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Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera


Por Marytere Narváez

Mérida, Yucatán. 17 de enero de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- La llegada de nuevas industrias, el crecimiento demográfico acelerado y los efectos del cambio climático amenazan la supervivencia de las comunidades costeras, tanto en términos sociales como ambientales.

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Con el fin de atender las problemáticas de la costas mexicanas, especialistas de instituciones académicas de educación superior y centros de investigación crearon el Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera (Lanresc), enfocado en la generación de proyectos de investigación en torno a las costas desde perspectivas interdisciplinarias y multiinstitucionales.

Lanresc forma parte de los Laboratorios Nacionales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). En una primera etapa, surgió como iniciativa del Laboratorio de Ingeniería en Procesos Costeros (LIPC) del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tras lo que se incorporaron grupos de investigación de la Facultad de Ciencias y la Facultad de Química presentes en la Unidad Académica Sisal de la UNAM. 

En la actualidad, se conforma como un laboratorio "sin paredes", en el que colaboran instituciones del norte, centro y sureste del país, dedicadas a evaluar la capacidad de sistemas y comunidades costeras para recuperarse y adaptarse a perturbaciones a través de servicios técnicos, investigación, formación de recursos humanos de alto nivel y generación de conocimiento para la toma de decisiones.

Estudio de la resiliencia costera

El concepto de resiliencia varía según la disciplina y la perspectiva teórica que lo aborde. En el caso particular de la resiliencia costera, los especialistas del Lanresc han desarrollado una definición basada en la capacidad de los sistemas socioecológicos para mantener su equilibrio a diferentes tasas y escalas, ante reforzamientos externos crónicos o agudos, conservando sus servicios y su funcionalidad.

1-costera1718.jpgEn entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Paulo Salles Afonso de Almeida, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Unidad Académica Sisal, y coordinador del laboratorio, señaló que las comunidades costeras pueden ser afectadas por reforzamientos crónicos y agudos.

“Los crónicos pueden ser el cambio climático, que va aumentando la temperatura del mar, tenemos zonas más secas, zonas más húmedas, y poco a poco va aumentando el nivel del mar también. Los impactos agudos pueden ser una tormenta, un huracán o un tsunami, entre otros”, expresó.

Para conocer el impacto de estos reforzamientos, es necesario integrar las perspectivas física (oleaje, mareas, corrientes), química (calidad del agua, transporte de nutrientes), biológica (comportamiento de las especies ante variaciones de distintos parámetros) y socioeconómica, que incluye la percepción de la vulnerabilidad en la sociedad en torno a las pesquerías, el comercio, la industria turística, los cambios demográficos y políticos, entre otros factores.

“Para eso se necesita tener una línea base sobre cuál es la situación actual en función de las bases de datos disponibles que se tengan. Conocer la situación de hace algunos años, o incluso décadas, para luego estar monitoreando un sistema dado con las variables relevantes, ver cómo va evolucionando y, en particular, ver cómo responde a esos impactos”, apuntó.

Las respuestas de los sistemas ante esos impactos pueden darse a diferentes ritmos y escalas espaciales y temporales. Por ejemplo, un "norte", como se le conoce al fuerte viento con dirección norte o noreste que sopla a lo largo de la costa mexicana del golfo de México, puede provocar que se eleve el nivel del mar un metro. Después de unas horas, el nivel desciende nuevamente y es necesario evaluar las consecuencias para conocer si los sistemas socioecológicos se podrán adaptar a las nuevas condiciones, lo que dependerá también de su vulnerabilidad.

Cuando son impactos más grandes, los sistemas pueden llegar a recuperarse sin regresar a su condición anterior exacta y adquirir un nuevo nivel de equilibrio, sin perder su funcionalidad ni sus servicios.

1-paulo1718.jpgDr. Paulo Salles Afonso de Almeida, coordinador de LANRESC y profesor investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM en Sisal.“Es bastante complejo conjuntar toda esa información y poder entender bien cómo funcionan esos sistemas. Pero básicamente ese es el objetivo del Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera, y es lo que estamos logrando poco a poco con varios expertos de distintas especialidades”, expresó Salles Almeida.

Diseño de un plan de restauración y estabilización de las playas en Yucatán

Actualmente, los especialistas de Lanresc trabajan en el diseño de un plan de restauración y estabilización de las playas de Yucatán, iniciando por un tramo de 40 kilómetros localizados entre el puerto de Progreso y la localidad de Telchac Puerto.

“Tradicionalmente esas problemáticas se resuelven con rellenos de arena y estructuras de protección de playa, pero en este caso también está involucrada gente de manejo costero que está viendo el tema de la percepción de la vulnerabilidad por la sociedad, de los programas y leyes que existen, y cómo se pueden mejorar y adaptar”, indicó el investigador.

En el proyecto participan ingenieros, físicos, químicos, así como especialistas en vegetación de duna costera y percepción remota, entre otros. “Estamos conjuntando un equipo interdisciplinario para resolver un problema que, desafortunadamente, hasta la fecha se resolvía unidisciplinariamente”, indicó.

Comunicación de la ciencia

En palabras de Salles Almeida, es común que los investigadores y estudiantes se preparen en la academia para generar conocimiento traducido en artículos nacionales e internacionales. “El problema es que esos resultados a veces se quedan en una tesis o en un artículo y, por lo general, no logramos transmitir esa información de una manera sencilla, clara y útil para la sociedad y los tomadores de decisiones”, expresó.

Observando esta problemática, los investigadores de Lanresc organizaron durante agosto de 2016 un taller para elaborar una Tarjeta de Reporte de la Costa de Yucatán, diseñada para evaluar la salud de los ecosistemas y monitorear los cambios positivos y negativos a lo largo del tiempo. “Es un documento en el que participan especialistas de varias disciplinas para acordar cuáles son los cinco o siete índices más importantes que un tomador de decisiones tiene que saber”, apuntó el investigador.

En una primera etapa, el interés del laboratorio se enfocó en integrar una serie de indicadores en torno a la calidad del agua, la biodiversidad y el hábitat a partir de una calificación cualitativa basada en tres niveles: bueno, moderado y malo. “Basados en datos y mediciones de años o décadas, le damos una calificación a esos índices, por ejemplo, podemos establecer si la situación del flamenco en la costa de Yucatán es buena, mala o moderada”, apuntó.

A través de una representación gráfica y sencilla, la Tarjeta de Reporte permite la transmisión del conocimiento a los diversos sectores involucrados en la protección de las costas de Yucatán. “Primero hicimos la versión cualitativa de la tarjeta de reporte. De 2016 a 2017 ya pasamos a los datos duros, ya no es cualitativo sino cuantitativo y ahora las calificaciones están basadas en mediciones de 10, 15 o 20 años de esas variables”, señaló.

arroba14010contacto 1 Dr. Paulo Salles Afonso de Almeida
Coordinador del Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera (Lanresc)
Investigador del Instituto de Ingeniería, UNAM
Unidad Académica Sisal
webconacyt icon 1610    www.lanresc.mx
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