Glaucoma, esa silenciosa enfermedad
Por Aketzalli González
Ciudad de México. 4 de abril de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- El glaucoma es una enfermedad silenciosa. Daña las fibras del nervio óptico provocando pérdida gradual de la visión, sin el tratamiento oportuno causa ceguera irreversible.
El Colegio Mexicano de Glaucoma (CMG) ofrece cursos de alta especialidad a oftalmólogos generales, sesiones mensuales y publica libros relacionados con terapias y detección oportuna del glaucoma.
“Somos un grupo de setenta médicos oftalmólogos especialistas en glaucoma. Años anteriores formamos campañas de detección de glaucoma. Este año difundimos información en medios masivos como en televisión, radio y prensa escrita para que la población acuda a una exploración y revisión oportuna”, comentó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt la doctora Laura Ramírez Godínez, presidenta del CMG.
El Consejo Internacional de Oftalmología (ICO, por sus siglas en inglés) cataloga el glaucoma como la segunda causa de ceguera en el mundo y en nuestro país. La doctora Laura Ramírez advierte que en el mundo existen 66.5 millones de personas diagnosticadas con glaucoma y para 2020 el número ascenderá a 112 millones. Además se estima que existen siete millones de personas ciegas por glaucoma.
“En México no tenemos ningún estudio de prevalencia o incidencia; sin embargo, hay dos estudios que se hicieron en Estados Unidos en población latina: el estudio Latino de Los Ángeles y Proyecto VER. Los estudios demostraron que la prevalencia de glaucoma en pacientes latinos, y específicamente en pacientes mexicanos, es mayor a la población blanca. La prevalencia del glaucoma en general puede ser de dos a cuatro por ciento y aumenta ocho por ciento en pacientes con más de sesenta años”.
¿Qué es el glaucoma?
La especialista Laura Ramírez tiene más de quince años atendiendo pacientes con glaucoma. En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, explicó que el aumento de la presión intraocular (PIO) alta daña las fibras del nervio óptico. Esto provoca la pérdida gradual del campo visual, por tal razón se le conoce como “el ladrón de la vista”.
“El nervio óptico es una estructura que tenemos en la función más interna de nuestro ojo y recolecta la información de las neuronas que tiene la retina, llamadas células ganglionares”.
Añadió que las células están compuestas por axones que se extienden a través del nervio óptico hacia la parte posterior de nuestro cerebro. Cuando tenemos aumento de la presión intraocular se dañan las células ganglionares y sus fibras nerviosas.
¿Por qué aumenta la presión intraocular?
Conocer la estructura del ojo permite entender el aumento de presión intraocular provocado por un líquido transparente llamado líquido intraocular o humor acuoso, producido en el cuerpo ciliar del ojo. El segmento anterior del ojo es el que estará lleno del líquido intraocular.
Por otro lado, el cristalino, que enfoca la luz en la retina, se encontrará en la parte posterior del ojo. Las fibras nerviosas de la retina llevan la luz y las imágenes al cerebro por medio del nervio óptico. Este líquido sale del ojo a través de la pupila para ser absorbido hacia el torrente sanguíneo mediante el sistema de drenaje del ojo, que se encuentra alrededor del borde externo del iris.
Sin embargo, la especialista aclaró que el aumento de la presión intraocular ocurre después de los 40 años; aunque menor prevalencia es detectada en jóvenes y niños.
“El humor acuoso es un líquido que se produce en el interior del ojo por los procesos ciliares, y su función es nutrir y oxigenar las partes internas del ojo. El drenaje del humor acuoso es a través del aparato de filtración que se llama trabéculo. Con la edad, o por la predisposición de los factores de riesgo, el trabéculo se vuelve ineficiente, lo que conlleva al aumento de la presión ocular”.
Factores de riesgo
La existencia de glaucoma varía entre la población mundial. Datos del ICO demuestran que los países occidentales y de América Latina tienen más riesgo de padecer glaucoma de ángulo abierto, en contraste con Asia Oriental, donde la pérdida de visión por glaucoma de ángulo cerrado es más común.
Puede determinarse que parte de los factores de riesgo para tener glaucoma son el aumento de la presión intraocular, antecedentes familiares con glaucoma, pertenecer a ciertos grupos étnicos como afroamericanos o hispanos, padecer miopía y algunos otros factores como diabetes, hipertensión arterial y enfermedades circulatorias.
Sin embargo, los casos más comunes son en personas mayores de cuarenta años, ya que a esa edad la presión intraocular tiende a subir, por lo que debemos atendernos ante cualquier anomalía.
Detección temprana
Al no presentar síntomas iniciales, el glaucoma actúa como una enfermedad silenciosa, es asintomática. Por tal razón, la Fundación de Investigación del Glaucoma (GRF, por sus siglas en inglés) recomienda que las personas con alto riesgo de desarrollarlo se realicen un examen de la vista con las pupilas dilatadas cada uno o dos años.
“La mejor herramienta para evitar la ceguera por glaucoma es un diagnóstico oportuno. Se recomienda que vayamos a una revisión oftalmológica una vez al año después de los 40 años. La revisión no es molesta, es rápida y no duele. Es muy importante que la haga un oftalmólogo”, indicó la doctora Laura Ramírez.
La revisión consiste en la medición de la presión del ojo, observando la parte anterior y posterior de este. La experta aclaró que si el oftalmólogo observa algún hallazgo clínico pedirá algunos estudios de apoyo, como un análisis del campo visual y una tomografía del nervio óptico para cuantificar cuántas fibras nerviosas hay en nuestro nervio.
Tratamiento oportuno
Cuando un especialista detecta la enfermedad a tiempo, el tratamiento consiste en gotas oftálmicas, que bajan la presión intraocular.
“Generalmente estos tratamientos son cómodos, con pocos efectos secundarios. Muchos pacientes pueden estar bien controlados con este tipo de medicamentos por un periodo de tiempo largo”, declaró la presidenta del CMG.
Sin embargo, aclaró que algunos pacientes con glaucoma más avanzado no responden al tratamiento con gotas, por lo cual el especialista aplicará una terapia láser llamada trabeculoplastia láser selectiva, para permeabilizar la zona de drenaje y reducir la presión en los ojos. La terapia láser no tiene efectos colaterales.
“La cirugía se propone a pacientes que no han respondido al láser ni a gotas. Para los pacientes con glaucoma muy avanzado y presión intraocular muy elevada, es necesario un manejo más drástico. Todas estas herramientas son para bajar la presión intraocular, no para curar el glaucoma”.
“Es muy importante la detección oportuna. La palabra glaucoma no debe provocarnos miedo, si hacemos un diagnóstico temprano, lo más seguro es que el paciente conserve su visión, siempre cuando se atienda oportunamente, se aplique su medicamento y siga las indicaciones de su médico”, concluyó la especialista.
El glaucoma se refiere a un grupo de enfermedades de las cuales el daño al nervio óptico es la patología que conduce a la pérdida de visión. Los tipos más comunes de glaucoma son el de ángulo abierto y ángulo cerrado. ¿Quién puede tener glaucoma? • Personas mayores de cuarenta años • Personas con familiares que padecieron glaucoma • Personas con miopía • Personas con diabetes • Personas con córnea central delgada Síntomas: irritación ocular, dolor ocular, lagrimeo, dolor de cabeza o en la nuca, vista borrosa, náusea o vómitos. Para más información del Colegio Mexicano de Glaucoma, consultar este enlace. |
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