Articulan la investigación científica y los saberes populares
Por Amapola Nava
“La ciencia no debe ser necesariamente un misterio ni un monopolio de expertos e intelectuales". Orlando Fals Borda.
Ciudad de México. 16 de agosto de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Orlando Fals Borda fue un investigador y sociólogo colombiano que defendía la participación activa de la comunidad en la creación científica. Trabajó enormemente por lograr que el conocimiento desembocara en una transformación social orientada a resolver los problemas de las comunidades. Y enfocándose a ello se volvió uno de los fundadores y mayores representantes de la investigación acción participativa.
La investigación acción participativa es una metodología de investigación que apunta a la articulación de la producción científica y de los saberes populares para generar un cuerpo de conocimiento que ayude a la transformación de la realidad social considerando las diferentes formas de ver el mundo.
“La investigación científica es importante, necesaria, pero Orlando Fals Borda decía que, al menos en las áreas sociales, sin la acción y participación de la gente resulta limitada”, comenta la doctora en Antropología Social, María Teresa Castillo Burguete.
Teresa Castillo, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav-IPN) Unidad Mérida, ha implementado la metodología de la Investigación Acción Participativa para trabajar con grupos y comunidades de la república mexicana, sobre todo del sureste del país y encuentra en ella una forma de enriquecer la investigación científica.
Orígenes de la investigación acción participativa
En el libro Experiencias y metodología de la investigación participativa, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de las Naciones Unidas, se narra cómo a principios de los años sesenta las ciencias sociales en América Latina comenzaron a mirar a las comunidades como actores capaces de crear conocimiento valioso, que en conjunto con los aportes científicos podrían ayudar a transformar la realidad local de las poblaciones.
Fue así como nació el modelo de Investigación Acción Participativa, que mediante el diálogo entre comunidad científica y saber popular reconoce el papel activo de las comunidades en la identificación y resolución de problemas. Esto con la lógica de poner fin a la imposición de ideologías externas.
Principios de la investigación acción participativa
Orlando Fals Borda, señalaba que este estilo horizontal de trabajo tiene como bases “no monopolizar el conocimiento, no imponer técnicas arrogantemente sino respetar y combinar habilidades con el conocimiento de las comunidades de base, considerándolos como compañeros y co-investigadores”, explica Teresa Castillo.
Otro punto importante es no depender solamente de nuestra cultura para interpretar los hechos, sino recuperar los valores locales, rasgos, creencias y artes para actuar para y con la agrupación de investigadores (los profesionales y de base comunitaria).
También es de gran trascendencia para esta metodología no imponer el, en ocasiones, pesado estilo científico para comunicar y difundir lo que se aprendió con la gente de una forma clara y amena.
Experiencias haciendo ciencia con la gente
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt (AIC), Teresa Castillo (TC) platica sobre las lecciones que Orlando Fals Borda, uno de los fundadores y mayores representantes de la investigación acción dejó después de años de trabajo, y platica también sobre su propia experiencia aplicando la investigación acción participativa (IAP), así como de las ventajas y desventajas de esta metodología.
AIC: ¿Por qué hacer investigación acción participativa y no sólo investigación científica?
TC: Porque utilizar esta metodología nos permite incorporar la riqueza del conocimiento que tienen las personas de los grupos y comunidades con las cuales trabajamos. No trabajamos para ellos, por ellos, sobre ellos, o desde ellos, sino con ellos, con todas estas personas, sean analfabetas o no, sin importar su nivel de escolaridad sino su interés y trabajo para buscar solución a los problemas.
Actualmente, Teresa Castillo participa en el proyecto Conocimiento constructivo maya. Estudio de los saberes vinculados a la arquitectura vernácula en dos localidades mayas. Financiado por el Fondo Conacyt Ciencia Básica con vigencia de Noviembre 2014 a Octubre 2017. |
Este es un proceso horizontal donde se incorporan la riqueza del conocimiento y experiencias de cada persona, donde nadie está por encima de los demás. Por ejemplo, si en la fase en que estemos analizando algún problema algún participante aporta más conocimiento para resolverlo, no quiere decir que esté por encima de los demás, aporta al grupo y los demás aprenden de ese conocimiento; se enriquecen. En otra etapa otros pueden ser los que aporten y los demás aprendan.
AIC: ¿Qué desventajas has encontrado en el método de investigación acción participativa?
TC: Trabajar con esta metodología implica procesos de trabajo largos donde uno como investigador resulta ser un participante más, y por ello debe tomar en cuenta los tiempos y necesidades del grupo para participar en las actividades.
Esto es muy enriquecedor pero también podría ser una desventaja si estamos apurados para cumplir los tiempos que fijan las fuentes financieras de los proyectos.
En ocasiones también es una labor ardua convencer a los participantes de que las decisiones sobre las posibles soluciones a los problemas, incluyendo la identificación de los problemas a resolver, serían realizadas o tomadas por el grupo mismo; no por el grupo de acompañantes (investigadores externos).
Otra desventaja de la investigación acción participativa es la que ven aquellas personas o investigadores profesionales que consideran que las decisiones las deben tomar los profesionales de la investigación: ellos, con sus saberes, doctorados y demás.
AIC: ¿Y qué ventajas has encontrado?
TC: Desde mi perspectiva si uno comprende lo que piensan y sienten los participantes, que se convierten en investigadores de su propia comunidad, se identifican los problemas que la comunidad verdaderamente considera más importantes.
Además, al incluir a los pobladores la búsqueda de soluciones a los problemas puede resultar en un camino más viable hacia soluciones exitosas, paulatinas, de acuerdo a los recursos con los que realmente cuenten y puedan conseguir.
Además, el que la investigación acción participativa pueda ser vista como una espiral, cuyos resultados se evalúan en ciclos, permite plantear la siguiente vuelta de la espiral, retomando los éxitos y los errores de la etapa inmediata anterior.
AIC: ¿Qué peculiaridades has encontrado al trabajar con esta metodología?
TC: Sobre todo con la comunidad de San Crisanto Yucatán, con la que hicimos un trabajo de casi diez años, observamos que instituciones gubernamentales y de la sociedad civil que han trabajado otros programas en los últimos años en la misma comunidad se sorprenden de la capacidad de análisis de la población, del lenguaje que utilizan; es parte de la cosecha producto de la siembra de años atrás.
Los trabajos que hemos realizado con la investigación acción participativa han sido para mí la experiencia más gratificante como investigadora, pues no sólo se resuelven problemas sino que se resuelven como parte de un proceso donde los participantes se transforman. Es como lo que Reason & Bradbury (2008:4) decían sobre esta metodología que está relacionada con the flourishing of individual persons and their communities.
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