¿Por qué le temes a la vasectomía?
Por Amapola Nava
Ciudad de México. 24 de octubre de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- “Condones, dispositivo intrauterino (DIU), parches, inyección, píldoras, me los explicaron todos, pero fue hasta el final cuando me hablaron sobre la vasectomía, y me hicieron el comentario: pero ese método no es para ti, porque eres muy joven y todavía no tienes hijos. Yo en ese momento pensé, ¿y por qué no?, tal vez no quiero tener hijos”.
Pepe Salcedo tenía 20 años cuando fue a una clínica del Seguro Social en Ensenada, Baja California, estaba decidido a tomar el futuro en sus manos. El joven quería ejercer su sexualidad de manera responsable y cuando le mencionaron la vasectomía como un método anticonceptivo, no se escandalizó. En esas épocas, un conocido suyo, que rebasaba los 40 años y era casado, pero nunca tuvo hijos, se había hecho la vasectomía, y analizando el caso, Pepe pensó que si esa persona se hubiera operado cuando era joven se habría quitado de muchos problemas. En ese momento, Pepe Salcedo comenzó a analizar la opción de la vasectomía para él mismo y un año después, a los 21, se operó.
“Cuando sale el tema de que me operé, porque lo platico abiertamente, las personas me dicen: '¡Pero estabas súper joven para hacerte la vasectomía!'. Pues claro, ¿y cuántas personas están súper jóvenes para tener un hijo a esa edad y nadie les dice nada?”.
En realidad, cuando Pepe Salcedo se operó no estaba completamente seguro de que no quería tener hijos, pero pensó que si en el futuro deseaba tenerlos, podría recurrir a otros métodos, podría adoptar o incluso optar por técnicas de reproducción asistida. Para él, realizarse la vasectomía y batallar un poco más si en el futuro deseaba tener hijos, era mucho más responsable que arriesgarse a traer al mundo a un hijo no planeado.
Después de 11 años de su operación, siente una profunda satisfacción personal por haber tomado una decisión que protege su futuro y el futuro de las personas a su alrededor y porque considera que una decisión estructurada eliminó la posibilidad de que el curso de su vida cambie por el azar o por malas decisiones, por “decisiones del momento”.
Pero son pocos los mexicanos que piensan como Pepe o, más bien, que toman una decisión como la suya. Las razones son varias, pero algunos investigadores creen que en parte se debe a que muchos mexicanos opinan que la responsabilidad de preocuparse por los métodos anticonceptivos es de la mujer, que es quien se embaraza. Incluso, la mayoría de las opciones de anticoncepción en el mercado está dirigida a las mujeres, existen múltiples anticonceptivos femeninos, pero masculinos solo existen dos, el condón y la vasectomía.
De hecho, la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid), que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y que tiene entre sus objetivos obtener estadísticas sobre fecundidad en México, solo recaba información del uso de anticonceptivos en las mujeres. Entonces, entre los datos que recolecta se encuentra el porcentaje de “usuarias de la vasectomía”, que se refiere al número de mujeres que mantienen relaciones sexuales con hombres que se han realizado la vasectomía, pero la encuesta no incluye el número de hombres que se han realizado la vasectomía.
Según esta encuesta, en 2014, 2.7 mujeres de entre 15 y 49 años eran “usuarias de la vasectomía” como método anticonceptivo, mientras que 48.6 mujeres eran usuarias de la oclusión tubaria bilateral (OTB), también conocida como ligadura de trompas. Es decir, la mitad de las mujeres en edad reproductiva había aceptado la esterilización, mientras que solo tres de cada 100 mujeres tenían una pareja que había aceptado este método.
Esto sucede a pesar de que la vasectomía es una operación mucho más fácil de realizar, más segura y menos invasiva que la ligadura de trompas, explica María Luisa Marván Garduño, investigadora del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad Veracruzana (UV), en un artículo publicado en la revista American Journal of Men's Health.
Rechazo y miedo a la vasectomía
Para conocer algunas de las causas de la baja frecuencia de vasectomías en México, la doctora María Luis Marván inició un estudio en el que pidió a 115 hombres de la ciudad de Xalapa, Veracruz, mayores de 35 años y que no tuvieran la vasectomía, que completaran la frase “Si usted ya no deseara tener hijos y le sugirieran que se realizara la vasectomía, usted reaccionaría con___”.
Lo que encontró es que existe una diferencia en las respuestas de los encuestados según su nivel educativo. Las personas con más de nueve años de educación formal, que equivalen a la secundaria terminada, respondieron en mayor medida que sentirían curiosidad, aceptación e interés si les ofrecían la vasectomía como un método anticonceptivo, pero los participantes con un nivel menor de educación eligieron las palabras rechazo, miedo y enojo. Aun así, en los dos grupos existieron opiniones negativas hacia la vasectomía.
De hecho, María Luis Marván ya había encontrado en otro estudio que realizó sobre el tema que los mexicanos expresaban sentimientos de miedo ante la vasectomía, en específico hacia la cirugía, sobre todo los de menor nivel educativo.
“En mi experiencia no fue para nada doloroso, ni el rasurado, ni las inyecciones de anestesia ni la cirugía en sí, que implica el corte de los conductos. Tampoco en las dos semanas siguientes de recuperación, en ningún momento sentí un dolor o una molestia mayor a la de una limpieza en el dentista. Creo que hasta prefiero volver a hacerme la vasectomía que ir a limpieza con el dentista”, recuerda con humor Pepe Salcedo.
Otra de las causas de rechazo a la vasectomía, por miedo o por desconocimiento, es que las personas creen que perderán la capacidad sexual o que dejarán de eyacular.
