Diseñan cabinas para detectar sordera en menores
Por Israel Pérez
Santiago de Querétaro, Querétaro. 25 de marzo de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Con el objetivo de ofrecer una herramienta tecnológica que permita un diagnóstico oportuno de sordera en neonatos, especialistas de las áreas de mecatrónica, electrónica e instrumentación de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) diseñan cabinas para realizar tamices auditivos.
El coordinador de la ingeniería en automatización de la UAQ, Juvenal Rodríguez Reséndiz, informó que esta tecnología se compone de un procesador digital de estimulación neuronal que permite identificar si el neonato es capaz de percibir sonidos.
“Lo que realiza este aparato es el procesamiento de una señal en un dispositivo reconfigurable, que es una pastilla de silicio, donde se introduce un algoritmo que pueda detectar las frecuencias a las cuales se está estimulando al bebé. Se manda una señal a su oído que estimula neuronas y ciertas áreas de la corteza cerebral, después se recogen estas señales y se mandan al equipo de procesador digital, donde ya se puede registrar con certeza si respondió el sistema auditivo del bebé. Existen diferentes potenciales neuronales, entre ellos los evocados auditivos de estado estable; en esos potenciales, que prácticamente son señales minúsculas de voltaje, se puede mandar un estímulo auditivo al bebé, quien obviamente no nos dirá con palabras si escucha o no, pero sí con su actividad cerebral”, subrayó.
Rodríguez Reséndiz destacó que este proyecto es un trabajo interdisciplinario en el que participaron especialistas de las áreas de psicología y medicina, así como de ingeniería en automatización con línea terminal en mecatrónica, instrumentación y control de procesos, electrónica y sistemas embebidos, ingeniería biomédica, ingeniería industrial y manufactura, diseño industrial de la UAQ, así como de la Unidad de Neurodesarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), campus Juriquilla, que además está apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
“El proyecto está siendo financiado por el Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Conacyt y por el Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (Foper). Estamos proyectando una inversión aproximada de medio millón de pesos. El trabajo interinstitucional lo estamos realizando con el Instituto de Neurobiología de la UNAM porque precisamente ellos ya tienen avances importantes en lo que se refiere al equipo, por eso nos acercamos a los doctores Jorge Francisco Bosch y Héctor Belmont Tamayo, que trabajan la parte de biomecánica y nos apoyan con la estructuración de cabinas para las pruebas de los infantes. El objetivo final es desarrollar una cabina completa, con registros de propiedad intelectual, que pueda ofrecerse a hospitales; buscamos que las cabinas sean portables para poderlas llevar a zonas de difícil acceso y de bajos ingresos que pudieran hacer su tamiz no solamente aquí en la ciudad sino fuera de aquí, de la metrópoli”, puntualizó.
Interfaz cerebro-máquina
Al respecto, el estudiante del doctorado en ciencias de la computación, César Javier Ortiz, destacó que para este proyecto se está trabajando en un sistema de interfaz cerebro-máquina (BCI, por sus siglas en inglés) que, dijo, es una tecnología enfocada en dispositivos biomecánicos, como prótesis o silla de ruedas.
“Lo que a mí me compete es la parte del procesamiento de las señales cerebrales porque tenemos el problema de que vienen con mucho ruido que debemos filtrar, y para eso contamos con muchas herramientas. Todo este procesamiento digital de señales lo estamos trabajando, tanto en redes neuronales como en redes cuánticas”, explicó.
Juvenal Rodríguez Reséndiz abundó que otra de las ventajas es que esta tecnología podría ser utilizada por adultos, principalmente los que laboran en el sector industrial y que, por la actividad que desempeñan, puedan desarrollar sordera, además de anunciar que la UAQ se encuentra desarrollando otro dispositivo, en este caso, para prevenir la muerte por apnea del sueño en neonatos.
"Esta tecnología fue diseñada por estudiantes de licenciatura, consiste en incrustar un sistema embebido en una tarjeta de desarrollo y con esto poder hacer un procesamiento de imágenes para poder identificar cuando el bebé deja de respirar y que se active una alarma que pueda ser enviada a un dispositivo móvil en poder de los padres del neonato. Este año el Conacyt nos dio un fondo, a través del PEI, para poder desarrollar el aparato ya bien estructurado”, finalizó.
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