Riesgos ambientales del Pedregal de San Ángel
Por Ricardo Capilla Vilchis
Ciudad de México. 7 de junio de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (Repsa) es un espacio natural protegido dentro de Ciudad Universitaria que cuenta con una gran diversidad de flora y fauna que refleja fielmente cómo era el ecosistema del sur de la ciudad en el pasado.
Esta reserva urbana natural, que ocupa 237 hectáreas de las 730 de la superficie total que abarca Ciudad Universitaria, enfrenta diversos riesgos que pueden deteriorarla o llegar al extremo de su destrucción a causa de la actividad humana.
Entre los riesgos ambientales mencionados en la presentación de la segunda edición del libro La Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel: Atlas de Riesgos, se encuentran la reducción y fragmentación del Pedregal, la presencia de personas, acumulación de residuos, introducción de especies exóticas y extracción de especies nativas e incendios.
Los riesgos
Según datos del atlas, la población total de CU es de 166 mil 747 personas, que se dividen entre estudiantes, académicos y trabajadores. Diariamente estas personas se transportan en 70 mil automóviles que recorren los 39 kilómetros de caminos que atraviesan la reserva ecológica. Y estos caminos, a su vez, fragmentan en 23 partes el terreno protegido que conforma al ecosistema.
La presencia de personas en la reserva significa una acumulación de residuos (15 toneladas al día) por parte de personas en situación de calle e individuos que utilizan ciertas áreas para el consumo de alcohol y drogas, así como para tener encuentros sexuales. Además, se pueden dar casos de vandalismo, que va desde daños a las instalaciones hasta la extracción de flora y fauna local.
La introducción de fauna no nativa es otro problema. No todas las especies que son liberadas en el Pedregal tienen éxito para sobrevivir y reproducirse, pero cuando llegan a proliferar, pueden llegar a dominar en un ambiente y modificar la cadena alimenticia, dejando con menos posibilidades a las demás especies.
Los incendios tienen repercusiones extremadamente nocivas, pues no forman parte de las dinámicas que se dan originalmente dentro del ecosistema, causando daños a flora, fauna, semillas, huevos, haciendo que las especies se desplacen a otros lugares a causa del cambio en los recursos y cambios en el suelo.
Se ha determinado que las principales causas de los incendios son el desecho de colillas de cigarro encendidas y fogatas hechas por personas que invaden los espacios de la reserva.
Sistema socioecológico
Marisa Mazari, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, mencionó que esta reserva es un sistema socioecológico, es decir, un ambiente natural que está conectado con lo social, en este caso, las cerca de 166 mil personas que conforman la población total del campus central de la UNAM.
Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM, comentó que uno de los objetivos que tiene esta publicación, que está dirigida a todo universitario, es que a través del conocimiento se fomente la reflexión sobre el área que colinda con el campus y la conexión que tiene la reserva con la universidad y el impacto que esta genera con sus actividades del día a día.
“Esperamos que los habitantes de este socioambiente, que somos nosotros, ayudemos a la conservación de esta belleza natural y este relicto de la cuenca de México de la cual nos ha tocado disfrutar, esperando que muchas otras generaciones la conozcan, la aprecien y la conserven”, expresó la también investigadora nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
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