La complejidad social en monos araña
Por Hugo Valencia Juliao
Ciudad de México. 13 de agosto de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- Los sistemas sociales en animales tienen consecuencias para su misma supervivencia. En el estudio de estos sistemas sociales, se busca identificar cómo surge la complejidad social, cuál es la relación con la inteligencia de los individuos que conforman los grupos y cómo ha evolucionado a lo largo de la historia del planeta.
Al hablar de complejidad de los sistemas sociales en animales, Gabriel Ramos Fernández es uno de los especialistas en México que más ha trabajado en el tema y ha dirigido sus investigaciones a entender cómo algunas especies han desarrollado su inteligencia y su forma de relacionarse con otros individuos.
Estos estudios son muy importantes para conocer los orígenes de la cognición y la inteligencia social que ha evolucionado vía la interacción.
En particular, el doctor del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas (IIMAS) y del Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Gabriel Ramos Fernández, ha estudiado estos fenómenos en los monos araña (Ateles geoffroyi), especie que vive en grupos para lograr una mayor efectividad para obtener alimentos y defenderse de depredadores.
Estas investigaciones enfocadas en monos araña tienen el objetivo general de saber cómo pueden surgir las estructuras sociales a partir de interacciones entre individuos, como por ejemplo los medios de comunicación que utilizan para alertarse entre ellos mismos de peligros externos o para mantenerse en contacto.
Especie de hábitos arbóreos, importante dispersor de semillas, su dependencia de los bosques tropicales, su gran tamaño, su estatus de especie en peligro de extinción, presión de cacería y captura sobre la especie, falta de conocimiento sobre su distribución actual y sobre sus poblaciones, son características que hacen que el mono araña sea una especie prioritaria para la conservación. Se distribuye en los bosques tropicales de la vertiente del golfo de México, desde Veracruz hasta la península de Yucatán. En el Pacífico, a lo largo de la franja costera desde Oaxaca hasta Chiapas. Continúa su distribución por toda Centroamérica hasta Panamá. Son animales de hábitos diurnos y arborícolas, pasan 51 % de su tiempo alimentándose, 27.4 % desplazándose y 21.5 % descansando. |
El objetivo de este tipo de investigaciones es amplio porque buscan demostrar cómo es que los individuos de diferentes especies trabajan juntos y logran desarrollar estructuras sociales muy complejas, dijo el doctor en biología por la Universidad de Pensilvania, Gabriel Ramos Fernández.
Para explicar un poco más de lo que es la complejidad social, el científico refirió que en un principio los individuos procuran su subsistencia y sus condiciones de vida; sin embargo, al ser seres sociales se implican con otros para obtener mejores resultados.
“Por ejemplo, las hormigas crean hormigueros muy complejos; sin embargo, ninguna tiene concepción de lo que están construyendo. Es decir, no tienen un plan establecido”, explicó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
El comportamiento colectivo complejo es la forma en que muchas especies en la naturaleza evitan ser depredadas, ejemplos de estos pueden ser las parvadas de aves y los bancos de peces. Pueden generar respuestas colectivas ante los depredadores.
“Cuando los animales se mueven en grupos grandes y en estructuras organizadas disminuye —estadísticamente— la probabilidad de ser depredado”, explicó el doctor Ramos Fernández.
En términos de la ciencia de la complejidad, estas son propiedades emergentes que surgen a partir de la autoorganización y del conjunto de reglas sencillas de comportamiento individual.
Fisión–fusión
La complejidad de los sistemas sociales en monos araña tiene que ver con la dinámica de fisión-fusión y consiste en la subdivisión de un grupo en subgrupos más pequeños, que cambian constantemente en su composición y tamaño.
Las consecuencias de esto se dan en las oportunidades de forrajeo —que es la conducta encaminada a conseguir el alimento—, por lo que los animales ajustan el tamaño del subgrupo dependiendo el alimento en un sitio determinado o el tamaño de los árboles frutales.
Durante parte de las investigaciones, los científicos a cargo del doctor Ramos Fernández simularon el comportamiento de monos araña con datos reales recolectados en algunos bosques tropicales de Yucatán.
Las simulaciones reprodujeron las condiciones reales del hábitat natural con 50 mil árboles frutales de diferentes tamaños. Los resultados fueron sorprendentes porque para algunas condiciones reales del entorno, los monos formaron subgrupos como consecuencia de su coincidencia en sitios de alimento comunes, sin necesariamente compartir información entre ellos.
El método desarrollado esperan que se pueda replicar en diferentes sistemas sociales con otras especies.
El investigador explicó que ellos están interesados en las especies sociales porque son las que pueden ayudar a comprender la evolución de la inteligencia. Expresó que las especies que en su comportamiento social tienen una alta dinámica de fisión-fusión tienden a ser especies más desarrolladas cognitivamente, lo cual se deriva de la complejidad de su ámbito social.
“La composición de los subgrupos en primates es muy variable, esto nos indica el grado de incertidumbre que enfrentan los individuos en estas sociedades, con respecto a la identidad de los demás”, comentó.
El doctor explicó que esto tiene consecuencias en cómo se informan o se engañan entre sí los individuos de acuerdo con sus experiencias cuando han estado en diferentes subgrupos.
“Los humanos también podemos tener comportamientos colectivos con propiedades emergentes. Todas las especies tienen que evaluar los costos y beneficios de diferentes comportamientos, aunque a veces no queda claro si está haciendo la evaluación para el beneficio colectivo o para el individual”, comentó el especialista.
Vocalizaciones
Todas las especies que tienen un comportamiento colectivo se comunican entre sí de diferentes formas; en específico, con los monos araña es vía las vocalizaciones que son diferentes según el individuo.
“Son como nuestra voz, cada uno tiene una voz particular”, explicó el investigador acerca de las vocalizaciones de los monos araña.
También dijo que dependiendo las especies puede ser una comunicación pasiva o activa, la primera es a través de gestos o movimientos corporales, mientras que la segunda es consecuencia de las señales que se generan a través de la vocalización.
“Puede haber señales específicamente diseñadas para comunicar algo. Una de las líneas de investigación que hemos desarrollado tiene que ver con la comunicación vocal de los monos araña”, agregó Ramos Fernández.
Algunas de las vocalizaciones de los monos araña parecen ser utilizadas en muchos contextos distintos, es decir, el individuo que vocaliza puede estar haciendo cualquier actividad y la vocalización es la misma. A partir de un análisis acústico realizado por el grupo de investigación, demostraron que cada individuo emite un sonido particular.
“Los monos viviendo en la selva pierden de vista a sus compañeros cuando ya se alejaron por 20 o 30 metros, por lo que la función de las vocalizaciones más evidente es mantenerse en contacto con los demás monos”, indicó Gabriel Ramos Fernández.
Asimismo, dijo que hasta ahora no han demostrado que el sonido que emiten los monos araña tiene otro significado mas que el de identificación de un individuo, pero los investigadores tampoco lo descartan.
Parte de estas investigaciones ha sido financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a través del Fondo Sectorial Conacyt-Secretaría de Educación (SEP) para la investigación básica.
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.