Ceniaq, investigación científica y tecnológica al servicio de los pacientes quemados
Por Armando Bonilla
Ciudad de México. 18 de mayo de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- Fue el 5 de junio de 2009 cuando México y el mundo se estremecieron por la noticia del incendio en la Guardería ABC, siniestro durante el cual 49 menores perdieron la vida, mientras que 106 más resultaron heridos.
Entre los lesionados, 30 pacientes registrados como graves fueron trasladados a Estados Unidos para recibir atención médica especializada y de alta calidad. Varios años han pasado desde el accidente y muchas cosas se han dicho en torno a él, pero pocos saben que fue esa tragedia uno de los antecedentes de la creación del Centro Nacional de Investigación y Atención de Quemados (Ceniaq).
“El plan inicial propuesto por el doctor Luis Guillermo Ibarra Ibarra consistía en destinar un piso del Instituto Nacional de Rehabilitación Luis Guillermo Ibarra Ibarra (INR LGII) a la atención exclusiva de pacientes con quemaduras graves; no obstante, cuando se suscitó la tragedia de la Guardería ABC, el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa preguntó qué se estaba haciendo en México para la atención de los quemados”, explicó el doctor Mario Vélez Palafox, subdirector del Ceniaq.
El funcionario añadió que fue en ese momento cuando la Secretaría de Salud (SSA) presentó el proyecto del doctor Ibarra al exmandatario, quien tomó la decisión de realizarlo a mayor escala, ante lo cual fue necesario un arduo proceso de investigación, capacitación e implementación.
Las quemaduras, un reto para el sector salud
Para dimensionar la necesidad de contar con un centro como el Ceniaq, es importante recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año las quemaduras ocasionan 265 mil muertes aproximadamente.
El organismo señala también que las lesiones por quemaduras no fatales son una de las principales causas de morbilidad. En ese contexto, el artículo denominado "Tendencia de mortalidad por quemaduras en México, 1979-2009", publicado en la Gaceta Médica de México en 2012, detalla que durante ese mismo periodo se registraron 33 mil 333 muertes por quemaduras.
La publicación resalta que entre 2007 y 2008, el incremento de casos con quemaduras pasó de 109 mil 479 a 114 mil 385. Esta misma publicación estima que 18 por ciento de los casos hospitalizados no lograba sobrevivir, cifra que contrasta notoriamente con 5.4 por ciento registrado en otros países en esos años.
La investigación científica como base de la atención
“Una vez que se acepta el proyecto para la creación del Ceniaq, se desarrollan programas de colaboración con otros países, entre ellos Estados Unidos y Francia, para conocer las unidades de atención de los pacientes quemados y las técnicas de tratamiento de cada uno de estos centros. Asimismo, se instituyen programas académicos para la capacitación especializada del personal médico, enfermería y paramédico para el adecuado manejo de los pacientes quemados en el Shriners Hospital for Children Northern California y UC Davis Medical Center en Sacramento, California, en Estados Unidos”, explicó el doctor Mario Vélez Palafox.
De acuerdo con el subdirector del Ceniaq, todo este proceso por parte de la Secretaría de Salud y el doctor Luis Guillermo Ibarra y su equipo llevó un periodo de cinco años aproximadamente; fue hasta el año 2011 cuando se inauguró el centro.
A la par de la especialización en la atención, se puso énfasis en la parte de la investigación, ya que el doctor Luis Guillermo Ibarra la consideraba fundamental para que México fuera uno de los centros de referencia mundial en atención e investigación de los pacientes quemados, así como en generación de tecnología.
“El nombre del centro está orientado a la investigación, así lo decidió el doctor Ibarra Ibarra para dejar claro que el quehacer científico es parte esencial del centro y que la investigación debe realizarse a la par de la atención de los pacientes quemados, generando nuevas soluciones para el mejor tratamiento de estos pacientes”.
Al respecto, el doctor Vélez Palafox mencionó que en los laboratorios del centro se están desarrollando técnicas de cultivo de múltiples células y aplicación de las mismas de forma innovadora, así como investigación de ciencias básicas, las cuales desea fructifiquen para su posible utilización en la práctica clínica y mejorar así la evolución y tratamiento de los pacientes.