¿Y los orgasmos qué?
La vasectomía es una operación para cortar los conductos deferentes, que son los conductos que llevan los espermatozoides de los testículos a la uretra, donde son expulsados. Pero los espermatozoides no son lo mismo que el semen, de hecho, los espermatozoides representan solamente entre uno y cinco por ciento del semen. La otra parte está compuesta por el fluido que transporta a los espermatozoides.
Este fluido se produce en un lugar diferente al lugar donde se producen los espermatozoides — 60 por ciento se produce en las glándulas seminales y 30 por ciento en la próstata— y no es hasta el momento de la eyaculación cuando estos líquidos se mezclan con los espermatozoides y se forma el semen completo. Lo que la vasectomía hace es bloquear el conducto que reúne los espermatozoides con los otros fluidos, así que la eyaculación del hombre queda inalterada.
“Las personas no pueden notar una diferencia real ni en la consistencia, ni en el sabor ni en el aspecto del semen eyaculado. Tampoco varía el tipo de orgasmo que tiene el hombre, ni el tipo de eyaculación que se ve”, comenta Pepe Salcedo cuando explica su experiencia.
Por otro lado, la vasectomía no afecta ninguna función hormonal en los hombres, y son las hormonas las que regulan la conducta sexual. Esto quiere decir que la operación no reduce la lívido ni la potencia o el deseo sexual.
“El apetito sexual es el mismo o más, porque sabes que estás protegido. Independientemente de la vasectomía, yo no he notado ninguna disminución, y desde el punto de vista biológico es todo hormonal y la cirugía no afecta esa parte, o sea, la vasectomía solo interrumpe los conductos, esa es la parte que la gente no entiende. Hay gente que piensa que la vasectomía es retirar los testículos, pero en realidad es separar los conductos que conectan la fábrica de los espermatozoides”.
Pepe Salcedo opina que no debería negársele a los hombres la explicación biológica y piensa que si se le explicara a las personas cómo funciona la operación, desde el punto de vista fisiológico, habría muchas menos creencias falsas.
La vasectomía y el machismo
Pero no todo está en la educación biológica, considera María Luis Marván. En un artículo que publicó en la revista Psychology of Men & Masculinity, junto con la investigadora Dianeth Hernández Aguilera, también encontró que algunos hombres creen que la vasectomía afectará de manera negativa su vida sexual, pero no solo por desconocimiento del procedimiento, también por cuestiones culturales. Lo que encontró fue una relación entre las actitudes machistas y las actitudes de las personas hacia la vasectomía.
“Encontramos que para algunas personas la vasectomía está en contra de su reputación, de su reputación de hombre, pues no podrá tener los hijos que él quiera o no podrá darle hijos a una mujer con la que tenga relaciones fuera del matrimonio”.
Las investigadoras encontraron que entre más de acuerdo estaba una persona con situaciones de subordinación femenina tenía más probabilidad de expresar una actitud negativa hacia la vasectomía.
“Por ejemplo, todos aquellos que piensan que la mujer fue hecha para tener hijos decían: 'Pues que ella se cuide'. Y cuando les preguntábamos: '¿Pero no es un problema de la pareja?'. 'No, es problema de la mujer'”.
Estos resultados dicen que en una cultura con rasgos machistas, la mujer debe negociar sobre los asuntos de planificación familiar desde una posición de desventaja, pues tiene una posición de poder menor que su pareja.
En México y en diferentes partes del mundo, el rechazo hacia la vasectomía es mayor entre las personas con menor nivel educativo. Yo considero que hace falta mucha educación, para que la gente sepa que la vasectomía es una operación sencilla y ambulatoria, uno va y regresa a su casa el mismo día, además es gratuita y mucho más sencilla que la operación en una mujer, dice María Luis Marván.
“Ahora, yo creo que hay que educar, pero no solamente eso, porque hay gente que sabe que es gratuita, que es mucho más sencilla como operación que la ligadura, pero es más complejo, porque el rechazo tiene mucho que ver con las creencias del rol de género, que suponen que la concepción solo es problema de la mujer. ¿Cómo atacar eso?, no es cuestión de información, es una cuestión cultural”.
Aunque la psicóloga señala que poco a poco ha habido adelantos en el involucramiento de los hombres en cuestiones de salud reproductiva.
La educación y la vasectomía
Hoy, Pepe Salcedo está seguro de que no quiere tener hijos, y cuando alguien le increpa diciendo que si encuentra a su pareja ideal él no podrá darle hijos, él responde que si una mujer quiere hijos por sobre todas las cosas, entonces no es su pareja ideal.
“A mí me encantaría ver que la posibilidad de decidir si queremos ser papás o no se discutiera en nuestra educación desde muy jóvenes, de la misma forma en que se nos invita a reflexionar sobre si nos gustaría ser abogado, dentista, bombero o policía. Desde muy pequeños podríamos aprender lo que significa ser padres y saber que considerar la posibilidad de no tener hijos también es correcta, es permisible y es un derecho”.
Pepe Salcedo solo conoce a otras dos personas que se hicieron la vasectomía antes de los 30 años y sin haber tenido hijos, ninguno es mexicano. Para él, la vasectomía no tendría por qué ser un tabú en el país y debería ofrecérsele a las personas en cualquier momento de su vida, porque les permite protegerse y proteger a sus parejas estables de otros métodos anticonceptivos mucho más dañinos.
“Lo primero que la gente me dice cuando se toca el tema de que me hice la vasectomía a la edad que me la hice es: 'Pero es reversible, ¿no?, ¿es un problema que puedes solucionar?'. Cuando en realidad no tendrían por qué pensar que es un problema, sino un camino que se elige”.
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