Panorama del paludismo en México
Por Hugo Valencia Juliao
Ciudad de México. 27 de abril de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- El Día Mundial del Paludismo se conmemora cada 25 de abril desde el 2008, cuando la Asamblea Mundial de la Salud estableció este día como recordatorio de la agenda inconclusa alrededor de esta enfermedad que afecta a muchos países en todo el mundo, entre los que se encuentra México.
En el país, la enfermedad está latente en varias entidades principalmente al sur y occidente, siendo los estados de Oaxaca y Chiapas los más afectados por los mosquitos del género Anopheles, transmisores del virus. En este contexto, el doctor Rafael Ojeda Flores, del Grupo de Ecología de Enfermedades de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explicó en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt la situación de la malaria humana en el país.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cuál es el panorama del paludismo en México?
Rafael Ojeda Flores (ROF): En todo el mundo, varias enfermedades transmitidas por vector han surgido en los últimos 20 años en nuevas áreas geográficas o han reemergido en áreas anteriormente afectadas. De entre estas, podemos destacar aquellas que son transmitidas por mosquitos o culícidos, mismos que se distribuyen en todo el planeta, de los cuales se han caracterizado miles de especies y se asocian a múltiples parásitos. Ante la atención mediática de ciertos virus transmitidos por culícidos como Zika, dengue o chikungunya, se puede tener una sensación errónea sobre el bajo riesgo que representan otras enfermedades como las causadas por protozoarios, como la malaria. La malaria es una enfermedad que afecta a todos los vertebrados, es decir, reptiles, aves y mamíferos. La malaria humana, también conocida como paludismo, es una enfermedad causada por protozoarios del género Plasmodium.
Hay cinco especies de Plasmodium que causan el paludismo, aunque dos son las más importantes. En México, P. vivax y P. falciparum son las responsables de la mayoría de los casos registrados, con casos esporádicos de infecciones mixtas por estas dos especies. Los casos que se reportan en el país son debidos, casi exclusivamente, a P. vivax.
El paludismo es endémico en gran parte de África, el sur de Asia y América Latina, incluyendo a México. En el mundo, cada año se presentan entre 350 y 500 millones de casos clínicos de malaria humana que generan alrededor de un millón de muertes. En América, hay cerca de 500 millones de habitantes en los 21 países reportados con paludismo —incluyendo México—, de los cuales alrededor de 220 millones, es decir, casi la mitad, viven en zonas expuestas a algún riesgo de transmisión y cerca de 100 millones de personas habitan en zonas con riesgo de moderado a alto.
En México, se estima que un tercio de la población vive en áreas donde puede darse la transmisión de malaria (alrededor de 40 millones). La malaria se suele considerar una enfermedad del tercer mundo, pues se asocia fuertemente con áreas rurales y con la pobreza. Según la Secretaría de Salud, la transmisión del paludismo se ubica en diez entidades federativas: cuatro del sureste: Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo y Tabasco, y seis del noroeste: Chihuahua, Durango, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora. Solamente el estado de Tlaxcala ha recibido la certificación como estado libre de transmisión, y entidades restantes se encuentran bajo el proceso de certificación.
Los casos de paludismo se encuentran focalizados geográficamente y sus características epidemiológicas se modifican debido a variaciones en las formas en que los seres humanos, los vectores y los parásitos se han adaptado a los diversos ambientes ecológicos y a las modificaciones de estos.
AIC: ¿En qué condiciones del país se puede desarrollar el mosquito transmisor?
ROF: Las características de la dinámica de transmisión y de la manifestación clínica de la enfermedad por paludismo varían entre regiones, incluso en un mismo país. Dependen de la especie del parásito, de sus propiedades, de los hospederos involucrados y, evidentemente, de las características de los vectores (mosquitos del género Anopheles).
El género Anopheles agrupa cerca de 400 especies de mosquitos, incluyendo las 85 especies transmisoras del agente causal del paludismo humano. Los inventarios faunísticos de anofelinos mexicanos publicados por diferentes autores presentan inconsistencias en cuanto al número y los nombres de las especies. Sin embargo, la diversidad biológica de este grupo de artrópodos en nuestro país está alrededor de las 30 especies.
En México, tienen importancia médica principalmente las especies de mosquitos: An. pseudopunctipennis, An. albimanus, An. vestitipennis, An. darlingi y An. punctimacula. Estos mosquitos se crían en agua dulce de poca profundidad como ríos, lagunas, charcos, en estanques pantanosos y bordes de los cursos de agua en movimiento.
Anopheles albimanus se distribuye sobre las zonas costeras con elevaciones menores a 100 metros, donde sus poblaciones son abundantes durante la temporada de lluvias; Anopheles pseudopunctipennis presenta una amplia distribución en las regiones montañosas localizadas sobre altitudes de 200 a dos mil metros, esta especie incrementa sus poblaciones a lo largo de la temporada seca, y Anopheles vestitipennis es nativo de la selva lacandona y el sur de Chiapas.