“Hemos hecho énfasis en la comunicación eficiente entre los diferentes servicios para lograr tener un manejo multidisciplinario, lo cual disminuye los tiempos de atención de los pacientes y mejora la coordinación del tratamiento. La coordinación entre las áreas clínicas y las de investigación que hemos desarrollado en el Ceniaq es invaluable, ya que esto nos permite que las dos áreas estén involucradas al mismo tiempo para el tratamiento y la investigación, lo que nos permite poner el tiempo a nuestro favor”, señaló.
Una mirada al Ceniaq
Tras considerar que el Ceniaq es un centro inspirado (tanto a nivel de infraestructura como de especialización médica) en los mejores hospitales de atención a pacientes quemados del mundo, surge la interrogante de cómo está estructurado.
El edificio consta de 10 pisos, cinco de ellos dedicados a la atención de pacientes y el resto a la investigación científica. “En la planta baja se encuentra el servicio de Urgencias, al que nosotros denominamos choque. Este es el lugar donde llegan los pacientes, es decir, es el primer contacto para valorar su estado de salud y decidir si el paciente va a terapia intensiva (agudos) o intermedia (subagudos)”.
En el primer piso se ubican los consultorios de todos los servicios, entre ellos psicología, rehabilitación, cirugía plástica, infectología, nutrición y trabajo social; en el segundo piso se encuentra un espacio dedicado a temas administrativos, así como la cámara hiperbárica con la que cuenta el Ceniaq.
El tercer piso es para terapia intermedia, donde se trata a pacientes que no requieren los manejos de terapia intensiva, pero sí atención especializada y observación en todo momento. En el cuarto piso se encuentran tres quirófanos perfectamente equipados con los estándares más altos de calidad para la atención de este tipo de pacientes.
El quinto piso es exclusivamente para terapia intensiva (agudos), donde debido a las condiciones críticas de estos pacientes se requiere una atención estricta y vigilancia intensiva, ya que estos presentan mayor severidad de las quemaduras y alteraciones en todos sus procesos metabólicos. En el sexto piso están los laboratorios de investigación básica para estudiar procesos metabólicos, genéticos y cambios celulares que presentan los pacientes quemados.
En el séptimo piso se encuentra el área dedicada al único banco de piel en México y los laboratorios de infectología; el octavo piso está reservado para expansión en el momento que los volúmenes de atención se incrementen. El noveno piso está dedicado a laboratorios para el desarrollo de tejidos, mismos que cumplen los más altos estándares mundiales, y por último, en el décimo piso se localiza un helipuerto para la recepción de los pacientes.
Los proyectos de investigación
A cargo del doctor Carlos Pineda Villaseñor, director de Investigación del INR LGII, y de la doctora María Cristina Velasquillo, jefa de servicio, el Ceniaq lleva a cabo diversos proyectos de investigación. Actualmente se enlistan 12 trabajos de investigación exclusivos del Ceniaq orientados a los pacientes quemados y ocho más que están validados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y que se realizan con financiamiento conjunto.
Todos esos proyectos de investigación siguen una ruta crítica específica que arranca con un proceso de planeación muy detallado, enmarcado en las líneas de investigación prioritarias del INR LGII. Todos los protocolos son sometidos a diversos comités para continuar con su aprobación desde el punto de vista científico, metodológico y ético.
Posteriormente se plantea el protocolo de estudio que es enviado al Departamento de Ética y de manera simultánea a la Junta de Investigación; ambas entidades deben aprobarlo, uno para garantizar que cumpla con los lineamientos éticos básicos que garanticen la integridad de los pacientes y el otro para asegurar que se trata de una investigación viable.
Ambos procesos se realizan de manera simultánea, pero si alguno de ellos lo rechaza, el proyecto sencillamente se replantea o incluso se descarta. Y es precisamente tras ambas aprobaciones cuando se valora el tema económico del proyecto para definir si puede ser solventado por el centro o se requiere aplicarlo en alguna convocatoria del Conacyt para realizar un financiamiento mutuo.
