Lo que una embarazada debe saber del Zika
Por Carmen Báez
Ciudad de México. 7 de diciembre de 2017 (Agencia Informativa Conacyt).- En el año de 2015, las autoridades sanitarias de salud de Brasil reportaron la propagación del virus del Zika en ese país, fenómeno que estuvo acompañado del incremento inusual del número de niños que nacieron con microcefalia, por lo que el vínculo entre el virus y el nacimiento de niños con cabezas usualmente pequeñas había comenzado a establecerse.
Hoy, la relación entre la infección por el virus del Zika en mujeres embarazadas y la microcefalia en los bebés es más que evidente. De acuerdo con la doctora Carmen D. Zorrilla, investigadora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Puerto Rico, la preocupación por el fenómeno viral está estrechamente ligado con los efectos que este puede ocasionar al feto y a los bebés afectados con el virus antes del nacimiento.
Además de la microcefalia, los problemas relacionados con el síndrome congénito del Zika también incluyen daño a las articulaciones (artrogriposis), problemas musculoesqueléticos, de crecimiento, defectos oculares y problemas de audición. “Vemos que aunque los bebés no tienen microcefalia, pueden presentar calcificaciones en el cerebro, entre otros defectos”.
Durante su participación en el Foro México-Estados Unidos sobre Enfermedades Arbovirales, que se llevó a cabo en las instalaciones del Consejo Consultivo de Ciencias, Carmen D. Zorrilla indicó que las anormalidades en el feto por la infección se dan en un mayor porcentaje en el primer trimestre del embarazo, “pero si el feto no presentara anormalidades durante el primer trimestre, no está libre de la infección o el daño que pudiera tener”.
De acuerdo con la especialista, aun cuando el bebé nace de tamaño normal y aparentemente sin ningún problema asociado con el síndrome congénito del Zika, no debe descartarse la infección, pues las consecuencias de esta podrían manifestarse más adelante.
“El hecho de que el bebé haya nacido con tamaño normal no significa que esté libre de la infección. Es preocupante porque no se trata solo del nacimiento, puede existir un aspecto de la enfermedad por el que deberá tener un seguimiento a largo plazo, esto para ver que este virus neurotrópico no esté afectando otras áreas”, dijo la especialista.
Como referencia, existen 13 casos de mujeres embarazadas que dieron a luz a bebés con cabezas de tamaño normal, pero a los seis meses de edad desarrollaron microcefalia, “algo ocurre en esos cerebros que dejan de crecer y en algún momento los bebés presentaron microcefalia. Esto es algo que no se había registrado”.
Investigación interinstitucional
A decir de la especialista, los países que han reportado casos de microcefalia asociados con el virus del Zika presentan manifestaciones diferentes, aspectos en los que podrían estar involucrados factores genéticos y ambientales, “quizás hay virus más agresivos en algunos países específicos, son cosas que debemos entender y conocer. Pueden existir factores múltiples que estén influyendo”.
Parte de este fenómeno quiere ser entendido por la comunidad científica, por lo que en 2016 los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos y la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) iniciaron el proyecto Zika en bebés y embarazo (ZIP Study, por su nombre en inglés), con la intención de evaluar la magnitud de los riesgos para la salud que la infección por el virus del Zika representa en las mujeres embarazadas y sus fetos.
El proyecto busca reclutar a 100 mil mujeres embarazadas de diferentes países y dar seguimiento en un periodo de un año. Hasta ahora las naciones participantes son Puerto Rico, Colombia, Brasil, Nicaragua, Guatemala y Perú. “La contribución científica del proyecto incluye un enfoque en la prevalencia del problema en el embarazo, la historia natural del embarazo con Zika o sin Zika (…) Queremos hacer algo para incluir a pacientes mexicanas para tener una cohorte de mujeres embarazadas de México”, expresó Carmen D. Zorrilla, investigadora que participa en el proyecto en representación de Puerto Rico.
¿Cómo identificar la infección?
En contraste con otras infecciones causadas por el mosquito Aedes aegypti como el dengue, en la que se presentan síntomas como fiebre alta, dolor muscular y dolencia severa en las articulaciones, los indicios más comunes de la infección por Zika son erupciones en la piel, conjuntivitis y fiebre leve; sin embargo, 80 por ciento de los afectados no presenta síntomas.
Respecto a ello, la doctora Carmen D. Zorrilla exhorta a la población en riesgo a prestar atención en los síntomas y hacer uso de repelentes. Para el caso de las mujeres en periodo de gestación, recomienda las pruebas de diagnóstico (sangre y orina) en las que se utiliza la técnica de PCR para identificar partículas del ADN del virus, aun cuando no experimentan síntomas.
“Usualmente estas pruebas son positivas las primeras dos semanas de la infección. Las embarazadas que viven en lugares donde se presentan casos de Zika deben hacerse la prueba cada trimestre, aun cuando no experimenten síntomas. Tener el acceso al diagnóstico es importante para que una mujer embarazada pueda saber si ha estado expuesta al virus”.
Para la investigadora, una de las aspiraciones en materia científica y sanitaria es erradicar el virus del Zika, pero podría tratarse de una tarea que no sucederá ya que el vector que lo transmite (Aedes aegypti) es una especie milenaria. Ante el fenómeno, uno de los principales retos científicos es desarrollar una prueba comercial para la identificación de la infección, así como tratamientos para proteger a la población de la infección viral.
“No tenemos pruebas claras que nos ayuden a identificar de forma rápida las infecciones durante el embarazo. Una de las metas científicas es contar con pruebas comerciales para poder aplicarlas a millones de personas. Sería muy importante poder erradicar el virus del Zika, pero puede que nunca lo logremos y vamos a tener que convivir con este vector. Hay que asegurarnos de tener maneras de proteger a la población ya sea con estudios, intervenciones, tratamientos y vacunas lo más rápido posible. Sé que hay muchas cuestiones éticas involucradas en la investigación clínica, pero necesitamos que la ciencia avance más rápido porque queremos proteger a las próximas generaciones de niños, no solo en Brasil, México y Estados Unidos, en todo el mundo”.
Formas de transmisión
El virus del Zika se transmite principalmente por la picadura del mosquito Aedes Aegypti infectado, pero existen otras formas de transmisión: por transfusión sanguínea y por vía sexual, en esta última se sabe que “las partículas del virus pueden vivir en el semen de un hombre hasta por seis meses, no sabemos si por seis meses el varón transmite la infección”.
El complejo fenómeno que representó la epidemia del virus y sus formas de contagio en 2016, también llevó a los científicos y especialistas a preguntarse si el síndrome congénito por el virus del Zika podría transmitirse a través de la lactancia.
“Por ahora desconocemos si la leche materna puede transmitir una infección aguda. En el caso de mamás con Zika que han estado lactando, son quienes se infectaron estando cerca del momento del parto, estaban lactando y a los bebés les dio Zika, pero no sabemos si en el embarazo tardío los bebés se infectaron o fue a través de la lactancia”, concluyó.
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