Es muy importante considerar las condiciones ecológicas que intervienen en la transmisión de los parásitos y los factores socioeconómicos como la pobreza, así como las condiciones de los servicios de atención de salud y prevención. Se pueden producir brotes de paludismo cuando el clima y otras condiciones favorecen súbitamente la transmisión, como desastres naturales y la movilización de personas como refugiados o los trabajadores migrantes.
AIC: ¿Cuáles han sido los resultados de las campañas para la erradicación del paludismo en el país?
ROF: En abril de 2006, se publicaron los criterios para la certificación de áreas geográficas que han logrado la eliminación de la transmisión del paludismo. Dicha certificación se otorgará a los estados que no hayan presentado un caso de malaria endémica durante al menos tres años y en las que se cuente con un sistema de vigilancia epidemiológica y un programa de eliminación de criaderos de anofelinos efectivo y permanente. Con estas medidas se ha logrado reducir la incidencia de la enfermedad y se estima que se han disminuido las poblaciones de los mosquitos vectores.
Para obtener la certificación de la eliminación de la transmisión del paludismo en los estados, se requiere de vigilancia continua de los vectores. Por estas razones, se requieren estudios que proporcionen la información necesaria para la identificación de las especies, así como de la distribución geográfica y el potencial de los anofelinos de incrementar sus poblaciones. Es muy importante considerar que muchos estados de la república cuentan con las condiciones adecuadas para la propagación de la enfermedad, por lo que se requiere una vigilancia constante, tanto epidemiológica como entomológica.
La OMS recomienda una serie de intervenciones preventivas, entre las que se encuentran los mosquiteros tratados con insecticidas, el rociado del interior de las paredes de las viviendas con insecticidas y el tratamiento profiláctico de los grupos más vulnerables: las embarazadas, los lactantes y los menores de cinco años.
Aunque las medidas de control en las áreas de transmisión de malaria en México son comúnmente exitosas, se debe tener en cuenta que las condiciones climáticas de temperatura, humedad y la elevada migración de la población humana hacen que en muchos estados sin casos reportados recientemente se pudiera dar la transmisión de la enfermedad.
AIC: ¿Por qué se da una concentración de mosquitos transmisores después de desastres naturales?
ROF: Por un lado, la modificación de los ecosistemas debida a desastres naturales puede generar cambios importantes sobre la diversidad y distribución geográfica de los mosquitos del género Anopheles. Las modificaciones ambientales alterarán la riqueza y abundancia de las especies de culícidos en general. Por otro lado, se pueden producir brotes de paludismo asociados a desastres naturales porque estos suelen alterar diversos factores socioeconómicos como movilización de personas que buscan refugio o suministros básicos. Los desastres naturales alteran sustancialmente la dinámica de los grupos sociales, sobre todo de los más vulnerables, los ligados a la pobreza, así como el acceso a los servicios de prevención y atención de salud.
AIC: ¿Cuál es la investigación que se está llevando a cabo en México para lograr alternativas que permitan contribuir a la erradicación del paludismo?
ROF: Es importante considerar que las poblaciones de insectos no son estables a lo largo del tiempo, presentan variaciones en su distribución y abundancia. Además, los cambios en el paisaje de origen antropogénico, como destrucción de hábitats naturales, colonización humana de nuevas zonas y nuevos asentamientos, pueden generar cambios importantes en esta distribución y abundancia de las poblaciones de vectores. Es necesario estudiar muchos factores que componen toda una red increíblemente compleja entre factores biológicos ligados al ecosistema, es decir, la estructura de los hospederos, la dinámica de los vectores, las diferentes asociaciones entre parásitos, culícidos, hospederos animales, incluido el ser humano, y factores socioeconómicos que caracterizan a los grupos humanos. Afortunadamente existen diversos grupos de investigación en todo el país que están realizando estudios de carácter socioecosistémico para entender esta complejidad.
Otros investigadores están dedicados a evaluar, actualizar y analizar la composición faunística de mosquitos y la distribución geográfica actual. Esto con la intención de determinar las áreas de riesgo en función de la presencia de los mosquitos vectores y su asociación con el tipo de paisaje o los cambios en este.
Por otro lado, se está haciendo uso de herramientas de modelación espacial y de avances e innovaciones tecnológicas en nuevos instrumentos, en particular nuevas intervenciones para el control de los vectores ligadas a manipulación genética de las especies de parásitos y mosquitos, al uso de controles biológicos involucrando biotecnología dirigida con bacterias y también existen esfuerzos para la generación de posibles vacunas.
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