Proyectos relevantes
Aun cuando todos los proyectos que en el Ceniaq se realizan son importantes, existen algunos de mayor impacto académico (número de citas que han logrado).
Entre esos proyectos, por ejemplo, se desarrolla actualmente uno que estudia cómo se altera el metabolismo de las células de los pacientes quemados y cómo se altera la genética de las células. Existe, asimismo, otro que busca determinar el impacto a nivel celular de los apósitos con que ya se cuenta para atender a los pacientes, analizando qué reacciones producen estos en las células de los pacientes.
A la par de estos dos trabajos, se realizan protocolos de cicatrización para determinar qué sucede en las cicatrices de los quemados, y con los que se busca entender desde la genética de la cicatriz hasta qué hacer para mejorarlas.
Otro proyecto más, que a consideración del doctor Vélez Palafox podría ser uno de los más ambiciosos del Ceniaq, se enfoca en la creación de un sustituto de piel a través de células del mismo paciente. Dicho proyecto busca crecer sus queratinocitos para después colocarlos en el propio paciente.
Del mismo modo, se cuenta ya con proyectos en fase clínica que obedecen a temas de rehabilitación, investigación quirúrgica, temas de nutrición, terapia intensiva y cuestiones endocrinológicas sobre cómo reaccionan los pacientes ante temas de estrés.
El origen del espíritu de investigación
Aun cuando se trata de proyectos innovadores y de vanguardia que combinan la atención del paciente quemado con la investigación científica y tecnológica, la esencia del Ceniaq tiene su origen en la amplia vocación de investigación dentro del propio INR LGII, así lo explicó en entrevista exclusiva para la Agencia Informativa Conacyt el doctor Carlos Pineda Villaseñor, director de Investigación del instituto.
“La función principal de nuestra Dirección de Investigación es y ha sido, incluso desde antes de que se gestara el Ceniaq, impulsar la investigación en sus diferentes facetas y en sus distintos ámbitos prioritarios, de acuerdo con las necesidades nacionales. Un objetivo fundamental del INR LGII es la investigación y, como tal, esa es la función que desde esta dirección transmitimos al Ceniaq desde que fue fundado”.
Detalló que se ha seguido una ruta de vinculación entre el centro y las diferentes áreas de investigación con que cuenta el INR LGII. “En el instituto, tenemos diversas áreas de investigación como la básica (nivel laboratorio), la clínica (la que se lleva a cabo con los pacientes); además de la investigación epidemiológica y la tecnológica; desde todas estas vertientes trabajamos”.
El gran objetivo de hacerlo así, dijo, radica en la promoción de la medicina traslacional, es decir, básicamente aquella que permite que los productos de la investigación de nivel básico o esos productos derivados de la investigación tecnológica lleguen a resolver necesidades del paciente.
Con miras en ese gran objetivo, el INR LGII cuenta con diversas líneas prioritarias de investigación, mismas que están en su mayoría vinculadas con el quehacer del Ceniaq. Las principales son: osteoporosis y osteoartritis; neurorrehabilitación y neurociencias; bioingeniería y rehabilitación; diseño y producción de órtesis y prótesis; trasplantes de piel y musculoesqueléticos; discapacidad de la audición, voz, deglución y lenguaje; patología de la columna vertebral; trauma y tumores musculoesqueléticos; quemaduras; y actividad física y lesiones deportivas.
“Para optimizar el trabajo en esas áreas e incorporar los objetivos del Ceniaq, hemos tenido que crear nuevos laboratorios, por lo que pasamos de nueve (hace 12 años) a 23 actualmente”.
Finalmente, el doctor Pineda Villaseñor mencionó que para llevar a buen puerto la investigación en el Ceniaq y en el INR LGII es de suma importancia el proceso de comunicación entre las diversas áreas involucradas en el quehacer científico.
“Si los centros de investigación no se comunican entre sí, esto redunda en una limitante importante, es por ello que nosotros fomentamos mucho la comunicación y la colaboración. Cuando se crea un proyecto de investigación y se propone a una instancia financiadora, como el Conacyt, por ejemplo, proponemos también la colaboración inter e intrainstitucional, que es fundamental para el éxito de un proyecto”.
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