Científicos mexicanos coordinan su talento para que el Águila Real no se extinga en México
- En este proyecto de conservación y conocimiento de la especie colaboran científicos de Centros de Investigación Conacyt, así como de universidades nacionales.
- Tras dos años de investigación, se reporta un mayor número de nidos en Chihuahua, Jalisco, Zacatecas, Coahuila y San Luis Potosí. En cambio, en Guanajuato, los pocos nidos monitoreados han ido desapareciendo.
- Para mantener un equilibrio entre las poblaciones de animales sobre las que depreda el águila real, es necesario promover una mayor biodiversidad en las zonas donde se encuentra, afirman especialistas.
Por Lizbeth Serrano Gómora
México D. F., a 22 de agosto de 2014 (Agencia Informativa CONACYT).- Científicos del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) y del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICyT) establecieron que el águila real pase de ser una especie amenazada, a la categoría en peligro de extinción, ya que en varios estados del país se ha registrado un declive en cuanto al número de ejemplares y parejas reproductivas de esta ave.
Pollo y adulto águila de águila real en Baja California.
Esta conclusión es uno de los resultados de un proyecto nacional para la conservación del águila real, en el que participan científicos de diversas instituciones educativas y de investigación, los cuales son coordinados por el doctor Ricardo Rodríguez Estrella, investigador adscrito al Programa de Planeación Ambiental y Conservación del Cibnor, quien, por cerca de dos años, ha estado en colaboración con ellos.
El proyecto de investigación derivó de una convocatoria emitida por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) en 2012, que dio como resultado una propuesta integral y concluyó, así, en la activa participación de investigadores mexicanos que trabajan en beneficio del águila real y su hábitat.
En 2010, la Semarnat incluyó en su Norma Oficial Mexicana (059) al águila real en la categoría de especie amenazada, situación que se pretende modificar para que sea concebida oficialmente como una especie en peligro de extinción.
De acuerdo con el doctor Rodríguez Estrella, el águila real es conocida como un depredador tope, es decir, una especie que se encuentra en la cima de las redes tróficas, con lo que su papel fundamental es mantener un equilibrio en el resto de las poblaciones de animales sobre las que depreda, promoviendo a la vez mayor biodiversidad en las zonas donde se encuentra.
Asimismo es un ave que se reproduce a una edad muy adulta, que requiere de extensos espacios para cazar y procrear, anida en sitios muy particulares y suele producir un número de crías bajo (de un polluelo por nido y pareja reproductiva).
El águila real habita en pastizales, bosques y en zonas desérticas de estados, como Zacatecas, San Luis Potosí, Chihuahua, Coahuila, Durango, y la península de Baja California, entre otras entidades al norte del país.
La investigación contempla, entre otros puntos, el monitoreo sistemático y homogéneo de la especie; esto significa que los investigadores involucrados en el proyecto ejecuten los mismos métodos de muestreo, durante la misma temporada del año.
De igual forma se busca entender la dinámica ecológica de esta especie, considerando las condiciones de su hábitat, las amenazas a las que está expuesta, el número de nidos y crías, la dieta, entre otros, y con ello generar propuestas para evitar y revertir el declive del águila real.
Entre los resultados arrojados por este proyecto destacan los reportes que indican un mayor número de nidos en entidades como Chihuahua, Jalisco, Zacatecas, Coahuila y San Luis Potosí. En cambio, en Guanajuato, los pocos nidos monitoreados han ido desapareciendo.
Esta condición ha sido atribuida a la actividad humana, la cual ha propiciado que las características de su hábitat hayan sido alteradas por cambios en el uso de suelo, una situación que, en conjunto con la cacería, electrocución, envenenamiento y otros factores, han ocasionado que las poblaciones de esta águila se vean disminuidas en algunas regiones de México.
Hasta el momento se han realizado dos talleres nacionales en los que investigadores de diferentes estados del país se han reunido, con el objetivo de intercambiar información relevante, obtenida a partir de los monitoreos, que contribuya a la conservación de esta especie animal en el país.
Silueta de águila real en vuelo.
En el particular caso de San Luis Potosí, el doctor Leonardo Chapa Vargas, investigador de la División de Ciencias Ambientales del IPICyT y coordinador del proyecto en dicha entidad, comentó que han realizado estudios que incluyen la ubicación y actividad de los nidos de esta ave, y que, gracias a la implementación de un método de monitoreo homogéneo, se ha logrado hacer comparaciones entre los estados involucrados y un análisis general de la información resultante.
“Gracias a que el estado de San Luis cuenta con un gran histórico de información sobre esta especie, hemos corroborado datos y hemos descubierto nidos nuevos en los que hemos logrado observar a parejas adultas en edad reproductiva”, comentó el doctor Chapa.
Asimismo, el doctor Rodríguez Estrella añadió que, por tratarse de una especie que se reproduce a una edad entre los cuatro o cinco años de edad, una proporción importante del águila real no logra llegar a la madurez reproductiva debido a que tanto adultos como jóvenes inmaduros pueden ser cazados antes, morir de inanición, electrocutados o envenenados, situaciones que se ligan directamente con la escasez de nidos productivos en México.
Dado que es una especie que migra desde los Estados Unidos, actualmente existe un convenio con autoridades del gobierno norteamericano para estudiar y comparar la situación de la especie en un país y otro, así como impulsar un intercambio de información importante que ayude a conocer aún más los movimientos y situación de esta ave a nivel continental.
Las aportaciones económicas para la continuidad de este proyecto han provenido de la Conabio, al igual que de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), y de distintos centros de investigación y universidades participantes.
En el caso de los trabajos realizados en San Luis Potosí, el apoyo financiero ha sido otorgado no sólo por las dos comisiones antes mencionadas, sino también por secretarías estatales.