características de dicho movimiento es que fueron los primeros en aceptar la teoría de la evolución y fueron grandes promotores de los derechos de la mujer.
Entre los escritos del naturalista también se pueden encontrar acerca del espiritismo y su validación empírica, actitud que el doctor Juan Manuel Rodríguez considera inocente, ya que Wallace siempre buscó entender todo fenómeno desde el punto de vista de la ciencia.
“Si no lo descontextualizamos, Wallace fue un auténtico hombre de su época, en ese sentido recuperó mucho de lo que se discutía. Fue un hombre terriblemente interesante en cuanto a su forma de entender el mundo”, concluyó el especialista.
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